Ola de despidos en la F1: el ingeniero de Alonso, los motores de Renault y el director de carrera
La noticia buena de la semana en la categoría es que las chocolatinas Kit-Kat la endulzarán como patrocinador
Una DANA parece haberse posado en el día de ayer martes sobre la Fórmula 1. La cadena de destituciones, despidos, y bajas más o menos previstas de actores importantes llegó de tres en tres: Aston Martin desplaza a Dan Fallows, responsable último del coche de Fernando Alonso; Renault abandona de manera oficial la fabricación de motores en la categoría; y Niels Wittich, director de carrera, es fulminado de forma inesperada a falta de tres pruebas.
De las tres jugadas, la más sorprendente ha sido el semidespido de Dan Fallows, director técnico de Aston Martin. No ha sido enviado a las filas del paro, sino que «pasa a realizar otras tareas dentro del grupo», que es una forma amable de decir «que gracias, pero que se quite de en medio».
El ingeniero británico es un hombre conocedor y muy reputado, mano derecha de Adrian Newey durante años en Red Bull, que aterrizó en Aston Martin hace ahora dos años y medio. Muchos se las prometían muy felices con su llegada, y el sorprendente inicio de la temporada 2023 fue un gran comienzo. Aquel coche había sido desarrollado por la escudería previamente, y el primer monoplaza de su cuño era el de este 2024.
El AMR24 empezó el año casi peor que lo acabó en la temporada previa y ha habido momentos en que ha sido considerado el octavo o noveno coche de la parrilla. Si en 2023 acabaron quintos, gracias a los puntos acumulados en las exitosas primeras carreras, quintos se encuentran hoy. El drama es que a falta de tres citas para liquidar el calendario, acumulan menos de un tercio de puntos que entonces. Está claro que a mejor no han ido, sino más bien a peor.
Fernando Alonso hace lo que puede, y el habitual estado de enamoramiento que suele vivir en los inicios de su relación con cada nueva formación a la que llega parece haberse desvanecido. No arremete contra su gente, pero desde primeros de año deja en el aire lacónicos mensajes en los que pide unas mejoras, avances y eficiencia que no llegan.
Dan Fallows deja el camino expedito para el que fuera su jefe, Adrian Newey, que se incorporará a primeros de 2025 y pondrá sus habilidades en el monoplaza de 2026. El asturiano tiene contrato para 2025 y 2026, aunque hay quien pone en duda que aguante hasta el final de este periodo ante el bajo rendimiento de los bólidos verdes y la desazón que ello le provoca. El bicampeón tendrá la última palabra al respecto, suerte que no ha tenido el ingeniero que parió su coche.
El impacto de mayor calado por motivos históricos, deportivos e incluso empresariales es la certificación de lo que se venía rumiando desde hacía un par de meses: la desaparición de Renault como motorista. La marca del rombo, un clásico en el mundo de la competición, no habita como tal en la parrilla de la Fórmula 1. Lo hace de manera delegada como Alpine, una empresa filial que construye deportivos y vende unos pocos miles cada ejercicio.
Los galos tienen una extraña forma de participar en la F1 desde 1977: llegan, avanzan, aportan buenas ideas, suelen ganar, y luego se marchan. Tras el periodo de actividad, obtienen rédito publicitario durante un tiempo, viven de las rentas, hasta que en un ciclo de bonanza suelen regresar y reinician el proceso. A veces lo hacen como escudería, están un tiempo como meros motoristas, luego vuelven… este es su juego. Pero hay algo más, algo de orden político y de imagen.
Tras la jugada de renombrar a su formación como Alpine, muchos creen que había el posicionamiento de un fusible. Si Alpine triunfase, Renault ya hallaría la manera de obtener sus beneficios; si fracasaban u ocurría lo que ha acabado ocurriendo, la que fracasa no sería Renault, sino Alpine.
La era híbrida sentó muy mal a los franceses, que acabaron con ningún cliente más que ellos mismos, con una factoría mal financiada y un número de trabajadores muy inferior al de sus competidores. La llegada de Flavio Briatore este mismo 2024 para poner orden en un equipo convulso llevó liquidar esta unidad de negocio, que pasará a ejercer otras tareas. A partir de 2026, Alpine, el equipo que fuese Renault, llevará motores comprados a Mercedes.
El director de carrera, despedido
El evento más inesperado de una jornada agitada como pocas ha sido la salida de Niels Wittich. Puede que este nombre no diga nada a casi nadie, pero es nada menos que el director de carrera de todos los grandes premios. Tras la desaparición del apreciado y longevo Charlie Whiting en 2019, ya van tres directores de carrera, no sin fuertes polémicas; cuatro si se cuenta a Rui Marques, que conducirá las pruebas hasta final de este 2024. Es una plaza sensible, complicada, y que ha costado el puesto a esos tres en un tiempo récord.
Para quitar hierro al asunto, la Federación Internacional de Automovilismo emitió un comunicado en el que expuso que Wittich se marchaba, al que el alemán respondió a través del medio alemán Motorsport-Magazin, con un «No he dimitido. Me han despedido». Delata que la cosa no ha terminado bien entre ambas partes.
Trifulcas entre FIA y pilotos
La decisión llega después de quejas por parte de los pilotos hacia el presidente de la FIA, Mohammed ben Sulayem, pidiendo el fin de las sanciones económicas por asuntos menores y más transparencia en cuanto a cómo se invierte este dinero. Por otra parte, las actuaciones de los comisarios y las decisiones del propio Wittich quedaron en entredicho durante el pasado Gran Premio de Brasil, y puede haber sido el detonante de esta decisión.
Al menos, la Fórmula 1 tiene algo que puede hacer más llevadero el destino de Dan Fallows, Renault y Wittich allá a donde vayan: les pueden dar un paquete de chocolatinas Kit-Kat, que desde el principio de esta semana es patrocinador oficial de la categoría. Ojalá todos ellos se hagan «un Kit-Kat» y volvamos a verles de nuevo. Es bastante posible.