El Atlético gana con suerte en Róterdam y se mete en octavos de final
Dos autogoles condenan al Feyenoord y sonríen al equipo colchonero en De Kuip (1-3)
El Atlético de Madrid se clasificó este martes para los octavos de final de la Liga de Campeones, gracias a su victoria en Róterdam (Países Bajos) por 1-3 contra el Feyenoord, fraguada con dos goles en propia puerta del equipo neerlandés y con un golazo de Mario Hermoso, aunque también con algo de fortuna en su ejecución.
Los pupilos de Diego Pablo Simeone llegaban a De Kuip sabiendo que la Lazio había ganado (2-0) al Celtic en el primer turno de la jornada, así que un triunfo del Feyenoord apretaría todo muchísimo de cara a la última fecha del calendario. Y con ese acicate salieron al campo los locales, guiados por el joven gambiano Yankuba Minteh en dos fogonazos.
Primero fue con un zurdazo centrado y a media altura, que atrapó Jan Oblak sin problemas, y luego mediante otro disparo raso con la zurda, que de manera providencial despejó a córner Josema Giménez. Encadenó el Feyenoord un par de saques de esquina peligrosos, especialmente con un remate en escorzo del central David Hancko en el segundo palo.
Pero pasado el susto, el Atlético respondió con un mano a mano que Álvaro Morata desperdició por una buena parada de Justin Bijlow. Eso sirvió como preludio del 0-1, autogol de Lutsharel Geertruida tras un malentendido con su portero; en un balón devuelto por Marcos Llorente al corazón del área, Geertruida lo tocó con el abdomen ante la llegada de Axel Witsel.
Bijlow se quedó haciendo la ‘estatua’, pensando que su compañero iba a despejar con contundencia o incluso que Witsel iba a rematar, y la inercia del leve toque de Geertruida hizo que la pelota entrase en el arco. Una fugaz confusión que lastró al Feyenoord bastante rato, pues Morata siguió buscando el gol y anduvo cerca en dos ocasiones posteriores.
Aunque el delantero madrileño tenía la mirilla desviada, el Atlético se adueñó de la posesión gracias a la labor de Antoine Griezmann como enganche entre él y los tres centrocampistas. Junto a Llorente, el capitán Koke Resurrección y Rodrigo De Paul encajaron bien, evitando que el equipo rival incordiase nuevamente a Oblak hasta casi el descanso.
Hubo, eso sí, un remate envenenado de Santi Giménez y más tarde una jugada de Minteh en la que reclamó penalti, después de haber hecho un recorte sobre Josema Giménez; sin embargo, el zaguero uruguayo ni rozó la bota del gambiano en su estirón sobre el césped, y el árbitro inglés Anthony Taylor no dudó en dejar seguir la acción.
Al regreso de vestuarios, se repitió la dinámica del primer tiempo con el conjunto local achuchando. Para espantar miedos, Griezmann voleó con la zurda un pase medido de Mario Hermoso desde la banda izquierda, y la pelota se estrelló en la cepa del poste mientras Biljow se estiraba tarde.
Movió pronto Simeone su banquillo, sustituyendo a Llorente por Pablo Barrios, y ahí encontró oro. Al poco de salir al terreno de juego, Barrios volcó el ataque al lado izquierdo y ganó metros para que, de un saque de banda, él mismo diese una asistencia picada a Hermoso; el zaguero colchonero, en su afán por centrar de primeras, sorprendió con un golazo de vaselina al palo largo y situó el 0-2 en el minuto 57.
La fortuna sonríe dos veces
El equipo entrenado por Arne Slot acusó el golpe y se salvó por los pelos del 0-3, en dos contras lanzadas por Rodrigo Riquelme desde el carril izquierdo; primero con una arrancada poderosa y cuyo centro no llegó a Morata, y a continuación pasando a la banda opuesta, para que De Paul rematase por encima del travesaño una asistencia de Nahuel Molina.
Por parte del Feyenoord, Ayase Ueda era la mejor baza para buscar arriba. No en vano, el japonés había entrado al descanso y protagonizó dos tiros con riesgo para Oblak, uno de los cuales precedió al 1-2 en un córner (77′). Botado por Luka Ivanusec, recién entrado al campo, ese saque de equina fue cabeceado a gol por Mats Wieffer, más hábil que la zaga visitante.
No obstante, la suerte volvió a sonreír a los de Simeone en el momento idóneo y eso dejó el partido sentenciado. Merced a una falta lateral, Molina a pie cambiado colgó al primer palo y Santi Giménez sin querer metió la pelota en su portería, mientras intentaba que Memphis Depay no rematase en su salto; Biljow no pudo hacer nada, más que lamentarse.
Faltaban nueve minutos y lo que añadiese Anthony Taylor, pero tanto los jugadores locales como las gradas de De Kuip se chocaron con la realidad de su eliminación de este torneo. Con seis puntos después de cinco jornadas, el Feyenoord se quedará finalmente con el tercer puesto del Grupo E. Mientras, el Atlético alcanzó los 11 puntos y se jugará el liderato definitivo contra la Lazio, también clasificada con 10 puntos.