Las incógnitas de la marcha de Hamilton a Ferrari: ¿a dónde irá Carlos Sainz?

El traspaso de Sir Lewis Carl Davidson Hamilton al equipo Ferrari ha sido, probablemente, la noticia del año en la Fórmula 1. El siete veces campeón del Mundo intentará recaudar su octava corona donde otros monarcas de la velocidad pincharon en hueso. De forma paralela, el heptacampeón ha dinamitado el mercado de fichajes con un principal afectado: Carlos Sainz. Ahora todos se preguntan sobre su destino.

Sir Lewis vestirá de rojo a partir de la Nochevieja de 2024 y su fichaje tiene más sentido del que pudiera parecer. Ferrari realizó una fuerte apuesta por valores venideros, de futuro, pero sin un bagaje glorioso como suele ser su norma. Ninguno de sus actuales titulares había ganado títulos ni carrera alguna antes de correr para los italianos. Si quieres ganar campeonatos, necesitas no ya pilotos buenos, sino aquellos acostumbrados a fajarse contra las durezas y adversidades de haber peleado por cetros.

Crecimiento interior para ganar

No basta con la indiscutible calidad de Charles Leclerc y Carlos Sainz, cada uno a su manera, sino que necesitas haber estado ya en la zona alta de la brega más rocosa. Ninguno de los dos ha visitado esa tesitura, mientras que Hamilton, con siete en el zurrón, ha peleado por unos cuantos más, y en dos escuderías distintas.

El problema ahora es cómo queda el mercado de pilotos, con un primer perjudicado de forma directa, el español Carlos Sainz. El único piloto que en 2023 pudo doblegar a los implacables Red Bull no tiene mucho que demostrar en la categoría, pero con Charles Leclerc recién renovado, resulta obvio que al acabar su contrato a finales de la temporada que aún no ha comenzado, saldrá por la puerta. La siguiente pregunta es: ¿a dónde?

La gestión de la carrera deportiva de Sainz es modélica, repleta de aciertos, y ya la quisieran mucho para si. Siempre ha dado saltos hacia arriba, y tras su ingreso en Toro Rosso, pasó a Renault, de allí a McLaren de manera muy afortunada, y desde la escudería británica fue reclamado por Ferrari para completar un ciclo de cuatro temporadas que acabarán este 2024.

Su paso por el equipo solo puede tildarse de excelente dado el status general de la formación, y Carlos serviría como titular en cualquier equipo con deseos de alcanzar campeonatos. A día de hoy hay dos formaciones deseables de acuerdo con estos estándares: Red Bull y Mercedes.

En el equipo azul tendríamos que esperar a una hipotética salida de Checo Pérez, que liquida contrato justo a finales de este 2024, que el equipo desee contar con él, y que Carlos asuma una incómoda realidad. Max Verstappen domina con mano de hierro esta escudería, es su líder indiscutible, y Sainz ya sufrió su compañía en Toro Rosso. En Red Bull tendría un coche magnífico, probablemente el mejor en 2025, pero estaría poco menos que condenado a volver a ser gregario, acompañante, segundón y sin apenas posibilidades de poder llevar la iniciativa y las mejores atenciones.

La otra posibilidad, Mercedes, es toda una incógnita. Si Hamilton ha salido de allí es porque ha visto que no van a poder pelear el dominio de Red Bull en unos años. Esta misma jugada fue la que ejecutó en 2012 cuando salió de McLaren para irse a Mercedes. Entonces nadie entendió aquel cambio; McLaren lograba victorias, mientras que Nico Rosberg y Michael Schumacher, peleaban por llegar a los puntos. Lo que ocurrió después fue una sorpresa para todos.

Mercedes ha perdido el brillo que se ganó durante los primeros años de la era hibrida. La llegada del efecto suelo los ha relegado a la segunda posición, y a no recabar victoria alguno durante los dos últimos años. Para Sainz, estar en Mercedes siempre será mejor que estar en otros equipos, de menor peso, más bajo presupuesto, menos relumbrón y peores posibilidades.

Aston Martin, una lejana opción

Otra de las opciones que muchos bajaran es rizar el rizo. Que alguno de los actuales titulares de Aston Martin deje su asiento libre para Sainz. Son demasiadas cosas en el aire para que todo cuaje, sin olvidar el rumor que apunta a que Honda podría hacerse con las riendas de la escudería en 2026; de ser así, algo tendrían que decir los japoneses.

Se sabe que en Audi sería muy bien recibido, pero sin equipo como tal, y con la fuerza de la marca, no estará en activo con esa denominación y medios hasta 2026. El año 2025, bien podría ser una temporada de transición subido a lomos de lo que ha sido Alfa Romeo hasta hace poco y este año será Stake Sauber F1, para reconvertirse en Audi dentro de dos temporadas.

Sería una jugada arriesgada y que le aleja de la posibilidad de recaudar títulos a corto plazo. Nadie piensa que en 2025 esa formación podrá estar en disposición lograrlos, ni de ganar carreras, y aunque llegue Audi con toda su fuerza, tampoco será fácil. Con la fábrica de motores en Alemania, y sede en Suiza, están lejos de toda la atmósfera británica de la F1, y esta es una de las causas por las que les está costando Dios y ayuda encontrar personal. Están sufriendo un desarrollo como equipo más lento de lo deseado.

Audi siempre acaba ganando

Audi es una marca excepcional, muy unida al deporte, que siempre ha ganado todo aquello en lo que han participado. En rallies, en resistencia sobre el asfalto, o sobre arena en el Dakar, siempre acaban ganando, pero esto lleva tiempo. Si Carlos tiene lo tiene, y hablamos de cuatro o cinco años desde hoy —como mínimo—, esa opción es perfecta. Irá adonde le quieren y donde retendrá posibilidades con los años. Aunque necesitará un contenedor repleto de paciencia del tamaño del desierto de Atacama.

De lo que no hay duda es que los representantes de Carlos Sainz deben ponerse en marcha lo antes posible en la búsqueda de equipo para el año siguiente, porque hay demasiados pilotos cuyos contratos caducan al finalizar la actual temporada.

En la Fórmula 1 hay dos temporadas: la que se corre sobre el asfalto, y la que se disputa en los despachos, salas de aeropuertos, aparcamientos, dentro de coches de alquiler, o en establecimiento de McDonalds, como el que acabó uniendo a Red Bull y el motorista Honda. Ese divierte a los aficionados casi tanto como el otro.

Mientras tanto, Fernando Alonso sonríe y guarda silencio. Su contrato también caduca a finales de 2024, lo que ha disparado la imaginación de sus seguidores. Este año nos lo vamos a pasar bien. Como siempre.