La victoria 33 de Alonso nunca estuvo tan cerca, pero el asturiano tendrá que esperar
El asturiano completó un excelente fin de semana, con un brillante segundo puesto logrado en la clasificatoria y que conservó en la complicada carrera del domingo
No hubo manera, y eso que estuvo más cerca que nunca, al menos desde 2013. Ese fue el año en que Fernando Alonso recabó su última segunda plaza en la Fórmula 1. A pesar de ello, el asturiano completó un excelente fin de semana, con un brillante segundo puesto logrado en la clasificatoria del sábado, y que conservó en la complicada carrera del domingo en Mónaco. Su coche dejan atrás a los candidatos a seguir la estela de los imperantes Red Bull, pero en los terrenos del Príncipe Alberto son las manos de los pilotos las que suelen imponerse a la calidad de sus coches. El asturiano tendrá que esperar en su lucha por alcanzar su primera victoria en una década y trigesimotercera de su carrera deportiva en la Fórmula 1.
La victoria fue para un Max Verstappen que no permite pasar ni una. Arrebató la pole position al de Oviedo en el último minuto, y desde la salida y hasta el final de la carrera, mantuvo un dominio que nadie parece poner en peligro. Verstappen gana su cuarta carrera de la temporada, y sexta para un equipo Red Bull que desconoce el significado que conlleva el no ganar.
La carrera
Había expectación, morbo y curiosidad, pero la mano de hierro con la que el neerlandés Verstappen domina este año comienza a preocupar a todos. Que los coches azules hayan ganado todas las carreras de la temporada, seis pruebas consecutivas, muestra que no tienen rival.
El único que se les acerca, y solo en pistas que no sean particularmente rápidas, son los Aston Martin. O mejor dicho: el Aston Martin de Fernando Alonso. El AMR23 se comporta a pedir de boca en curvas lentas y de velocidad media-alta, pero padece de cierta debilidad cuando se enfrenta a las rectas. Su diseño genera más pérdida por roce aerodinámico del deseado, y cuando se enfrenta a periodos de alta velocidad tiende a malograr lo ganado en las curvas. Su comportamiento en Monza y Spa será, de manera previsible, peor. Por contra, en sitios como Mónaco, Hungría o Singapur, debería brillar. Y fue justo así lo que ocurrió el sábado, con una tanda clasificatoria extraordinaria y de las que hacen afición, con un continuo paso y repaso de pilotos que se intercambiaron la pole position en los últimos minutos. Sainz llegó a estar en lo más alto a apenas tres minutos del final de la sesión, se la arrebató Esteban Ocon, al galo Alonso, y al bicampeonato un Max Verstappen que siguió encaramado ahí hasta el pódium del domingo.
Si la carrera prometía, no defraudó, sobre todo al principio y al final. Mónaco puede ofrecer pruebas soporíferas, o electrizantes, sobre todo si asoma la lluvia… ¡y asomó en el último tercio de carrera!
Verstappen salió con neumáticos medios y Fernando con duros, y esto condujo a que no hubo cambios hasta que alguno de los dos parase a cambiar. Max se alejó lentamente del corredor español, hasta que llegaron las primeras lluvias. Su principal contrincante entró poner ruedas intermedias en la vuelta 54 (de 78), lo que a la postre se mostró como un error por parte de Aston Martin; ya caían algunas gotas. La lluvia fue a más, y lo que podría haber sido una ventaja competitiva, se transformó en una pérdida de tiempo. Poco después tuvo que entrar de nuevo y montar neumáticos mixtos. Estos dos acabaron justo como empezaron, primero y segundos, pero pasaron más cosas.
Mucha acción justo detrás
El tercer visitante del pódium fue el francés de nombre español Esteban Ocon. Salió tercero a bordo de su Alpine y así acabó. El acoso de Carlos Sainz en las primeras vueltas no le descabalgó de esa plaza, y más bien ocurrió al contrario. El madrileño desacertó en una pasada de frenada a la salida del túnel, y arremetió contra el galo para romper su alerón delantero. Ocon se defendió más tarde ya bajo el agua de los ataques de Lewis Hamilton, pero sin éxito para el británico. Hamilton terminó cuarto por delante de su compañero George Russell, que recibió una penalización de cinco segundos por reincorporarse al circuito de forma insegura. En cuanto a Sainz, Leclerc dio cuenta de él con mejores neumáticos para acabar por delante. Una estrategia que podía haber sido mejor a la hora de elegir paradas y gomas, pudo haberle venido mejor. Carlos, que salía desde la segunda fila, soñaba con al menos pisar el cajón y terminó acabando octavo.
Peor le fue al mexicano Checo Pérez, que padeció un fin de semana aciago. Se accidentó en la clasificatoria, rompió su coche y no pudo participar. El domingo salió último, y acabó decimosexto. El segundo clasificado y tripulante del mejor coche de la parrilla comienza a ver que si su compañero Max se aleja, su más cercano perseguidor, Alonso, se le acerca y esto debería ponerle nervioso.
Max Verstappen lidera la tabla con 144 puntos, el mexicano es segundo con 105 y Alonso suma 93; Sainz es sexto y acumula 48. En la tabla de constructores Red Bull se escapa con 249, mientras que Aston Martin siguen segundos con 120 puntos, pero Mercedes están pegando en la puerta, con un punto menos, reclamando el puesto que en buena lógica como equipo multicampeón debería corresponderles… pero que aún se tienen que ganar.
Próxima parada: fin de semana próximo en el Gran Premio de España, justo en el que los españoles dan un poco más de lo que tienen… lo sacan de la grada.