Uno de cada cuatro jóvenes españoles con trabajo vive en la pobreza
Debido a los bajos ingresos y las dificultades por encontrar empleos bien remunerados, la edad de emancipación de los jóvenes es la más baja en doce años, un 19,7%. Por otro lado, los jóvenes adultos de entre 30 y 34 años, que tradicionalmente mostraban unas pautas de emancipación estables, acumulan tres trimestres consecutivos de descensos, el último de algo más del 7%. Al contrario de la percepción generalizada que relaciona el abandono del hogar familiar con un mayor riesgo de empobrecimiento, el informe constata que el alcance de la pobreza y exclusión entre la población joven emancipada en 2015 fue inferior al de los que siguen viviendo en las casas de sus padres. Son los jóvenes adultos que permanecen en la vivienda familiar los que tienen mayor probabilidad de estar en riesgo de pobreza y exclusión social, incluso teniendo trabajo si éste es precario, en concreto el 34,8%, frente al 27,2% de los que se han emancipado. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la juventud española radica en el carácter temporal de los contratos, la sobrecualificación (que afecta a más del 56%), y la prolongación de las jornadas de trabajo, ya que según el informe, excluyendo los trabajos a tiempo parcial, los jóvenes se ven obligados a dedicar más de 40 horas semanales a sus puestos de trabajo aunque no se vean compensados mediante remuneración económica. La población joven ocupada es la que ha experimentado el avance más rápido en el riesgo de pobreza y exclusión social en los últimos años: del 13,7% en el 2009 al 24,5%.
El 24,5% de los jóvenes españoles con trabajo vive en riesgo de pobreza y exclusión social, en gran medida debido a la obtención de empleos cada vez más precarios. Esta es una de las alarmantes cifras arrojadas por el Consejo de la Juventud en el Observatorio de Emancipación, que sitúa el retroceso de la tasa de jóvenes que han podido independizarse en un 4,84% con respecto al año pasado.
Debido a los bajos ingresos y las dificultades por encontrar empleos bien remunerados, la edad de emancipación de los jóvenes es la más baja en doce años, un 19,7%. Por otro lado, los jóvenes adultos de entre 30 y 34 años, que tradicionalmente mostraban unas pautas de emancipación estables, acumulan tres trimestres consecutivos de descensos, el último de algo más del 7%. Al contrario de la percepción generalizada que relaciona el abandono del hogar familiar con un mayor riesgo de empobrecimiento, el informe constata que el alcance de la pobreza y exclusión entre la población joven emancipada en 2015 fue inferior al de los que siguen viviendo en las casas de sus padres. Son los jóvenes adultos que permanecen en la vivienda familiar los que tienen mayor probabilidad de estar en riesgo de pobreza y exclusión social, incluso teniendo trabajo si éste es precario, en concreto el 34,8%, frente al 27,2% de los que se han emancipado. Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la juventud española radica en el carácter temporal de los contratos, la sobrecualificación (que afecta a más del 56%), y la prolongación de las jornadas de trabajo, ya que según el informe, excluyendo los trabajos a tiempo parcial, los jóvenes se ven obligados a dedicar más de 40 horas semanales a sus puestos de trabajo aunque no se vean compensados mediante remuneración económica. La población joven ocupada es la que ha experimentado el avance más rápido en el riesgo de pobreza y exclusión social en los últimos años: del 13,7% en el 2009 al 24,5%.