El cambio de equipo de Fernando Alonso convierte el mercado de fichajes en un circo
La detonación provocada por el fichaje del piloto asturiano por parte de Aston Martin está dejando muy calientes los teléfonos de todo el ‘paddock’
Menuda la que hay liada en la Fórmula 1 desde que Fernando Alonso anunció su marcha hacia Aston Martin. Locos. Todos andan locos. Jefes de equipo, managers, pilotos, comisionistas varios, periodistas y aficionados van a pasar unas de las vacaciones más atareadas en años a tenor de lo que pueda ocurrir a continuación. La detonación provocada por el fichaje de Fernando Alonso por parte de Aston Martin está dejando muy calientes los teléfonos de todo el paddock. La figura del asturiano es de las que se escriben con mayúsculas, aunque la de su contratante no. Se trata de un equipo que aún tiene que conocer la victoria y en las dos temporadas que usan su actual denominación solo han pisado el podio una vez. A pesar de todo, la polvareda que se ha montado es de las que se ven a simple vista desde la Estación Espacial Internacional.
A pesar del secretismo que lo envuelve todo, como es tradicional en la Fórmula 1, hay pistas que hacen pensar que el cambio de equipo del bicampeón se empezó a pergeñar en el Gran Premio de España, con la poco habitual presencia en el paddock de Flavio Briatore, más tarde presente en otras citas, como Mónaco o Francia. El italiano ha sido el rector de la carrera de Alonso casi desde que llegó a la categoría y parece seguir siéndolo. A finales del año pasado, Fernando dejó Suiza como domicilio habitual y se trasladó a vivir a Mónaco, justo donde tienen el epicentro de sus negocios Briatore y otros motores de la categoría. Que Briatore coincidiera en Montmeló con Luís García-Abad, el otro representante de Alonso, y varios alfiles de este ajedrez dio que pensar; cuando esto ocurre suelen pasar cosas después. Y han ocurrido cosas.
Los contratos de los pilotos, sobre todo de campeones, no se cierran en unos días. Lo de las cantidades es lo que más rápido se pone encima de la mesa y se suele llegar a un acuerdo con rapidez. Luego llegan los plazos contractuales. Y al final, lo más intrincado de todo: los detalles como quién paga los viajes, si ponen jet para desplazamientos, número de pases para la familia y amigos, costear sus hoteles, si se queda con el coche al acabar la temporada…
El horizonte de sucesos se inició con el anuncio de Sebastian Vettel de colgar el casco el pasado jueves 28 de julio. Se supone que los contactos con Alonso llevaban semanas establecidos, y el aviso del cambio se produjo el lunes 1 de agosto a las diez en punto de la mañana, noticia programada con toda probabilidad desde el día anterior y que pilló a Alpine con los calzones bajados. Sus responsables afirman haberse enterado por el mismo comunicado oficial por el que nos enteramos todos, señal inequívoca de la falta de química entre piloto y su actual equipo. Lo habitual es avisar unos días, o al menos unas horas antes, para que les dé tiempo a no quedar como ‘los últimos en enterarse’, que fue justo lo que pasó.
Hasta el día anterior, los gestores de Alpine entendían que las negociaciones estaban en marcha, aunque se dice en los mentideros que el acuerdo fue firmado el sábado, el día después de su cumpleaños. Fue aceptado porque las condiciones de cuantías y plazos propuestas por Aston Martin coincidían el deseo de Alonso. Según Canal Plus Francia, el de Oviedo pedía a Alpine 25 millones de euros por temporada y firmar un periodo de al menos dos años continuados. Los galos no parecían proclives a aceptarlo, con una oferta de 1 + 1 temporadas si ambas partes estaban conformes al acabar la primera, y testar su rendimiento al acabar 2023. El corredor quería imponer sus deseos y eludir la posibilidad de dar a elegir a su contratante la opción de un posible despido al acabar la temporada próxima si no les gustaba lo que veían.
Si añadimos la visible frialdad, cuando no directamente desapego de Alpine hacia el piloto, es razonable pensar que buscase otros ambientes con la meta prioritaria en seguir corriendo al menos dos años más, con todo el resto de detalles como añadidos de segundo orden. La situación ha provocado la emergencia entre managers y resto de pilotos sin plaza, o con ganas de cambiarla para el año próximo, porque hay varios asientos en el aire; no de los equipos grandes, sino de los de la pedrea.
El primero en la lista de posibles candidatos fue Oscar Piastri y es el que ha disparado el verdadero novelón del verano. El australiano ha sido anunciado en la tarde del martes 2 de agosto como titular para 2023 acompañando a Esteban Ocon. El problema es que contra todo pronóstico y tras el anuncio oficial de la escudería, ha sido el propio piloto el que ha desmentido esto, dejando a Alpine como unos perfectos chapuzas. Ya extrañaba que en el comunicado oficial no hubiera declaraciones del australiano, que es lo habitual en estos casos, y a cambio les ha dedicado este mensaje desde su cuenta de Twitter:
«Entiendo que, sin mi consentimiento, Alpine F1 ha publicado un comunicado de prensa a última hora de la tarde de que conduciré para ellos el próximo año. Esto está mal y no he firmado un contrato con Alpine para 2023. No conduciré para Alpine el próximo año», ha zanjado.
Los responsables de Alpine han quedado como Cagancho en Almagro y tendrán que arreglar esto de alguna manera. Pero para explicar la situación hay que aclarar los antecedentes. Al parecer, el de Melbourne tenía un acuerdo con Alpine que le garantizaba un coche el año próximo, algo que sin la salida de Alonso (u Ocon) no hubiera sido posible so pena de ser cedido a otra escudería. Representado por el expiloto Mark Webber, se dice que guardaba en un cajón un precontrato con McLaren. En las últimas horas se supo que el acuerdo de Piastri con Alpine albergaba una cláusula que le concedería su libertad a partir del 31 de julio. De esta manera podría ocurrir que este equipo se encontrase sin Fernando y sin Oscar, y tuviera que echar mano de lo que hubiera disponible y no de lo que deseara.
El caso es que uno de los actuales titulares de McLaren, Daniel Ricciardo, debió ver tan claro que esto iba a cambiar las cosas que empezó a mover ficha. Daniel tiene contrato hasta al menos la Nochevieja de 2023, y es público que se encuentra incómodo donde está. Que Piastri haya sido anunciado parece más bien una jugada para dar cierta sensación de control de la situación antes de que todo se desmadre un poco más y parezca el desastre que parece. Que ahora sea el propio piloto el que desmienta lo anunciado de manera oficial por sus presumibles contratantes deja en muy mal lugar a la escudería, y algunos ya adivinan que alguna cabeza tendrá que rodar.
Pero hubo más estos días. Se rumorea que la primera llamada que recibió Otmar Sazfnauer, responsable operativo de Alpine, fue la del citado Ricciardo. Daniel ya estuvo corriendo para los de Enstone cuando se denominaban Renault, pero cuyas diferencias remitieron a otros destinos cuando allí regía Cyril Abiteboul, con quien mantuvo serias discrepancias. Es justo este último el que fichó a Alonso, algo a lo que hace alusión de forma continua Sazfnauer. En más de una ocasión, cuando le han espetado acerca de su falta de entendimiento con el asturiano, su respuesta ha sido «yo no estaba aquí cuando le contrataron».
Se sospecha quienes pueden ser los posibles candidatos. Alex Albon, actualmente en Williams, es uno, pero se alejaría del área de influencia de Red Bull, marca para la que pilotó y con la que aún mantiene excelentes relaciones. Nico Hulkenberg, un piloto Guadiana, que aparece y desaparece de manera intermitente, es otro. Ya estuvo corriendo para Renault/Alpine y se dice que estaba en conversaciones con Aston Martin tras la salida de Sebastian Vettel. El holandés Nick de Vryes también estaba entre los posibles del nuevo equipo de Alonso, y tampoco sería impensable verle pasear por Enstone… aunque sea a preguntar, porque necesitarán un piloto suplente. Mick Schumacher no parecía proclive a asomar por allí, y se hablaba de tratos con Aston Martin. Su ciclo en Haas debería acabarse ya; sin apenas resultados, un cambio de aires suele sentar siempre bien a pilotos en progreso, y el hijo del Kaiser está pidiéndolo a gritos desde hace un tiempo.
Otro rumor apunta a que Helmut Marko, director deportivo, le tiene en mente, para desplazar al japonés Yuki Tsunoda en Alpha Tauri si los resultados no llegan, y no están llegando. ¿Más? Sí, hay más. El norteamericano Logan Sargeant hace salivar a Liberty Media, propietaria de la categoría, y rodará de la mano de Williams en alguna jornada de viernes. Sargeant parece algo inmaduro, pero en el equipo que cierra la tabla no molestaría a nadie si Albon saliese, algo menos probable ahora, y le serviría para foguearse para su posible ingreso.
Otro ingrediente en esta ensalada de fichajes es el español Alex Palou, que ha sido anunciado por McLaren en su banquillo de pilotos a partir del año que viene. El actual equipo de Palou en la Indycar estadounidense, Ganassi, ha iniciado un contencioso legal contra Alex por querer marcharse teniendo contrato por un año más. Todo hace pensar que acabarán llegando un acuerdo, aunque sea pagando, y pasará a ser propiedad de McLaren ya sea para correr en Norteamérica o en la Fórmula 1, aunque esto último es poco probable.
¿Tienes ya dolor de cabeza? Pues no te vayas todavía, que aún hay más.
Se rumorea que el equipo Alpine está costando a Renault más de lo previsto y está recibiendo menos retorno de lo esperado, sin triunfos, pódiums, ni resultados que vender a nivel mediático. La venta de sus deportivos tampoco se ha visto incrementada de una manera espectacular, y los modelos nuevos o electrificados aún no han llegado. En 2021 colocaron 2.659 deportivos, casi el doble que los 1.343 de 2020, el año de la pandemia. Pero poco más de la mitad de los 4.376 que vendieron en 2019. Entrar en la Fórmula 1 cuesta mucho y trae más bien poco. La marca en sí apenas saca tajada de su inversión… así que es por esto que las mismas fuentes afirmen que la escudería esté en venta.
La Fórmula 1 no escuchará el ruido de sus motores hasta el viernes 26 de agosto en el Gran Premio de Bélgica. Menudas vacaciones de culebrón que nos vamos a tirar, porque de aquí a entonces van a seguir saliendo detalles. Mientras, Alonso estrenará su barco y sonreirá.