El conglomerado siderúrgico alemán Thyssenkrupp ha anunciado este jueves la supresión de 5.000 puestos de trabajo «en los próximos tres años», además de los 6.000 ya anunciados, tras una pérdida operativa de 860 millones de euros en su año fiscal 2019/2020, marcado por la crisis del coronavirus.
Lo más importante: «Para hacer frente (…) a los efectos de la pandemia de COVID-19, Thyssenkrupp necesita una reducción de 11.000 puestos en total», ha dicho el grupo en un comunicado. El conglomerado, en crisis durante varios años, había iniciado en 2019 una amplia reestructuración, que en principio tenía que afectar a 6.000 empleos. Casi 3.600 puestos de trabajo ya se han suprimido este año, según la empresa.
Pero la pandemia[contexto id=»460724″], una «prueba masiva» según la directora general, Martina Merz, ha empeorado la situación del grupo. De hecho, el volumen de negocios de Thyssenkrupp se redujo en un 16% en su ejercicio económico 2019/2020, hasta los 35.400 millones de euros.
Sin embargo, la compañía registró un beneficio neto de 9.500 millones de euros gracias a la venta de su división de ascensores por 17.200 millones de euros en febrero. Esta operación, que se suponía que iba a ser un nuevo comienzo, ya no es suficiente ante la crisis actual. Por eso Thyssenkrupp anunció en mayo su intención de «encontrar socios» en su histórica división de acero, que está acumulando pérdidas.
La división de acero registró una pérdida operativa ajustada (EBIT) de 946 millones de euros el año pasado. Por su parte, la filial de automóviles, también lastrada por la pandemia, sufrió una pérdida operativa de 260 millones de euros, consecuencia de la caída de las ventas del sector entre marzo y septiembre.
El gigante británico de acero Liberty Steel, fundado y dirigido por el industrial Sanjeev Gupta, ya lanzó una oferta pública de adquisición en octubre. También se están llevando a cabo conversaciones con SSAB de Suecia y la compañía india Tata Steel.
