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Sanchez deja colocado a su 'fontanero' en el deporte, José Manuel Franco

El socialista dejará la presidencia del CSD este martes para encabezar las listas del PSOE en el Senado ante las próximas generales

Sanchez deja colocado a su ‘fontanero’ en el deporte, José Manuel Franco

Félix Bolaños, ministro de Presidencia del Gobierno de Pedro Sánchez, junto a José Manuel Franco. | Europa Press

«Sabía que a fútbol juegan 11 y que a baloncesto juegan cuatro, pero no conocía la dimensión humana de nuestros deportistas», este fue el arranque del discurso de José Manuel Franco en su recepción ante cientos de olímpicos y paralímpicos que habían formado las delegaciones españolas en los Juegos de Tokio. «Muchos lo consideramos un lapsus, porque nadie se puede creer que la persona que tiene que gobernar el deporte español desconozca que a baloncesto juegan 5 contra 5», nos afirma un deportista que asistió a aquel acto tras regresar de la cita olímpica en la capital japonesa, mientras un militante socialista apunta con cierta sorna desde Ferraz, que por algo es conocido como «el falso matemático». 

José Manuel Franco fue nombrado presidente del Consejo Superior de Deportes el 31 de marzo de 2021 por lo que, cuando el próximo martes cese ante el Consejo de Ministros habrá estado 804 días al frente del deporte español, siendo el secretario de estado que más tiempo ha permanecido en el cargo durante el mandato de Pedro Sánchez, ya que sus predecesoras, Irene Lozano y Maria José Rienda, solo estuvieron 426 y 583 días, respectivamente. 

Según la información de THE OBJECTIVE el cuarto secretario de estado de la era Sánchez será Víctor Francos, la mano derecha del ministro Miquel Iceta, que mañana cesará como secretario general de Cultura y Deporte, tal y como avanzó el portal deportivo Iusport.

«Sanchez no ha demostrado ningún interés en tener un proyecto deportivo en su gobierno, más allá de aparecer en algunas fotos con los medallistas o en algún acto con instituciones amigas. Tienen descontentas a algunas federaciones, a las ligas profesionales, y dentro del Consejo Superior de Deportes han generado una gran desazón en sus trabajadores porque se camina sin rumbo», afirma un veterano de esa casa que pide máxima confidencialidad. 

Acusado de proteger a Luis Rubiales

La trayectoria de Franco al frente del CSD quedará marcada por su inacción ante las numerosas denuncias por presunta corrupción que ha recibido contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, que el secretario de estado decidió frenar sin permitir que fueran juzgadas por el Tribunal Administrativo del Deporte.  

Mientras desde el entorno de Franco consideran que «son casos judicializados y que no pueden entrar», las voces críticas mantienen que «ha obedecido órdenes de Pedro Sánchez quién, por la razón que sea, ha querido proteger a Rubiales». 

La relidad es que las ligas profesionales de fútbol masculino y femenino, que tienen que convivir con la RFEF, han mostrado su malestar con el secretario de estado por «su pasividad y permisividad» con la entidad presidida por Rubiales.

El caso La Liga F, la nueva liga profesional femenina, llama especialmente la atención ya que, aunque fue calificada profesional durante el mandato de Franco contra la voluntad de la RFEF, desde la patronal deslizan, tanto en privado como en público, que «fue una herencia que tuvo que asumir Franco por la política de igualdad del gobierno. Si hubiera sido por él, no habría dado el paso. Prueba de ello, es que en el primer año de vida está permitiendo que la RFEF ponga contra las cuerdas una liga que querían mantener bajo su paraguas como arma instrumental».  

Otra Liga que se muestra crítica con la labor de Franco es la de Fútbol Sala (LNFS) cuyo presidente, Javier Lozano, ha manifestado públicamente que «me parece maravilloso que se haya dado luz verde a la profesionalización de otros deportes como el caso del balonmano y el fútbol femenino, pero no es comprensible que se haga un agravio comparativo con una liga como la de fútbol sala que siempre ha tenido una cifra de negocio y una estructura superior. Es evidente que hay otros intereses detrás y que se ha bloqueado un paso que es necesario para que nuestro deporte no pase a negro», al mismo tiempo, Lozano comparte la sentencia que llega desde el fútbol femenino de que «la RFEF quiere el control como arma instrumental». 

La ley del deporte

Otro de los grandes hitos del periodo de Franco al frente del CSD ha sido el impulso de una Ley del Deporte que ha sustituido a la obsoleta de 1990. Es de aplaudir que se haya llevado a cabo ese necesario reto, sin embargo, la realidad es que la nueva Ley no ha afrontado asuntos que ensucian al deporte español, como el de la gobernanza clientelar en la que están sumergidas la gran mayoría de las federaciones o el Comité Olímpico Español, con órganos soberanos totalmente controlados desde sus presidencias, con votaciones «a la búlgara», con papeleta en mano de sus asambleístas, muchos además asalariados, en una práctica más cercana a regímenes dictatoriales que democráticos. 

Si buscamos el contraste con otros países, por ejemplo en Francia, vemos como nuestro país vecino sí ha hecho una apuesta por una mayor democratización en su gobernanza, aprobando una nueva ley del deporte en el año 2019, que incluye, entre otras mejoras, una limitación de tres mandatos para los presidentes federativos. Con esta medida buscan paliar los escándalos en elecciones anteriores, similares a los que abochornan al deporte español cada cuatro años. 

Becas Team España Élite

Uno de los proyectos estrella de la etapa de Franco es el programa Team España Elite que el propio presidente del CSD presentó para «financiar la preparación de aquellos y aquellas deportistas que cuenten con más opciones de lograr una medalla en los Juegos de Paris 2024». 

Lo grave es que los 16 millones anuales desde 2022 hasta 2024, procedentes de LaLiga Nacional de Fútbol Profesional tras los famosos «Pactos de Viana», no han sido transparentes para los interesados. El CSD decidió que la gestión de las partidas se realizara por parte de las federaciones, pero se olvidó de informar a los propios deportistas. A día de hoy, en algunos casos ni saben que existen o se han enterado por fuentes como la de este periodista que ya lo denunció en Onda Cero.

Además, a ello se suma que los deportistas olímpicos tienen que esperar a cobrar el gran montante o la totalidad de sus becas al año siguiente, en lugar de recibirlas mensualmente como si ocurre con los paralímpicos. «Cobrar mensualmente nos daría una gran tranquilidad para la preparación, ahora estamos siempre con la soga al cuello», clama un conocido deportista olímpico, mientras los paralímpicos agradecen «cobrar mensualmente y en el año que corresponde».  

Todo con el agravante de que por un pacto con las federaciones, los pagos se hacen a través de las mismas, lo que utilizan algunos presidentes para «tener controlados a los deportistas. Sabemos que si no nos acogemos a sus planes, nos pueda costar ser excluidos de competiciones por decisiones subjetivas o incluso quedarnos sin la propia beca. Es evidente que con nuestro dinero cubren otras necesidades antes de las nuestras», denuncian en privado muchos de ellos sin olvidarse de agradecer que por fin «un secretario de estado ha aceptado ajustar las cantidades de unas becas que llevaban mucho tiempo congeladas». 

Más allá de siglas políticas, los hechos demuestran que lo que hace falta es voluntad de cambio y de querer mejorar un deporte español que por mucho que quiera ensalzarlo el presidente del Comité Olímpico Alejandro Blanco, está muy por debajo del lugar que tendría que ocupar por el talento y el esfuerzo de nuestros deportistas y entrenadores. En el medallero histórico olímpico, España es la 24ª por detrás de países con mucha menor población como Hungría, Países Bajos, Bulgaria, Suecia, Dinamarca o Suiza. 

El adiós adelantado de José Manuel Franco se entiende en muchos rincones del deporte como «el agradecimiento de Pedro Sánchez por su trabajo de stopper en el caso Rubiales y su cordialidad con su amigo Alejandro Blanco, que ha encontrado al primer secretario de estado con el que se ha llevado bien desde que llegó al COE en 2005».  Ponerle de número 1 de las listas del PSOE parece una garantía de futuro para un militante socialista al que dentro de su propio partido señalan como el «falso matemático» desde que se descubrió que su currículo en la Asamblea de Madrid reflejaba una Licenciatura en Matemáticas que era falsa. A pesar de ello, de senador seguro que le seguirán saliendo las cuentas. 

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