Se desvelan detalles sobre el último intento de chantaje sobre Michael Schumacher
Un guardaespaldas despedido se vengó de la familia en una trama cuyo juicio comienza estos días
Tiene doble tarea. A Corina Schumacher, la esposa del siete veces Campeón del Mundo de Fórmula 1 Michael Schumacher, le ha tocado cuidar de su marido y proteger su intimidad. Y no es fácil, porque a cada poco salta la noticia de algún desaprensivo que quiere demostrar que es más despreciable que el anterior, al querer sacar provecho de un enfermo que no puede valerse por sí mismo.
La desgracia del legendario corredor comenzó un 19 de diciembre de 2013. Schumacher, un enorme aficionado al esquí, bajaba por las pistas de la estación invernal de Méribel, en los Alpes franceses. La mala suerte se cebó con él al tropezar con una piedra oculta por la nieve y darse de cabeza en su caída con otra poco más allá.
El piloto estuvo en coma un tiempo, para más tarde pasar con una férrea discreción a su casa de Suiza. Corina no quiere que sepa absolutamente nada del estado de Michael, y pide discreción absoluta a todo aquel que tenga acceso al paciente. Poco o nada se sabe de su estado real, solo que está impedido y le cuesta comunicarse. Muy poco más.
Ya en los traslados surgieron los primeros intentos de obtener información sobre su estado. Uno de los encargados de su transporte inicial robó unos documentos con informes médicos de Schumacher, los ofreció a varios medios alemanes a cambio de una fuerte suma de dinero, y le denunciaron. El enfermero pisó la cárcel, donde se suicidó en agosto de 2014.
Años después, la familia advirtió de la presencia de drones en los alrededores de su residencia. Corrió el rumor de que dichos aparatos eran propiedad de unos paparazzis que habían conseguido grabar imágenes del heptacampeón tomando el sol en su terraza. Nunca salieron a la luz, ni la policía suiza realizó detenciones.
En abril de 2023, la revista alemana Die Aktuelle anunció que publicaría «la entrevista más esperada con Michael Schumacher». Fue una revolución entre los medios y aficionados, sin embargo, se trataba de una falsa entrevista generada con inteligencia artificial. Le costó el puesto a la directora de este medio.
La última es mucho más triste, porque procede directamente de las personas de su entorno cercano, en concreto de alguien contratado para protegerle: su guardaespaldas. Markus Fritsche, de 53 años, se incorporó al círculo más cerrado e íntimo de la familia poco antes del accidente de esquí. Tras ocho años de trabajo, fue despedido y maquinó su venganza, a la que puso un precio: 15 millones de euros.
Utilizó su acceso de confianza a los Schumacher para robar fotografías y vídeos, y utilizarlos en un plan de chantaje vengativo. Los detalles han salido a la luz porque este mes de diciembre arrancará en la ciudad alemana de Wuppertal un juicio contra los tres responsables; Fritsche no estaba solo.
Según la fiscalía alemana, se puso de acuerdo con uno de sus mejores amigos, Yilmaz Tozturkan, de la misma edad, y Daniel Lins, de 30, hijo de este segundo. La presencia de Lins es clave en la trama por ser un experto informático, un hacker. El escolta sustrajo unas 1.500 fotografías y 200 vídeos donde —se entiende— hay imágenes sensibles y nunca vistas de Schumacher.
El guardaespaldas obtuvo las imágenes e informes médicos, procedimientos, y documentación y las guardó en cuatro memorias USB y dos discos duros. Fritsche puso en marcha su plan cuando empezó a ser consciente de que iba a ser despedido.
Exponerlo en la Dark Web
Con todo el material acumulado, contactaron con la familia, y les pidieron un rescate si no querían ver todo publicado en la Dark Web. Tozturkan, portero de la discoteca Grey en la ciudad alemana de Constanza y próxima a la frontera suiza, llamó desde un número oculto que fue el que marcó el número de los Schumacher a primeros del mes de junio.
En respuesta, un empleado de la familia solicitó pruebas de que efectivamente tenían los archivos. Lins, el informático, envió un correo electrónico imposible de rastrear el 11 de junio con cuatro fotografías, una pequeña muestra que atestiguaba la seriedad de la amenaza. En el mensaje adjunto se estipulaba que el pago tendría que hacerse en dos fases al mes siguiente.
La familia denunció el asunto, la policía suiza se puso manos a la obra, y pudo rastrear el número del autor de la llamada. El trío fue puesto bajo vigilancia para ser detenidos el 19 de junio. Los investigadores aseguran que Tozturkan y Fritsche, que viven en Wuppertal, se conocen desde hace más de veinte años. Los dos han sido acusados de extorsión, y Lins de complicidad.
Uno encarcelado, dos en libertad condicional
De momento, Tozturkan se encuentra en prisión preventiva, y los otros dos en libertad bajo fianza. Fritsche trabaja —al menos hasta la fecha de su detención— como guardia de seguridad en la planta de Mercedes-Benz en Düsseldorf. La fiscalía pide un mínimo de cuatro años de cárcel para ambos, pero debido a la elevada suma exigida, podrían ser condenados a penas superiores si son declarados culpables.
De Michael Schumacher y su estado apenas llega información. Se habla de que este verano su hija Gina Maria se casó en su casa de Mallorca, en la que hubo un reducido número de invitados, y de esto hay pruebas. De las que no hay es que entre ellos estaba el piloto, del que dicen, sonrió.