Un clásico para ponerse las pilas
El Real Madrid ha caído ante el Barça por cuarta vez en territorio norteamericano, pero los merengues siguen optimistas
Arda Güler, la nueva estrella turca del Real Madrid. | William Volcov (Zuma Press)
Se ha convertido en una extraña tradición veraniega. La de palmar contra el Barça, digo. Cuatro clásicos disputados en terreno estadounidense y cuatro derrotas sufridas por los madridistas a manos de los culés: 2-3 en 2017 (Miami), 1-0 en 2022 (Las Vegas), 3-0 en 2023 (Dallas) y 2-1 en 2024 (New Jersey).
Un parcial de nueve goles a tres que duele más en lo estético que en lo meramente deportivo, pero que nunca es fácil de encajar cuando se trata del máximo rival. Y es que, por lo que sea, cuando el Barça está en frente, en los EEUU sobrevuela el (inmediato) mal augurio. Esta vez en forma de tormenta.
Y como en los Estados Unidos no se andan con bromas, avisaron durante toda la previa: «Si cae un rayo en un diámetro de ocho millas de distancia al estadio, se suspende el partido». Y así fue. A los 13 minutos de juego, todo el mundo a vestuarios (como manda el protocolo) para no volver a reanudarse el duelo hasta pasada una hora y cuarto.
Sinceramente, el merengue de a pie con el que he tenido la oportunidad de charlar le da una importancia mínima al resultado. Incluso los más optimistas me recuerdan que «casi siempre que perdemos en la gira acabamos ganando la Champions» (así sucedió en 2017 y 2022). Circunstancia que también parecen tener interiorizada los tótems del vestuario.
Courtois se marca un Carvajal
Lo de hace un año parecía bastante más grave. Sonrojante goleada en Dallas con el equipo titularísimo (esta vez estaba plagado de suplentes) y, aun así, mensaje tranquilizador-retador con la prensa del veterano Dani Carvajal en el post-match: «estoy convencido de que en competición oficial les vamos a pasar por encima».
Podía parecer una sobrada de Dani, pero de eso nada. Tres duelos durante la temporada y tres victorias para el Real Madrid. 1 a 2 en Montjuic, 4-1 en la Supercopa de Arabia y 3-2 en el Santiago Bernabéu. Esta vez el parcial bueno, el que vale, el oficial, fue de nueve goles a cuatro para el Madrid. El lateral derecho tenía razón.
Y como Courtois recuerda lo que dijo su compañero, de declarar sabe un rato, y además le tocaba salir a la palestra con la prensa a comerse el marrón, pues se marcó un Carvajal: «Como dijo Dani la temporada pasada… ¡A la hora de la verdad, ya veremos!». Argumentos a los que agarrarse no les faltan.
Arda, maravilla
Entre ellos, un sensacional Arda Güler. El turco está demostrando que no es flor de un día, ofreciendo continuidad a su fantástico final de temporada con el Real Madrid y a su notable Eurocopa con Turquía. Dentro del vestuario, tienen claro que «fue el mejor» de los blancos en Nueva Jersey con su bonito gol, mal anulado por fuera de juego, y su precisa asistencia a la cabeza de Nico Paz.
Está gustando tanto Güler a Carletto que ni siquiera lo cambió en los 90 de juego. Daba la impresión de que el técnico italiano quisiera seguir disfrutando de su depurada técnica y sus milimétricos desplazamientos de pelota. Algo que no sucedió con Brahim o Endrick, que sí que fueron sustituidos.
La gira está para esto, para demostrar credenciales y, de momento, Arda, maravilla.
Ponerse las pilas
Ahora le toca al resto. De los niños, Nico Paz demostró que merece más oportunidades, y Endrick, que tiene fútbol para dar y regalar una vez que venza la ansiedad por demostrar, típica del debutante, que en el clásico se apoderó de su fútbol por momentos. En cuanto a los veteranos, casi se nos había olvidado, pero Courtois es descaradamente bueno. El mejor. Quizá no fue su mejor partido técnicamente, pero nos dejó un par de paradas de puros reflejos que están sólo a su alcance.
Y de Vini… ¡qué decir! Recién incorporado a la concentración y con un solo entreno en sus piernas, dio un recital de desborde y cambios de velocidad volviendo loca a la defensa rival. El canarinho volvió como se fue, demostrando que no hay futbolista más en forma en el panorama futbolístico.
Como ven, el madridismo tiene buenas noticias a las que asirse para restar importancia a las dos derrotas cosechadas contra A.C. Milan y FC Barcelona en la tournée americana, pero, de puertas para adentro, en la institución se hace una autocrítica moderada.
Se «da la importancia que se tiene que dar a un par de derrotas en pretemporada», pero al mismo tiempo se es consciente de que «hay que mejorar contra el Chelsea», ya que es la última prueba de fuego antes de la disputa de la final de la Supercopa de Europa contra la Atalanta el día 14 en Varsovia.
Vamos, que hablando en plata, saben que tienen que ponerse las pilas en esta semana que queda. Con la llegada de Bellingham, Mbappé, Valverde o Carvajal, la empresa será algo más sencilla.
