Una decisión de dos personas en la Fórmula 1 puede dinamitar la salida a Bolsa de Porsche
Un negocio en el que aún no está el fabricante alemán podría costarle miles de millones de euros
Paradojas de la vida. Un negocio en el que aún no está Porsche podría costar al fabricante germano de deportivos miles de millones. Puede parecer un Efecto Mariposa de libro, pero tiene más relación que el batir de alas de un insecto al otro lado del mundo. Se rumorea desde hace meses que el fabricante del mítico 911 va a ingresar en el exclusivo club de la Fórmula 1. Ha sido un secreto muy mal guardado, y muchos observadores creen que ha formado parte de una estrategia.
Las compañías que corren en Bolsa suelen pasar de las palabras a los hechos de manera instantánea. Esto es ante el temor de que el eco mediático, y más hoy con las redes sociales, desbarate las operaciones. Si todo ocurre muy rápido, no da lugar a que todo se descontrole. Por esto hay quien piensa que el runrún previo al anuncio oficial ha sido filtrado por los propietarios de la compañía, para elevar el valor de las acciones al prolongar el proceso previo y disparar el interés. ¿Acciones? ¿Qué acciones si Porsche no cotiza en Bolsa? Bueno, no a día de hoy, pero esta eventualidad está a punto de ocurrir. De hecho se considera que el anuncio de que esto ocurra sería hecho público como muy tarde en la primera quincena de septiembre. La jugada mediática sería un órdago a la mayor en caso de realizar la jugada financiera, subida en la ola generada por el previsible anuncio de «Red Bull, el equipo que gana en la Fórmula 1 se casa con el motorista Porsche».
Muchos echaron de menos este anuncio el jueves previo al Gran Premio de Bélgica junto al de Audi. Tanto Audi como Porsche tienen planes de ingreso en la máxima categoría, y si la firma de los cuatro anillos ya lo hizo público, al menos con su aterrizaje como motorista, a muchos extrañó que los directivos de Porsche no les hubieran acompañado. Al parecer, ambas marcas, hermanas y propiedad a día de hoy de los mismos, tienen proyectos divergentes a la hora de atacar la especialidad. Las dos se marcharon de las 24 Horas de Le Mans tras haberlo ganado en múltiples ocasiones, y se fueron a diversas categorías, pero se conoce que les ha sabido a poco. Existe un cálculo que apunta a que el desarrollo de los nuevos motores que lleguen a la Fórmula 1 a partir de 2026 no cuesten mucho más de los 95 millones de euros. La experiencia con motores híbridos en el Mundial de Resistencia y Dakar sumadas a su estructura tecnológica, les servirá desde el punto de vista técnico, y lubricará el camino desde el punto de vista financiero. El problema que ha surgido es otro: la voluntad de dos personas.
No se conoce que el deseo de Porsche sea el mismo, ni siquiera parecido al de Audi, de entrar con su propia escudería. Los del Cayenne quieren participar solo como motoristas, pero tras observar lo doloroso, caro, e improductivos años iniciales de Honda junto a McLaren, quieren garantizarse resultados en su participación de la mano de un equipo de garantías. A día de hoy solo hay dos equipos y medio llamados a ganar: Ferrari, en menor medida, Mercedes y Red Bull. Los dos primeros se construyen sus propios motores y jamás cederían ese hueco en sus monoplazas a un proveedor, así que les quedan los de la bebida energética. El equipo de Max Verstappen está actualmente motorizado por una exótica mezcolanza empresarial poco explicada. Sus motores están construidos por Honda en Japón, pero corren con una etiqueta donde se lee Red Bull Powertrains, que no están inscritos como motoristas y por ello no tienen voto en ciertas decisiones de la especialidad, aunque lo estarán antes de fin de año. En ese departamento del equipo ubicado en Inglaterra trabajan trescientas personas, personal que bien podría pasar en un futuro a la Porsche motorista, pero hay dos problemas. Uno es que a tenor de los resultados las relaciones con los japoneses han cambiado mucho.
Un motor Honda otorgó el año pasado su primer título a Max Verstappen y hoy el equipo lidera a placer y con varias victorias de ventaja la tabla de constructores. Nadie sabe muy bien si la frase ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’ tiene el mismo sentido pronunciado en japonés, pero queda claro que se ha oído por los pasillos de la factoría en Milton-Keynes. Por otra parte, existe un reciente problema de política interna en un noviazgo que quería ser matrimonio y hoy anda haciendo aguas. El plan era que Porsche se quedase con el 50% de las acciones de la escudería, no obstante tanto su director, Christian Horner, como el responsable deportivo y consejero personal del presidente de Red Bull, Helmut Marko, han detectado algo: con ese equilibrio accionarial podrían perder capacidad de decisión sobre la escudería y es algo que quieren conservar. Si el tema sale adelante sin más, Porsche podría enarbolar este triunfo sobre su cabeza justo días antes de salir a Bolsa. Si el asunto se tuerce y no acaba ocurriendo, esto podría convertirse en un arma de doble filo que podría hacer derrapar al 911 en uno de los momentos más sensibles de su historia empresarial.
Se habla de cifras delirantes en una de las ofertas públicas iniciales (IPO) más explosivas en años, con una valoración mínima de 65.000 millones de euros de salida, aunque hay quien la sitúa en cerca de los 100.000 millones. El inversor serio, el profesional, no se deja llevar mucho por lo mediático, aunque no desconozca el valor intrínseco de la imagen pública de la compañía; sin embargo, hay miles de ellos que pudieran retraerse o cambiar su actitud. Y estamos hablando de cifras con las que se podría comprar la totalidad de la Fórmula 1 varias veces en una mañana. El fin de semana pasado en Spa fue visto Koji Watanabe, director general de Honda Racing Corporation, y responsable ‘oculto’ de los motores de Red Bull. La presencia de directivos por las pistas no es infrecuente, pero verle en el circuito belga es raro por ser incómodo, y alejado de otros destinos con mejores comunicaciones y hoteles; parece una visita de urgencia. No sería de extrañar que la postura con respecto a Honda, que desea seguir a partir de 2026 y está realizando inversiones con miras al futuro, sea una jugada de póker político tanto con vistas a los japoneses como a los alemanes. El dueño de Red Bull, Dietrich Mateschitz, parece aceptar el acuerdo al 50% con Porsche, pero Horner y Marko recelan, y son los que tienen bloqueado el acuerdo. La FIA quiere que los motoristas estén inscritos antes del 15 de septiembre, y en Red Bull lo saben. Son los de Porsche los que tendrían que efectuar concesiones si no quieren ver manchado su estreno en el parqué, con consecuencias muy costosas en el valor de sus acciones. ¿Política? A Nicolás de Maquiavelo le hubiera encantado la Fórmula 1.