Javier Bardem subió al pódium del GP de Abu Dhabi de F1 tras la victoria (ficticia) de Brad Pitt
Termina el rodaje en escenarios reales y se encamina a su final para estar en los cines el 25 de junio
Era todo muy raro. Para Charles Leclerc era su segunda visita al pódium de la jornada, pero más extraño era para George Russell. El británico subió al cajón a pesar de haber acabado quinto un par de horas antes. Lo que elevaba el nivel de exotismo a niveles jamás alcanzados es que los dos bañarían en champán al ganador de la carrera: Brad Pitt.
Por si fuera poco, el cuarto en escena, a modo de receptor del trofeo al equipo vencedor, no era otro que el actor español Javier Bardem. El pódium era real, el circuito era real, los que aplaudían eran reales y real era el picor en los ojos del espumoso. Lo que resultaba falsa era toda la ceremonia, montada ex profeso para una de las escenas finales de la nueva película sobre la Fórmula 1, que verá la luz antes del verano próximo.
Los dos pilotos de verdad ejercían de extras muy auténticos, puesto que hacían de sí mismos y en un procedimiento habitual en sus domingos. Para el actor americano todo aquello sí que era nuevo, sobre todo los aplausos reales como piloto del público que aún quedaba en la pista de Yas Marina, que saldrá reflejado de la misma manera en la cinta.
Todo este montaje era una de las últimas escenas rodadas en los circuitos de la próxima película del actor de Hollywood y el marido de Penélope Cruz. Producida por Apple y dirigida por Joseph Kosinski —el mismo de Top Gun: Maverick—, se lleva rodando en escenarios reales y durante el discurrir de Grandes Premios reales desde la temporada pasada.
Tanto Pitt como Bardem, y el otro protagonista de la historia, Damson Idris, han compartido espacios comunes con los protagonistas reales de la categoría. Han estado presentes en reuniones de pilotos, encuentros con los medios, presentaciones ante el público general, el momento de escuchar los himnos, o hasta el llamado Driver’s Parade, que es ese instante en el que los corredores dan una vuelta al trazado subidos en un tráiler y saludando al público presente.
El productor de la película, Jerry Bruckheimer, estuvo presente en Abu Dhabi y mantuvo un encuentro con algunos medios. Según indican, el equipo de rodaje estará todo el resto de la semana realizando tomas adicionales, para luego pasar a la sala de edición junto a todas las imágenes acumuladas. Dos tercios del film, lo realizado en escenarios reales, está ya terminado y apenas queda el tercio restante, a ejecutar en platos y escenarios construidos para esta producción.
Los equipos de rodaje ya no volverán a pisar los circuitos, y esta fase se ha dado ya por concluida. De tener que hacerlo, tendrían que esperar al comienzo de la temporada 2025, y lo que es peor: cambiarían los colores de coches, camiones, uniformes y patrocinadores del escenario real.
Tanto director como productor quisieron ceñirse mucho a la realidad más palpable y acercar mucho a los espectadores a lo que viven los protagonistas. Fue una receta de éxito con el complejo rodaje de Top Gun: Maverick, que devolvió multimillonarios dividendos. Rodar la película en los mismos escenarios donde se disputa la Fórmula 1 y al mismo tiempo que se disputan las pruebas ofrecía la oportunidad perfecta para hacerla lo más cercana posible a la vida real.
La inmersión en el mundo de la F1 ha sido tan cercana que hasta han clonado las supersticiones de muchos pilotos. Son detalles que Brad Pitt ha trasladado a su personaje, Sonny Hayes, un piloto retirado y de cierta edad que vuelve a los circuitos para ayudar a un novato, Joshua Pearce, encarnado por Damson Idris.
Rodaje complejo con mucha ayuda de los pilotos
Los responsables se han mostrado muy agradecidos a la ayuda de todos los pilotos reales, extras de lujo en la superproducción de Hollywood, en la que el siete veces Campeón del Mundo, Sir Lewis Hamilton, ha ayudado no solo como asesor técnico, sino como productor, se ha jugado su dinero. La aportación de Hamilton fue, en esencia, corregir detalles como la marcha de los coches al entrar en determinadas curvas, cómo se visten su ropa ignífuga y en qué orden, cómo se manipula el volante, y otros elementos rutinarios para los profesionales.
Brad Pitt y Damson Idris tuvieron que pasar un riguroso entrenamiento para poder pilotar los monoplazas usados en la película. Sus bólidos, enmarcados en la escudería ficticia APXGP —dirigida por Javier Bardem— son versiones tuneadas de la categoría Fórmula 2 con el mismo aspecto, y atendiendo a la reglamentación de la F1. Medidas, alerones, derivas, escapes, y todo aquello que visualmente diferencie los dos tipos de coche, fue maquillado por técnicos del equipo Mercedes para que no escapase ni un detalle al ojo del más experto observador.
Filtraciones si, gracias
Una de las consecuencias de rodar durante fines de semana de carreras es que con tanto público, y con la facilidad de capturar imágenes, muchas imágenes se hayan filtrado a través de las redes sociales. Escenas como la del pódium en Abu Dabi, el desmayo de Pitt en Las Vegas, sus celebraciones con la bandera mexicana frente a la gigantesca tribuna «Foro Sol» en México ya han salido a la luz. Sin embargo, los productores no se muestran incómodos ante esta realidad, es más, la tenían muy asumida, y entienden que no se desvela nada importante de la trama.
El propio Bruckheimer explicó que muchas cosas de las que se vean en pantalla les sonarán a los aficionados más acérrimos; los accidentes, trucos de pilotaje, y gestos más personales han sido sacados de hechos históricos.
Tanto a Kosinski como a Bruckheimer no les asustan las producciones complejas. Si en su último éxito utilizaron cazas de combate o portaaviones de la Marina estadounidense, en esta ocasión realizaron todo su trabajo en mitad de una competición. Durante casi dos años montaron el garaje de la escudería ficticia APXGP pegado al resto de equipos en la calle de boxes, llevaron sus tráileres pintados con llamativos colores y patrocinadores reales —Mercedes o Tommy Hilfiger—, y realizaron todo su trabajo sin interferir al devenir de la competición. Y no fue fácil. Por eso se muestran agradecidos a los equipos y pilotos reales, porque fueron aceptados de buena fe por todos y recibieron gran ayuda.
Baches por la pista
La conclusión del rodaje en escenarios reales se retrasó con respecto a lo planificado, debido a la huelga de actores y guionistas en Hollywood del año pasado. A pesar de ello, tuvieron suerte, porque muchas escenas de rodaje secundario, tomas de detalles, y las imágenes propias de la llamada «segunda unidad» pudieron ejecutarse sin soliviantar a los huelguistas, puesto que no entraban dentro de sus reivindicaciones. Las cosas se retrasaron algo, pero no fue un periodo de tiempo perdido.
El rodaje debería acabar pronto, puesto que el estreno mundial en salas de cine tendrá lugar el 25 de junio en todo el mundo menos en Estados Unidos, donde se podrá ver dos días más tarde. Se llamará de una forma muy simple: «F1». Tampoco se han matado a pensar. Ese fin de semana se disputará el Gran Premio de Austria. Si a alguien no le gusta la película, siempre podrá quedarse con la carrera real, pero no podrá ver ni a Brad Pitt ni a Javier Bardem tirándose champán por encima. En la película sí.