Los españoles son los ciudadanos de la Unión Europea (UE) que han experimentado los mayores cambios de comportamiento en sus hábitos de consumo con la pandemia de coronavirus, sobre todo en lo que se refiere a una elección de alimentos más deliberada y consciente, según un estudio realizado en 10 países.
Lo más importante: el estudio, difundido por el consorcio europeo EIT Food y obtenido tras encuestar a 5.000 personas de Suecia, Alemania, Reino Unido, Polonia, Italia, Francia, Grecia, Finlandia, Rumania y España, refleja que el país «registró el mayor aumento de consumo en casi todas las categorías de alimentos». Los españoles son los que registran «más tiempo del habitual» (81%) y están en el top 4 de los países con dificultades económicas por la COVID-19, amplía el estudio, que refleja también que en España han aumentado las compras de alimentos planificadas y la entrega a domicilio, así como comparar las marcas y comprobar la frescura de los alimentos.
En concreto, el 53% de los españoles encuestados reconoce que es más cuidadoso al planificar las compras (la media europea se sitúa en el 45%), frente al 4% que dice que es menos cuidadoso; y un 35% en España asegura que tiene tendencia a comprar productos más baratos (la media comunitaria es del 27%). Asimismo, el estudio apunta que un 46% de los españoles comprueba más las fechas de empaquetado y caducidad (frente al 36% de la media europea), y solo un 5% dice estar menos pendiente; y un 37% de los encuestados en España considera que es importante la cercanía de establecimientos de alimentación (en comparación al 30% de la media comunitaria).
España se coloca en segundo lugar, con un 41% (tras Rumanía, con un 43%), entre los países que más importancia le darán a la alimentación saludable tras la pandemia. En términos generales, este estudio revela que casi la mitad de los encuestados (49%) dice que la protección de su salud es más importante como resultado de la pandemia; que un 35% compra más productos locales; y que es «muy probable» que un 87% continúe haciéndolo en el futuro.
Además, un 34% de los consumidores ha perdido parte o la totalidad de sus ingresos durante la pandemia, lo que hace que la asequibilidad de los alimentos sea una prioridad clave después del confinamiento. Los productos que mayor aumento han registrado han sido las frutas (32%), las verduras y legumbres (27%), la harina (27%) y los lácteos (24%). Los consumidores han experimentado también un cambio hacia el consumo de snacks en vez de establecer comidas prestablecidas (un 30%, frente al 19% que sí se organiza más).
En lo que se refiere a las prácticas dentro del hogar, un 36% de los encuestados señala que ha incrementado su tiempo de ocio cocinando, frente al 13% que lo ha disminuido; con la gente de entre 18 y 35 años como el mayor rango de edad que ha aumentado esos tiempos (43%). Respecto al comportamiento de los consumidores una vez finalizada la pandemia, el 27% de las personas encuestadas asegura que es más importante tener tiempo para cocinar comidas caseras y el 30% quiere comer alimentos más variados.