Max Verstappen arrasa en el GP de Bélgica y Alonso acaba quinto en el ecuador del Mundial
El caso de Carlos Sainz fue bastante más doloroso. Salía cuarto en parrilla, y en la primera curva colisionó contra Oscar Piastri
Este año no hay quien pueda con ellos. Red Bull lleva ganadas todas las carreras disputadas en lo que va de año. Diez de las 12 han caído en el zurrón de Max Verstappen, cuya formación ha protagonizado el inicio de temporada más contundente de la historia de la especialidad. Han tenido que pasar 35 años para arrebatar ese virtual título a McLaren, que en la temporada de 1988, ganó 11 pruebas seguidas. Los de azul están imparables.
Antes de la parada veraniega, se ha disputado el Gran Premio de Bélgica, y como era de esperar, se lo llevó el neerlandés. Logró el mejor registro en la tanda clasificatoria, pero por sanción salió sexto, lo que no le supuso problema alguno. Viendo su estado de forma y trayectoria, nadie dudaba de que ganaría la prueba, y las apuestas giraron en torno a la vuelta en que alcanzaría el liderato. Fue justo en la 17, momento en el que dejó atrás a su compañero Checo Pérez, y posición que no abandonó hasta que cayó la bandera.
El mexicano cruzó la meta segundo, lo que para el de Guadalajara supone un alivio. Empezó el año con dos victorias muy al principio, pero varias malas actuaciones, tanto los sábados como en carrera, han llegado a poner en duda su continuidad en el equipo. Pérez renueva sus contratos de manera anual, y los mensajes procedentes de su escudería, dibujaron las interrogantes en el aire. El pódium belga parece aliviar un poco las tensiones, con un periodo de reflexión estival, en el que se debería valorar su segundo puesto en el mundial de pilotos.
El mejor del resto
Charles Leclerc salió el primero, tras la sanción de Verstappen, y fue el único participante ajeno a Red Bull que alcanzó el pódium. El monegasco se encuentra en una postura similar en Ferrari, pero con una postura inversa. En principio tiene contrato en vigor hasta 2025, pero cada vez suenan más alto las voces que le piden que salga de un entorno que le tiene anclado, y lejos de un escenario capaz de otorgarle títulos. Se habla de Mercedes o Aston Martin, sin embargo nadie quiere pronunciarse sobre el tema, al menos de forma pública.
Tras ellos, llegaron Lewis Hamilton, con la vuelta rápida, Fernando Alonso, George Russell y Lando Norris, séptimo. Cuatro motores Mercedes seguidos y ninguno en el pódium, en una de las pistas más rápidas del calendario, y en la que la potencia bruta suele brillar. Si el nuevo paradigma aerodinámico restó valor a los motores que decidieron casi todo en el ciclo anterior, en este segundo año de la era ‘efecto suelo’, los que llevaban ventaja, la han perdido definitivamente.
Los españoles
Suerte dispar en Bélgica para los pilotos patrios. Fernando Alonso comenzó la temporada de manera sorprendente para todos, pero el brillo inicial parece empañarse. El desarrollo de su coche se ha estancado si es que incluso no ha dado un paso atrás; Mercedes, Ferrari, y hasta McLaren le atrapan con facilidad. Reflejo de ello es que si en las primeras seis carreras de las 12disputadas, el de Oviedo logró cinco pódiums, en las seis siguientes solo pisó la madera en dos ocasiones. En Bélgica hizo una carrera muy Alonso: se alejó de problemas, corrió de forma limpia, y avanzó hasta donde su coche se lo permitió. Salir noveno y acabar quinto, con el que muchos tildan de quinto coche de la parrilla, puede considerarse un éxito. Si miramos al inicio de la temporada… no. Alonso cumplió 42 años el sábado, sigue tercero en la tabla de pilotos, con 149 puntos, más del triple que su compañero Lance Stroll, con 47. Fernando a Lewis Hamilton pisándole los talones con 148, uno de ellos logrado con la vuelta rápida en Bélgica.
El caso de Carlos Sainz fue bastante más doloroso. Salía cuarto en parrilla, y en la primera curva colisionó contra Oscar Piastri. Era eso, o llevarse por delante a Lewis Hamilton, que estrangulaba su trayectoria. Fue más pasajero de las circunstancias que conductor de la escena, y si el australiano se vio obligado a abandonar al poco, el madrileño llevó su coche hasta los boxes para retirarse por la misma causa unos giros más tarde. Los daños en el pontón derecho de su Ferrari le hacían perder varios segundos por vuelta, y condenaron su domingo con una avería sin solución sobre la marcha. Hasta Spa, Carlos ha liderado la tabla de puntos dentro de su formación, y ha sido allí donde Charles Leclerc le ha dejado atrás con 99 puntos por los 92 que acumula Sainz. Muy igualada esta batalla, sin un claro vencedor.
Las segundas partes de temporada de Sainz suelen ser sólidas, así que será interesante ver que puede ofrecer de aquí a fin de año, pero necesitará un coche. El problema es que se cree que Ferrari ya han pasado la mayoría de los recursos para el desarrollo del monoplaza de 2024, pero no todos. Están cuartos en el mundial de constructores, y con Aston Martin a tiro de piedra, a cinco puntos. Si la tendencia actual se mantiene es fácil pensar que podrían darles caza, con una pareja muy equilibrada y la llegada de piezas experimentales previstas para el próximo año, que bien podrían mejorar un SF-75 que no ha dado los frutos deseados.
Ecuador de la temporada
Los equipos coincidieron en que necesitaban una pequeña parada en verano, así que la Fórmula 1 apaga los motores durante unas semanas. Con un calendario de más de 20 pruebas, era necesario pararse un poco, y esto lo agradece el personal y sus familias. Las escuderías tienen dos semanas de cierre total, sin más actividad que la propia de la seguridad y el mantenimiento de las sedes. No se pueden ni enviar un correo electrónico. El Mundial se detiene en su ecuador, y se pueden echar algunas cuentas.
Max Verstappen no cuenta ya carreras, sino victorias. Llegó un momento en el que Ayrton Senna no sabía qué hacer con las Vespas que recibía por lograr pole positions. Pues el hijo de Jos va a necesitar un piso anexo al que tiene para vivir, pero con la utilidad única de almacenar sus trofeos. Si la última temporada fue poco discutible, pero lo de este año está elevando un listón al que el resto tan solo parece mirar de lejos. Nadie puede con él, y de doce carreras ha ganado en diez; las otras dos se las llevo su compañero Checo Pérez.
A los austriacos, con casa en Inglaterra, ya se les veía venir desde las tres o cuatro primeras citas del calendario. Tal y como estaba previsto, el pelotón se ha comprimido, y si hace un par de años el salto entre el mejor y el peor era de tres segundos o más de manera promedia, este 2023 es raro encontrar circuitos en los que se superen los dos segundos de diferencia. Esto lleva al escenario actual: con muy poco que te equivoques, el de al lado te adelanta, y esto es lo que parece que le ha ocurrido a Aston Martin. Han perdido pie porque los equipos que llevan ganando carreras una década han recuperado su espacio natural. Aston Martin, la sorpresa del año, pasó de cerrar la zona media, a tener a tiro las victorias. Muy bien hecho, pero el resto no se ha dormido. Lo ocurrido, era de esperar.
En términos de rendimiento —no confundir con resultados—, el hueco entre Red Bull y Aston Martin era amplio, y el resto de contendientes lo ha rellenado en según qué circuitos. Por eso el que parecía llamado a pelearles la corona ha pasado a un discreto segundo plano, remedado de forma habitual por el asturiano. La segunda parte de la temporada estará definida por el grado de abandono de los coches en beneficio de los monoplazas de 2024, o del mantenimiento del actual status, con miras exclusivamente a mover uno o dos puestos en la tabla final de constructores, que es la del dinero. Si en un principio se corría por títulos, ya preconcebidos a los incontestables Red Bull y Max Verstappen, lo único que queda es correr por la pasta. Pues que no echen el freno, que será más divertido. Y nosotros que lo veamos.