Los vídeos que demuestran el doble rasero arbitral con el Real Madrid se quedan cortos
El malestar con el estamento arbitral en el palco, el vestuario y entre los aficionados merengues es total
Estupefacción, preocupación, indignación, desamparo… todos estos términos sirven para definir cómo se sienten en la Casa Blanca tras el arbitraje de Ricardo de Burgos Bengoetxea en el Sevilla F.C.-Real Madrid del pasado sábado. Veteranos directivos curtidos en mil batallas califican la actuación del trencilla como «lo nunca visto», y desde Real Madrid TV se muestran más convencidos que nunca de que los vídeos demostrando el doble rasero arbitral «se quedan cortos». Es más, avisan sarcásticamente con producir «un largometraje».
Carlo Ancelotti, por su parte, tira de ironía para evitar posibles sanciones. El malestar con el estamento arbitral en el palco, el vestuario y en los aficionados merengues a días de El Clásico es total.
La ironía de Ancelotti
Carletto, como el club al que representa, se siente indefenso ante los colegiados, pero como quiere evitar posibles sanciones tira de ironía: «El árbitro ha acertado en todo. Hizo un partido de nivel». Estas declaraciones corresponden a la sala de prensa. Unos minutos después, ante las cámaras de Real Madrid TV explicó las mismas: «La ironía es la única manera porque si digo lo que pienso del arbitraje me caen muchos partidos».
La imagen que mejor representa el sentir del técnico italiano se produjo cuando De Burgos Bengoetxea se acercó al área técnica para pedirle calma tras una falta de Ramos a Bellingham no señalada. El colegiado, que trata de coger con las dos manos a Ancelotti, recibió un contundente «no me toques» por parte del enfadadísimo director técnico del Real Madrid. Viniendo del sosegado Carletto, la instantánea vale más que mil palabras.
¿De qué se queja el Madrid?
En el Madrid no logran comprender varias acciones concretas, pero a dos de ellas le siguen dando vueltas este martes. La primera es el penalti de Jesús Navas sobre Vinicius al filo del descanso que De Burgos no ve y en el que el VAR no interviene «inexplicablemente». La segunda, el gol de Bellingham que no sube al marcador. En este caso, inicialmente, el colegiado (inmejorablemente situado) da continuidad a la jugada y le dice al sevillista Ocampos que se levante para acabar por anular su primera orden, sin pitar falta mediante y dándole la posesión de pelota (que ya tenía) al Real Madrid. Un «sindiós» con «difícil explicación» insisten desde la Castellana.
La incomprensión crece en el Madrid cuando detectan que esta tendencia se traslada a las pequeñas acciones del encuentro: una mano de Ocampos en un centro de Carvajal que no se pita, un claro córner de Ramos que se convierte en saque de puerta, una falta de Acuña a Valverde que frena un contragolpe y se va al limbo… decisiones aisladas que erosionan la moral de la tropa y que menoscaban la credibilidad de un estamento arbitral tocado de muerte tras la explosión del caso Negreira o Barçagate.
Tocados y… ¿hundidos?
Y es que algo muy grave sucede cuando tienes cabreado a todo el mundo. Desde que se conocieron los pagos del FC Barcelona durante 17 temporadas a Enríquez Negreira (el número dos de los árbitros españoles en pleno ejercicio de su actividad) todo está bajo sospecha. El Madrid se queja a través de su canal de TV, pero cuesta encontrar un equipo que no haya emitido un escrito lamentándose de los jueces con silbato sobre el terreno de juego en los últimos meses.
Clubes como Osasuna o Cádiz se cansan de sacar comunicados, otros como el Sevilla deciden no acudir al palco del FC Barcelona mientras no se aclare el Barçagate, incluso este fin de semana el jugador del Girona David López asegura que el árbitro Ortíz Arias insulta y falta al respeto a los jugadores… Esto sucede en paralelo a la instrucción del juez Aguirre que investiga por posible enriquecimiento ilícito a varios colegiados en activo. Un estamento, el arbitral, tocado y hundido para todos salvo para el presidente de la comisión gestora de la RFEF, Pedro Rocha, que considera que: «Tenemos a los mejores árbitros del mundo». Yo más bien diría que el que vive en otro mundo es el señor Rocha.