La filial neozelandesa del gigante de alimentos y cosméticos Unilever experimentará la semana laboral de cuatro días, sin recortes salariales para los empleados. Así lo ha anunciado este martes la empresa, que ha tomado esta decisión siguiendo una propuesta en este sentido del Gobierno neozelandés, de centro-izquierda, para reactivar la economía.
Lo más importante: el grupo precisa que sus 81 empleados podrán formar parte de este experimento que previsiblemente comenzará en diciembre y tendrá una duración de un año. Dependiendo de los resultados en Nueva Zelanda, Unilever se plantea introducir la semana laboral de cuatro días en otros países. «Nuestro objetivo es medir el rendimiento en función de la producción, no del tiempo. Creemos que la antigua forma de trabajar está desactualizada y ya no es adecuada», ha dicho el director general de Unilever Nueva Zelanda, Nick Bangs.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, presentó en mayo la posibilidad de cambiar a la semana de cuatro días para ayudar a reactivar una economía lastrada por las restricciones impuestas por el coronavirus[contexto id=»460724″], incluyendo un confinamiento de siete semanas. E incentivó las ideas creativas que favorecieran la flexibilidad en la empresa.
Bangs ha destacado un aumento del interés por una semana de trabajo más corta, después de que la pandemia alterara la cultura laboral en la oficina. «Este es un momento emocionante para nuestro equipo, una forma de validar el papel de catalizador que la COVID-19 ha desempeñado en la transformación de las prácticas en el mundo laboral», ha dicho.
La empresa espera que sus empleados ganen en productividad si les permite una mayor flexibilidad. Los resultados de este experimento serán posteriormente analizados por la Universidad de Tecnologías de Sídney. «Estamos ansiosos por compartir las lecciones de este experimento con otras empresas de Nueva Zelanda, con la esperanza de incitar a otros a reflexionar sobre la forma en la que trabajan», ha añadido Bangs.
