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La otra cara del dinero

Gol de la UEFA a la FIFA con el Balón de Oro

La organización que rige (y se lucra con) los destinos el fútbol europeo se ha aliado con los organizadores del premio, Groupe Amaury

Gol de la UEFA a la FIFA con el Balón de Oro

Leo Messi, con su último Balón de Oro. | Agencias

La UEFA lo quiere todo. Con el espectro de la Superliga rondándole las competiciones y la Liga Árabe birlándole jugadores de relumbrón, necesita más que nunca controlar el cotarro. Sin el poderío millonario de sus rivales (ellos son más de recaudar que de aportar), sabe que no lo queda otra que tirar de jerarquía. 

La Historia es una de sus bazas: lleva organizando los torneos más prestigiosos del mundo del fútbol -la Champions/Copa de Europa y la UEFA/Europa League- desde siempre. Pero necesita reforzarla con uno de sus acompañantes más eficaces: el glamur.  

El fútbol es un deporte de equipo, cierto, pero su verdadero argumento de márketing está en la individualidad épica de los futbolistas. La locura de los fichajes lo deja bien claro. Florentino Pérez lo supo ver mejor que nadie y armó la estrategia de los Galácticos que aún le está dando rédito, empezando por el estandarte del gran enemigo: Luis Figo

Por eso la ceremonia más trascendental del fútbol actual es la que entrona al mejor jugador del mundo. Ahí está el verdadero caladero del márketing. Y, pese a que los mejores siempre juegan en sus competiciones, la UEFA no lo tenía controlado.

A principios de temporada entrega sus premios UEFA Players of the Year, que en la última edición recayeron en Erling Haaland y Aitana Bonmatí. Pero todo el mundo está pendiente del gran clásico a estos efectos: el Balón de Oro

La edición de este año del evento en que se conceden, celebrado la semana pasada en París, acaparó los focos de los medios deportivos (y muchos no deportivos) del planeta. Su jurado lo forman 180 periodistas de todo el mundo (el de la UEFA, solo 53), que eligieron a Messi, en vez de a Haaland. El Mundial pesa lo suyo.

En la versión femenina coincidieron. Pero la gloria del Balón de Oro es, de momento, superior. Cecilia de la Serna resaltó en estas páginas el logro increíble de Aitana Bonmatí: Champions, Mundial, MVP en ambos torneos y Balón de Oro. «Una combinación inédita en el fútbol». Solo el Balón de Oro está a la altura de los títulos en el terreno de juego.

El día antes de la celebración, la UEFA anunció en su web que habían alcanzado un acuerdo con los creadores del galardón para coorganizarlo a partir del año que viene. Serán socios, por lo tanto, del Groupe Amaury, propietario de las empresas de comunicación France Football y L’Équipe.

El Balón de Oro se lo inventó en 1956 Gabriel Hanot, director de la revista France Football. En principio solo lo podían ganar jugadores europeos que compitieran en alguna liga europea. El británico Stanley Matthews, entonces en el Blackpool, se llevó el primero.

Stanley Matthews en 1965 - Keystone Pictures USA
Stanley Matthews en 1965 – Keystone Pictures USA

El prestigio del premio aguantó el ritmo imparable del fútbol. Supo adaptarse. En 1995, con las ligas europeas ya repletas de talento exótico, se abrió a jugadores de cualquier nacionalidad, siempre que jugaran en Europa. El primer beneficiado, ese mismo año, fue el liberiano George Weah, que militaba precisamente en un club francés, el PSG, aunque el Milan lo fichó a mitad de temporada. 

En 2007, se eliminó el requisito de competir en Europa y, además, el premio se alió con las nuevas tecnologías: la inclusión de votaciones online abrió la panoplia de periodistas en el jurado. El nuevo espíritu le permitió competir en rango con el premio al Jugador Mundial de la FIFA, cuyos gerifaltes decidieron unir fuerzas con el Grupo Amaury: en 2010 nació una fusión bautizada como FIFA Balón de Oro. 

George Weah en 1995
George Weah en 1995 – Bildbyran

La UEFA, siempre buscándole las cosquillas a su hermana mayor, aprovechó el hueco para fundar el año siguiente sus propios premios, a los que solo podían presentarse los futbolistas que jugaran en Europa.

Pero la convivencia con la FIFA no es fácil. Sus cabezas pensantes tuvieron, por ejemplo, la brillante idea de imponer que también votaran los seleccionadores y capitanes de las selecciones nacionales de sus diferentes federaciones (a las que necesitan contentas porque recauden para ella en los caladeros concretos de cada país). No tardaron en saltar chispas y, en 2016, el Grupo Amaury rompió el acuerdo, recuperó el nombre del trofeo y volvió al jurado de solo periodistas.

En cuanto las aguas han vuelto a su cauce, a la UEFA le ha faltado tiempo para saltar sobre el Balón de Oro. En el anuncio de su asociación con Groupe Amaury, la asociación con sede en la fiscal y jurídicamente amable Suiza recuerda que “el Balón de Oro® es el galardón más prestigioso que puede recibir un futbolista en reconocimiento a logros destacados y talento excepcional”. ¿Mensaje a la FIFA?

Los presidentes de la FIFA, Giovanni Infantino, y de la UEFA, Aleksander Ceferin
Los presidentes de la FIFA, Giovanni Infantino, y de la UEFA, Aleksander Ceferin – Grzegorz Wajda

Interesante, por cierto, el matiz del símbolo de «registrado» bien pegado al producto. De hecho, el texto recalca más adelante que «Groupe Amaury sigue siendo el propietario de la marca Ballon d’Or® y seguirá supervisando el sistema de votación, que permanecerá sin cambios y será independiente». 

La UEFA dice también que «contribuirá con su experiencia futbolística, comercializará los derechos comerciales globales y organizará la gala anual de premios». En concreto, su presidente Aleksander Čeferin, quiso recordar que «las competiciones de clubes y selecciones nacionales de la UEFA, como la Liga de Campeones de la UEFA y la Eurocopa de la UEFA, se consideran los escenarios mundiales más importantes para los jugadores de élite y, a menudo, desempeñan un papel fundamental en la candidatura de un jugador a importantes honores y su lugar en el panteón del fútbol».

Golpe en la mesa mientras la FIFA pergeña un nuevo asalto al caladero económico por excelencia del fútbol, el de los equipos de las mejores ligas del mundo, con la expansión de su Copa Mundial de Clubes, el antiguo Mundialito: en junio anunciaron un nuevo formato con nada menos que 32 equipos. Se ve que el negocio de las selecciones nacionales se les ha quedado pequeño.

¿Quién dará el siguiente golpe?

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