El alpinista Carlos Soria: «Nacer en 1939 y huir de la miseria me llevó al montañismo»
El madrileño, a sus 86 años, quiere volver a intentar coronar en 2025 la cima del Manaslu, uno de los ‘ochomiles’
El madrileño Carlos Soria, a sus 86 años, quiere volver a intentar ascender en 2025 hasta la cima del Manaslu. Igual que hizo hace ahora 50 años. Se siente como un chaval y llego de energía. Orgulloso de ser madrileño y ahora de Moralzarzal, conversa un rato con THE OBJECTIVE. Sabe que la montaña le ha dejado muchas cicatrices, pero también enormes alegrías.
PREGUNTA.- Carlos Soria, 86 años, ¿y el montañismo es su vida?
R.- El montañismo es una buena parte de mi vida, pero hay muchas cosas más: mi maravillosa familia, mis amigos y mis relaciones, mi trabajo desde los 11 años a los 65 que me jubilé, viajar y conocer otras culturas y sus gentes y ser muy feliz y con muchas ganas de vivir.
RESPUESTA.- ¿Se ha imaginado alguna vez su vida sin dedicarse al montañismo?
R.- La fuerza y el entusiasmo que he dedicado al deporte la podría haber dedicado a ganar dinero, pero no creo que hubiese sido tan feliz.
P.- ¿Dónde nace esta pasión?
R.- Creo que de haber nacido en el año 1939 e intentar huir de aquella miseria y pobreza tan triste y tan dura.
«Mi primer idilio con la montaña fue en 1953»
P.- ¿Cuándo fue su primer idilio con la montaña?
R.- Mi primer idilio con la montaña fue el año 1953, unas vacaciones de 15 días pasados en la Pedriza con mi amigo Antonio Riaño, bajo una tienda den campaña improvisada con una lona y dos palos que nos habían prestado, en el año 1960 ya había abierto dos rutas nuevas en el torreón de los Galayos (Sierra de Gredos).
P.- Y ahora en el año 2025 quiere volver al Manaslu. ¿Por qué?
R.- Ahora quiero volver al Manaslu para celebrar el 50 aniversario del importante acontecimiento en el alpinismo español. En otoño de 1973 alpinistas españoles intentamos por primera vez conseguir la cumbre de una de las 14 montañas más altas de nuestro planeta, el Manaslu. No lo pudimos conseguir. Grandes nevadas y mucho peligro de avalanchas nos lo impidieron. La primavera de 1975 volvimos y conseguimos la cumbre. El próximo año 2025 quiero intentar llegar a la cumbre de nuevo para celebrarlo.
P.- ¿Ha cambiado mucho este Carlos Soria del Carlos de 1973?
R.- Desde 1973 todo ha cambiado normalmente para bien, yo también.
P.- ¿Se siente con fuerzas cuando está a punto de tocar los noventa años?
R.- Para hacer lo que hago, por supuesto me siento con fuerza y, sobre todo, con ilusión y con ganas.
P.- ¿Y más con su prótesis de rodilla?
R.- La prótesis me ha servido de ayuda, mi rodilla ahora está mejor que antes de ponérmela.
«Con la vida hay que tener mucho cuidado, si la pierdes no la vuelves a encontrar»
P.- ¿Pero no tiene miedo a perder la vida allí?
R.- Normalmente, pierdo las llaves, el teléfono, los audífonos, las gafas, pero luego los encuentro. Con la vida hay que tener mucho cuidado, creo que si la pierdes no la vuelves a encontrar.
P.- ¿Qué supondría alcanzar la cima?
R.- Te lo contaré cuando vuelva, porque creo que voy a subir al Manaslu en el 50 aniversario.
P.- ¿Qué le dice a los que piensan o le dicen que está un poco loco?
R.- Todavía no me lo ha dicho nadie.
«No será la última vez que suba una montaña»
P.- ¿Será la última vez o seguirá retando después a la montaña?
R.- Sí puede ser la última vez que suba al Manaslu, pero no la última vez que suba a una montaña.
P.- Son 12 de las 14 cotas más altas las que ha alcanzado. ¿Cuáles se le resisten y por qué?
R.- En las 14 montañas más altas de la Tierra, en todas, he estado por encima de los 8.000 metros. Hay dos que no he conseguido llegar a la cumbre, en Shisha Pamgma, pero subí a la cumbre secundaria que tiene 8.008 metros, la principal tiene 8.027, y en el Dhaulagiri, la montaña más perseguida por mí. En una ocasión llegamos a 8.050 metros y la cumbre tiene 8.127. El mal tiempo y el grave peligro de avalanchas no me ha permitido llegar a su cumbre.
P.- ¿Por qué casi siempre asciende con tan poca gente a su lado?
R.- Nunca he ido en solitario. En ocho he subido solo con un sherpa, compartiendo permiso con otro grupo.
«Sólo el pasado 2023 tuve un terrible accidente que hubiera preferido no tener»
P.- ¿Qué heridas imborrables le ha dejado la montaña?
R.- Las montañas, en 70 años de actividad, siempre me han producido muchas alegrías y grandes satisfacciones, solamente el pasado año 2023 tuve un terrible accidente en el Dhaulagiri, que me ha dejado algunas secuelas. Habría preferido no haberlo tenido, por supuesto, pero también me ha dado la alegría de sentir la cantidad de personas que me quieren y que me ayudaron a salir con vida de esa situación tan difícil. Nunca lo olvidaré.
P.- ¿Y su peor momento?
R.- Por supuesto, el accidente del Dhaulagiri.
P.- He leído que sus tres mejores momentos históricos son en el 2004, 2008 y 2024. Dígame, ¿por qué?
R.- En 2004 celebré mi jubilación a los 65 años subiendo al K2 una escalada magnífica, acompañado de un sherpa, Muktu, sin expedición. Ese año hubo varios accidentes en el K2, y nosotros subimos y bajamos sin ningún incidente. Todavía soy el alpinista de más edad en subir al K2, tengo muy buenos recuerdos de esa escalada.
P.-¿Esta será la última o la penúltima vez?
R.- Si puedo volver y subir al Dhaulagiri, será una emoción incomparable, ni la última ni la penúltima.
P.- ¿Está orgulloso de que Moralzarzal lleve su nombre? (El alpinista le da nombre a una glorieta)
R.- Vivir en Moralzarzal ha cambiado mi vida. Llevo 20 años viviendo en el paraíso y alejado de la M-30.
P.- ¿Cómo quiere que la gente le recuerde?
R.- Quiero que me recuerden como una buena persona y como un deportista y alpinista muy activo y que nunca ha mentido y exagerado.
P.- ¿El mejor montañero de la historia?
R.- Hoy día hay muchísimos muy buenos, para mi manera de ser y de pensar. Mis ídolos son Ricardo Cassin, Reinhod Messner y Mikel Zabalza.