El Real Madrid agarra un Clásico de tensión y se queda como líder invicto
Apretada victoria merengue por 65-64, con Deck estelar
El Real Madrid ganó este jueves en casa por un apretado 65-64 al Barça en la jornada 5 de la Euroliga en su Fase Regular, con un Gaby Deck estelar para comandar la quinta victoria de los merengues, únicos invictos ya en la competición.
En el WiZink Center, y tras dos ataques infructuosos por cada equipo, los culés comenzaron entonados gracias al checo Jan Vesely. Un triple de Álex Abrines culminó un parcial de 2-9 y el cuadro merengue se encomendó a Walter Tavares, autor de los seis primeros puntos en su casillero (6-9).
Otra canasta de Vesely y un triple de su compatriota Tomas Satoransky estiraron de nuevo la renta visitante (6-14), lo que obligó a Chus Mateo a gastar tiempo muerto y mover piezas. Salieron a la cancha Sergio Rodríguez, Sergio Llull y Rudy Fernández, tras un parón arbitral debido a la revisión de una jugada, y Roger Grimau aprovechó para meter a Willy Hernangómez.
El expívot del Real Madrid, silbado durante el calentamiento, contribuyó con un mate a que los suyos mantuvieran ventaja de +9. Poco carburaba el equipo entrenado por Mateo hasta que el francés Vincent Poirier, sobre la bocina del primer cuarto, puso el 12-19 ‘rebañando’ un rebote.
Su conexión con el ‘Chacho’ Rodríguez se antojaba vital para que el Barça no se escapase, más aún al conocerse la ausencia del también francés Guerschon Yabusele en el juego interior madridista, por culpa de unas molestias en su rodilla izquierda. Mientras, la versatilidad culé se notaba en los tiros lejanos y en la fluidez de pases a Hernangómez.
Se sumó a ello Darío Brizuela, al tiempo que Hernangómez subía su producción por encima de la decena y alejaba al Barça (12-23). El despertar de Poirier, ‘alley-oop’ incluido con el ‘Chacho’, ayudó a disminuir la brecha (16-23); pero el conjunto blanco echaba en falta puntería desde más allá del arco.
Un par de triples fallados por Llull, otros dos errados por Rudy y otro más por el ‘Chacho’ reflejaban los problemas del Real Madrid para frenar a un adversario que se situó en +14 (16-30) subido a lomos de Hernangómez, luciendo mejor estadística reboteadora. Tampoco ayudó a los intereses madridistas que el alero croata Mario Hezonja estuviera discreto.
La solución para cortar esa hemorragia llegó con acento argentino, con Gaby Deck haciendo de ejecutor a los pases de lujo que se inventaba Facundo Campazzo. Campeaba el 23-30 en el electrónico del pabellón y Hernangómez malgastó dos tiros libres, bajo presión de la grada de los Berserkers; y eso espoleó al cuadro madrileño, que apretó en defensa.
Un robo de balón de Campazzo brindó a Deck un mate al contragolpe y, para mayor inri, Hernangómez cometió de inmediato una falta en ataque que dio al Real Madrid la última posesión del segundo cuarto. La estrategia de Mateo para esos instantes funcionó por mediación de Deck, que sobre la bocina metió un triple celebrado por las gradas (28-30).
El tercer periodo se inició con el cuadro merengue poniéndose por primera vez en la delantera, merced a otra ‘rebañadura’ de Poirier en el aro rival y a una penetración de Deck a canasta (32-30). Él mismo conservó la ventaja local (36-34) tras una nueva asistencia de Campazzo, dejando claro los argentinos que dentro de la ‘pintura’ vivían mejor.
Al horrible 1/15 en triples que había hecho el Real Madrid durante la primera mitad se unió una mala racha de Abrines en el Barça, por lo que ninguno de los dos equipos daba un golpe sobre la mesa. Oscar Da Silva devolvió fugazmente la ventaja a los azulgranas (36-37), esta vez sí con un triple, pero que ‘ipso facto’ fue respondido por otro de Hezonja.
Deck ubicó primero el 41-37, a tablero, y más adelante el 44-39, en una acción similar de 2+1. A 2:59 de zanjar el tercer periodo, los pupilos de Mateo se envalentonaron; quedó patente con el 46-39 en un ‘alley-oop’ de Poirier, a pase de un Dzanan Musa que mostró más tino después del descanso.
En el lado culé necesitaban lo mismo del ala-pívot estadounidense Jabari Parker, sin puntos en los dos primeros actos de un duelo cuyos guarismos bajos invitaron a no enervarse. Grimau, al recibir una falta técnica, manifestó el colapso que poco a poco crecía en el Barça; y su equipo lo pagó quedándose rezagado (49-39), a un minuto de agotar el 30.
Poirier, en estado de gracia varios meses, enseñó las garras para establecer el 51-41 con el luego empezó el cuarto periodo. El pívot galo, implacable en el rebote de ataque, anotó el 53-41 y posteriormente Llull abrió su cuenta con dos tiros libres (55-41). Pese a la gris versión del base de Mahón, el Real Madrid fue extinguiendo bien el cronómetro.
La vitalidad de Rokas Jukubaitis, que encestó seis puntos cuando peor pintaban las cosas para los de Grimau, impidió que el equipo madrileño dejase sentenciado el Clásico mucho antes. Pero escaseaban héroes entre los visitantes para intentar la remontada junto al joven base lituano, ya que Hernangómez se había secado y Kalinic andaba fallón.
En dos triples del alero serbio, estrellados ambos con el aro, pudo estar el aliento definitivo del Barça mientras el 58-52 era inamovible. Pese a todo, el equipo catalán vendió cara su piel, a raíz de dos tiros libres anotados por Abrines (58-54) y que animaron el último minuto y medio.
Incluso Campazzo falló tiros libres de suma importancia (59-54), cuando un tiempo muerto a 1:16 del final dio paso a dos fogonazos de Satoransky. Primero con un 2+1, cargando la falta a Hezonja, y luego con un robo de pelota, hilvanado en raudo contragolpe, selló el 59-59 para la esperanza culé. Ahí sí que debían aparecer los héroes de uno y otro bando.
Campazzo se redimió transformando dos tiros libres (61-59) y a continuación fue Abrines quien agarró galones para una penetración. El capitán del Barça alcanzó línea de fondo, pero erró a tablero y Hezonja despejó la pelota; no obstante, la fortuna quiso que rozase en la mano derecha de Jokubaitis antes de salir.
Un largo rato de revisión arbitral fue preludio a unos eternos 17.4 segundos. Con la posesión a favor, el Real Madrid forzó una falta y otra vez Campazzo se vio ante la línea de personal. Encestó el primero (62-59), pero su fallo en el segundo dio alas a un rival cuya fe se posó en Satoransky.
El checo solamente anotó el segundo (62-60) y se vivió un ‘déjà vu’ tras otro. Siguiente ataque madridista saldado con único tiro libre anotado por ‘Facu’ (63-60), y posterior ofensiva culé resuelta con ‘Sato’ de regreso a los tiros libres; en esta ocasión, eran tres los que lanzaría, acorde a una decisión arbitral protestada por el pabellón.
Habiendo encestado ‘Sato’ solo uno, Hezonja se erigió en el hombre de confianza. Capturó el rebote decisivo y ahí se esfumaron las opciones azulgranas para la remontada. El propio croata situó el 65-61 con dos tiros libres y un triple a la remanguillé de Abrines maquilló el resultado. Liderato, invicto y en solitario, para el Real Madrid.