Rodrygo tira la puerta: de agitador a titular indiscutible
«A falta de una jornada para finiquitar el torneo, ha batido todos sus registros como merengue y se ha convertido en el quinto jugador con más minutos»
Fue Juni Calafat, jefe del área de fútbol internacional del Real Madrid, quien por primera vez propuso el nombre de Rodrygo Goes a la planta noble del Bernabéu. Amplio conocedor del mercado canarinho, Calafat andaba prendado del menino. Veía todos sus encuentros con el Santos, viajaba con asiduidad a Brasil, se trabajó a la familia del jugador y, tras el ‘ok’ de Florentino Pérez y su director general, José Ángel Sánchez, se lanzó con todo a cerrar la operación.
Era el verano del 2018, así que el chaval aún contaba con 17 primaveras. Jugaría media temporada más en el Santos y de ahí saltaría al Castilla para comenzar su adaptación. Los 45 kilos que se pagaron por este futbolista que, como rezaban los informes, era «rápido, polivalente y con mucho gol», fueron tildados por la prensa de «locura y despilfarro» desde el principio. Hoy, en Concha Espina, y con media sonrisa en la cara remarcan: «¡Ha salido barato!».
«Un click en su cabeza»
El sábado por la noche, tras el doblete del de Sao Paulo frente al Sevilla, me tomé la molestia de contabilizar las veces que he entrevistado a Rodrygo durante estas cuatro temporadas. Superan la veintena, pero hay una de ellas, de mayo de 2022, tras la consecución del título de Liga contra el RCD Espanyol, que me resulta la más clarificadora. En la misma le cuestionaba al joven talento por su inmensa racha goleadora en el tramo final de la temporada pasada después de un año en el que su desempeño estaba siendo más bien discreto.
Rodrygo me reconocía que su vital gol frente al Chelsea para iniciar la remontada en cuartos «hizo un click en su cabeza». Que algo «cambio en ese momento» y que a partir de ahí «empezó a creérselo». Goes aún no sabía que tres días después se convertiría en el héroe de la eliminatoria contra en City. Sólo había un «pero» entre tanta felicidad: su papel de revulsivo, el de calentar banquillo. Rodrygo «quería más», ansiaba la titularidad. En ese objetivo se centraría para la presente temporada.
«Me cuentan que el técnico italiano ha tenido un papel capital en el crecimiento del menino»
La explosión de ‘El rayo’
Dentro del vestuario lo llaman simplemente «Rodry» pero su apodo futbolístico es ‘El rayo’. Y El rayo ha explotado. Los datos son demoledores. A falta de una jornada para finiquitar el torneo, Rodrygo ha batido todos sus registros como jugador merengue: acumula 19 goles y 10 asistencias. Ha sido titular en 40 de los 56 partidos jugados por el Real Madrid y se ha convertido en el quinto jugador con más minutos disputados de toda la plantilla. Estos guarismos pulverizan sus mejores estadísticas, que contemplaban nueve goles y nueve asistencias en la temporada 21-22. Además, ha tenido varias noches gloriosas como su doblete a Osasuna en la final de la Copa del Rey o sus dos goles ante el Chelsea en Stamford Bridge en los cuartos de la Champions.
Rodrygo, por tanto, ha colmado sus aspiraciones como hombre clave en el equipo y como fijo en el once de Carletto. Me cuentan que el técnico italiano ha tenido un papel capital en el crecimiento del menino. Y es que, mas allá de implementar su mejora sobre el verde, en dos ocasiones en lo que va de temporada ha tenido que tirar de las orejas al brasileño por su inconformismo. La primera vez en octavos de la Copa contra el Villarreal. Ancelotti cambió a Rodrygo, le tendió la mano y este no le correspondió. Carlo se giró al banquillo, levantó el dedo y le espetó: «Tú a mí me saludas».
La segunda este fin de semana en Sevilla. Otra vez una sustitución y, de nuevo, frustración de Rodrygo, que buscaba el hat trick: «Rodrygo quería marcar, yo quería ganar el partido», explicó sin dobleces Carletto. Esa versión de padre-maestro-entrenador que canta las verdades a su pupilo cuando comete errores de juventud y que, al mismo tiempo, lo premia como fijo en su esquema durante 12 meses por lo visto en los entrenamientos, se convierte en la fórmula perfecta. Aquella que ha permitido que Rodrygo Goes haya pasado de agitador a titular indiscutible. Rodrygo ha tirado la puerta.