La 33 está cerca: los motivos que invitan al optimismo español en la Fórmula 1
En Aston Martin creen que su ritmo de actualizaciones y mejoras les pueden mantener con cierta ventaja en la lucha por seguir en lo alto de la clasificación
Se sospecha que en algún oscuro almacén de la sede de Aston Martin, con toda probabilidad, hay un cajón de camisetas guardadas y sin estrenar. En ellas un 33 en color claro y brillante sobre fondo verde celebra la futura victoria trigésimo tercera de Fernando Alonso. Sería la primera desde el 12 de mayo de 2013, en la que recaudó la última, y número 32. Tan seguros están en su escudería que ya la dan por hecha, y se basan en los espectaculares resultados que está recabando el asturiano en las tres carreras disputadas.
De momento y junto a Max Verstappen, es el único piloto que ha estado presente en el pódium de las tres citas celebradas. Aunque los Mercedes están avanzando más rápido de lo que se les pudieran esperar y ya han dado señales de una fuerte recuperación, los de Silverstone creen que su ritmo de actualizaciones y mejoras les pueden mantener con cierta ventaja.
Aston Martin ha saltado de séptimos a estar segundos este año, y es algo que aún no se lo acaban de creer. El propio Alonso ha declarado que esperaba que este año fuese una temporada de aprendizaje, para apretar fuerte en 2024, pero las cosas han salido mejor aún de lo esperado. La situación de ambas partes es de luna de miel, y en el equipo agradecen la capacidad de trabajo del ovetense, su compromiso, su exigencia y su aportación. Según sus responsables, el éxito acarreado y su energía ha galvanizado a la compañía con una ola de optimismo y motivación, que ha incrementado la pasión que ponen sus miembros.
También agradecen sus análisis técnicos, muy breves pero claros y precisos. Cada vez que habla, todos callan y escuchan. El año pasado estaban a más de segundo y medio de los mejores registros de Red Bull, y hoy su distancia con ellos ronda el medio segundo. La mejora ha sido espectacular, y es justo la medida de lo que lleva años pidiendo Alonso, y afirma ‘que lo que falta ya lo pone él’. Fernando lleva casi una década en la que no ha tenido un coche así, con imposibilidad absoluta de ganar con los McLaren de su segunda estancia en la formación de Woking, y muy difícil durante su estancia en Alpine. Sin embargo, este 2023 si tiene un coche con el que puede ganar.
Es tal la confianza de su escudería que su director, Mike Krack, ya ha dejado caer que incluso tienen el dinero preparado para abonar la más que segura multa que les caiga. ¿Multa por ganar? No… multa por celebrar en exceso. Desde el inicio de esta temporada, los integrantes de los equipos presentes en los boxes, mecánicos, ingenieros y personal diverso, tienen prohibido subirse a las vallas protectoras que separan la recta de meta de la calle de boxes; asomarse sí, encaramarse no.
Esas estructuras están pensadas para soportar el impacto de restos de coches en caso de accidente en la zona, pero no para sujetar varios centenares, puede que miles de kilos, de la veintena larga de técnicos gritando y agitándose en plena celebración. Krack ha dicho recientemente que «el que no la va a pagar va a ser Fernando», así que dan por hecho que ocurrirá antes o después.
Del éxtasis al aceite hirviendo
En Ferrari se encuentran en una situación incómoda, aunque los principales actores de la Scuderia, afirman vislumbrar soluciones en un horizonte cercano. Los italianos sorprendieron a todos el año pasado con un inicio de temporada impactante y un liderazgo inicial que resultaba prometedor. Cuando se supo que habían abandonado el desarrollo del monoplaza de aquel año, muchos supusieron que este 2023 su coche tendría un comienzo de año mejor. No solo ha sido decepcionante ver que es casi el mismo, sino que ha protagonizado uno de los peores inicios de temporada en décadas.
Su mejor resultado hasta hoy ha sido un cuarto de Carlos Sainz en la prueba inaugural, y una séptima plaza de Charles Leclerc en Arabia Saudí, con dos abandonos del monegasco. En Australia mejoraron algo, pero sin velocidad suficiente como para pensar que no son más que el cuarto mejor coche de la parrilla, y con problemas difíciles de atajar. Se sabe que el alerón trasero les da problemas, sus neumáticos se desgastan antes de lo previsto, lo que delata una geometría de las suspensiones que necesita mejorar, y el fondo plano genera menos carga aerodinámica de la que necesitan para ir fuertes en curva rápida.
El año pasado, en comparación con el Red Bull, estaban más igualados, pero esta temporada se les escapan con mayor facilidad cuando están emparejados… que es casi nunca. El SF-23 es algo imprevisible, y le cuesta seguir a otros, lo que no ayuda a sus pilotos a avanzar en carrera; tienen velocidad, pero se les complica el manejo a la hora de adelantar. El cambio de regulación le ha sentado muy mal a los bólidos rojos, y muy bien a los azules que son la referencia, y muchos no solo piensan que son inalcanzables, sino que se guardan más velocidad para usarla cuando la necesiten.
De momento en Ferrari no van a crear un coche B, sino mejorar las fortalezas del actual, y vadear los problemas que les han hecho quedar fuera de los puestos de cabeza en lo que va de mundial. Las limitaciones presupuestarias no invitan a suponer en grandes y costosas revoluciones, sino más bien en algo más lentas y limitadas evoluciones. Al menos, en Maranello, ya saben cuáles son sus problemas, y se atisban soluciones no a corto, sino a medio plazo. El otro problema es de orden político.
Influencia deshinchada
Hasta no hace mucho, cada vez que un directivo de Ferrari pisaba el paddock, el suelo temblaba. Esto ya no es así, y lo están pagando los pilotos. Esta afirmación está muy extendida de un tiempo a esta parte, y deja una fotografía clara en la última diatriba legal en la que ha participado, muy a su pesar, Carlos Sainz. Durante el Gran Premio de Australia, el madrileño cruzó la meta en cuarta posición, pero cerró la tabla clasificatoria en decimosegunda plaza.
Lo que ocurrió fue un desaguisado que podría haber tenido otro final si la fuerza política de Ferrari hubiera hecho su trabajo, algo que no ocurrió. Tras varios incidentes que detuvieron la cita austral en tres ocasiones, Sainz empujó el coche de Alonso a dos vueltas del final en la segunda salida de la jornada.
No estuvo acertado, y era más un lance de carrera de los muchos que ocurren, pero la aplicación de las reglas se ensañaron con el hijo de El Matador. A falta de esas dos vueltas, la prueba acabó neutralizada bajo coche de seguridad con la misma configuración en la tabla con la que arrancó instantes antes; sin embargo, dirección de carrera decidió castigar a Carlos con cinco segundos. Estos cinco segundos en condiciones normales hubieran supuesto uno o dos puestos, pero al haber pasado por meta todos los coches a ritmo no competitivo, pasó de cuarto a decimosegundo. El peor descalabro sancionador de la carrera deportiva de Sainz desde que corre en la F1 le quitó en un despacho lo que se ganó sobre el asfalto.
De forma añadida, el coche de Alonso acabó técnicamente la prueba tercero, esto es, aunque se salió de la pista y tuvo que volver a ella último, la clasificación final congeló su plaza en el momento previo al incidente. Nadie sufrió, no hubo daños, y nadie salió perjudicado al final más que Sainz. De forma bastante poco comprensible, su equipo no elevó una protesta tras la carrera —tienen un tiempo limitado para hacerlo—, pero tras pasar varios días, y siempre que aporten nuevas pruebas, si pueden apelar a que los mismos comisarios deportivos presentes en la prueba revisen su decisión.
En el equipo parecen haber encontrado una, que han presentado a FIA. Según informa Motorsport.com, Ferrari ha tenido acceso a datos de telemetría y GPS que apuntan a que Alonso frenó antes de lo previsto para evitar el contacto con Lewis Hamilton. Esto hizo reaccionar a Pierre Gasly, que fue el que cerró el paso al bicampeón, que se acabó yendo recto por la escapatoria. Esta semana debería saberse algo al respecto. Los defensores deportivos de Aston Martin fueron mucho más rápidos en Arabia Saudí con un problema bastante similar, y el ovetense no perdió su tercer puesto.
Conclusión: en Ferrari deben mejorar sobre el asfalto y fuera de él. Para que no ocurran estas cosas han cambiado a su director, y han puesto a Frederic Vasseur. Pues ahora ya sabes donde su equipo pierde tracción. Próxima cita; Gran Premio de Azerbayán, el 30 de abril.