La sexta ola de covid da la puntilla al PIB y termina de hundir la previsión del Gobierno
Los expertos temen un escenario de estanflación y consideran que los Presupuestos Generales del Estado para 2022 ya son papel mojado
El avance de la sexta ola de la covid, confinamientos como el de Austria, las nuevas restricciones que afrontan países como Francia, Alemania, Portugal y España, entre otros, y la variante omicron del virus conforman el cóctel perfecto para dar la última puntilla a las ya desfasadas previsiones del Gobierno sobre las que giran los Presupuestos del año que viene. La cascada de rebajas de proyecciones de crecimiento, que avanzó THE OBJECTIVE, por parte de diversos organismos públicos y privados -desde la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) hasta el Banco de España pasando por entidades internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y casas privadas de análisis- invalidan de forma unánime la pretensión de PIB del Ejecutivo de Pedro Sánchez, del 6,5% para este año. De hecho, antes del agravamiento de la situación sanitaria, la media del consenso ya apuntaba a un PIB al 4,8% que desmiente el escenario calculado por el departamento que dirige la vicepresidenta económica Nadia Calviño.
Los expertos consultados por este diario avisan del riesgo que añade la sexta ola y las medidas de ella derivadas a una recuperación económica que pierde fuelle, en un contexto de inflación disparada, problemas en las cadenas de suministro y debate en los bancos centrales sobre la retirada de estímulos. De hecho, las bolsas han reaccionado a la baja con fuerza ante el empeoramiento del horizonte económico.
El profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles destaca para THE OBJECTIVE que la nueva ola de contagios en Europa va a tener una incidencia importante desde el el punto de vista económico porque va a afectar de nuevo a sectores como la hostelería, el turismo y el transporte, ramas de actividad que ya de por sí vienen muy tocadas, explica Robles, o que ya tienen crisis particulares y que lógicamente van a tener una implicación muy negativa en algunos países. «Principalmente España se puede ver muy afectada porque, aunque no registre los mismos niveles de contagios que otros países, lo cierto es que vamos a recibir muchas menos visitas en los próximos meses y también podemos ver más afectada, si cabe, la cadena de suministros por limitaciones en la capacidad de recepción o de emisión de mercancías». Dentro de la incertidumbre que imposibilita hacer previsiones certeras en este contexto incierto, Robles aventura que el crecimiento se puede ralentizar en un punto.
Por su parte, el economista y profesor de la Fundación de Estudios Financieros (FEF) Miguel Ángel Bernal argumenta que el rebrote de los casos de covid en Europa, con confinamiento y restricciones en algunos países, como Austria y Eslovaquia, esbozan un posible escenario preocupante sobre las economías. No solo es Europa, añade: también hay que tener en cuenta que en otras áreas del mundo la tasa de vacunación es muy inferior a la de nuestro continente. Bernal atisba «un freno superior al previsto en la actividad económica mundial» y cree que habrá que estar atentos a China, una economía sobre la que ya recaen previsiones de crecimiento más débiles. El experto muestra su preocupación por la nueva variante sudafricana, que podría ser resistente a las actuales vacunas y cuya evolución ya ha despertado suspensiones de vuelos.
La estanflación, más cerca
Las perspectivas sobre la economía mundial en materia de crecimiento se han visto frenadas por circunstancias como el alza de precios de las materias primas, la energía, el transporte, la escasez de microchips, así como por fuertes tensiones geopolíticas –Rusia y Europa, Francia y Reino Unido, China y Estados Unidos, Marruecos y Argelia- añade Bernal, quien además sentencia que «el fantasma de la estanflación toma más cuerpo como posibilidad». Volver a una situación de restricciones, aun siendo menores que las previas, supone un freno a la actividad y este freno podría hacer que haya que revisar nuevamente a la baja los diferentes cuadros macroeconómicos y, por tanto, las perspectivas serían de crecimientos muy débiles.
Para el caso español, aun cuando de momento no estamos en una situación pandémica tan delicada como en otras áreas, sería una mala noticia, coinciden los expertos consultados, que destacan que el escenario sobre el que se han construido los Presupuestos para 2022 sería ya totalmente papel mojado y llevaría a que las estimaciones de déficit público no se pudieran lograr por la caída de la recaudación. Bernal y Robles coinciden en que la situación complicaría aún más las perspectivas laborales, ya frenadas por la nueva realidad, y pospondría por tanto la rebaja del desempleo.
Por otra parte, los analistas destacan que al crecimiento más escuálido habrá que añadir el riesgo que supone que los precios en España sigan acelerándose. «Se conoce la intención de aumentar la fiscalidad de los combustibles fósiles, por lo que afrontamos un encarecimiento de los inputs de producción», señala Bernal, quien destaca: «Hasta el momento las empresas han venido asumiendo el aumento contra su margen bruto, la pregunta es hasta cuando podrán hacerlo. Antes o después se trasladará a los precios y por tanto repercutirá en la productividad de las empresas, afectando muy negativamente a aquellas con dificultades o que ya son zombis». Por otra parte, esa subida puede generar un círculo vicioso inflacionista por el traslado a las pensiones y salarios, que, como explicó THE OBJECTIVE, supondrá 10.000 millones más en jubilaciones y sueldos públicos. «Acuerdos salariales como el que han cerrado las huelgas de Cádiz dejan entrever una disposición del Gobierno a subidas que en una posible situación de estanflación se tornan peligrosas».
Un indicador de que la inflación seguirá al alza: el índice de precios industriales (IPRI) marcó en octubre un nuevo máximo histórico al registrar una subida récord del 31,9% respecto al mismo mes del año anterior, ocho puntos porcentuales más que el incremento interanual registrado en septiembre. Según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios industriales alcanzan así su valor más alto desde que comenzó la serie histórica (en enero de 1976) impulsados sobre todo por el encarecimiento de la energía, que se sitúa igualmente en máximos tras dispararse su coste un 87% respecto a octubre de 2020.