La tardía gestión de la crisis de transportes provoca pérdidas millonarias a los súper
Los supermercados lamentan que se haya tardado tanto en llegar a un acuerdo lo que les ha supuesto pérdidas millonarias en contingencias
In extremis y tras más de once horas de negociación, el Gobierno y el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) llegaban este viernes a un acuerdo para desconvocar el paro patronal convocado para los días 20, 21 y 22 de diciembre, que había puesto en jaque al sector de la distribución en plena campaña navideña.
Las patronales que conforman el sector del gran consumo (ACES, AECOC, ANGED, ASEDAS y FIAB), que estos días vive fechas de mucho movimiento, respiran aliviadas pero lamentan que la tardía solución al conflicto les ha costado pérdidas millonarias. «Estamos satisfechos porque se haya desconvocado este paro del transporte, pero nos parece que se ha hecho tarde», reconoce Ignacio García Magarzo, director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), a THE OBJECTIVE. «Las partes negociadoras tendrían que haber hecho un esfuerzo por evitar los daños que se han producido a toda la cadena de suministros porque se han incurrido en costes muy importantes que han llegado en un momento muy inoportuno», añade el representante de supermercados como Mercadona o Dia.
Desde el sector reconocen que es importante que se haya finalmente evitado un paro que hubiera ocasionado daños irreparables para las empresas y el conjunto de la economía, si bien las compañías del mismo se han visto obligadas a incurrir en elevados costes -al tener que adelantar su aprovisionamiento de productos- que perfectamente se podían haber evitado.
Costes millonarios
«A nosotros nos han hecho polvo, la verdad», reconocen a este diario fuentes del sector. «La amenaza de desabastecimiento se soluciona a base de un gran esfuerzo logístico, de cargar las tiendas, de tensar la cadena con los proveedores para asegurarnos que finalmente si para el transporte, no había problema», añaden estas mismas fuentes. «Esto se podría haber evitado desconvocado antes, negociado de otra manera, son temas muy antiguos que el sector llevaba reivindicando mucho tiempo», aseguran.
En este sentido, las empresas del gran consumo aseguran estar plenamente comprometidas con el impulso de un transporte de calidad, eficiente y sostenible y siempre ha mostrado su voluntad de diálogo para avanzar y llegar a acuerdos con ese objetivo. Por eso no comprenden que las organizaciones que representan a las empresas cargadoras hayan quedado excluidas de la mesa de diálogo y negociación, especialmente considerando el gran impacto que para ellas presentan buena parte de las medidas que formaban parte de la negociación, explican.
Por ello, reconocen que están aliviados pero con la sensación de que se podría haber hecho antes. «Si el mismo acuerdo al que han llegado, en los mismos términos, se hace una semana antes pues no habría daños », aseguran. Unos daños que estas fuentes calculan en el entrono de los 200 millones de euros para todo el sector. Pero es pronto para saberlo. Estas fuentes no se atreven a matizar una cifra hasta que acabe esta semana porque parte ha sido gasto de la carga de las tiendas. «Hay que tener en cuenta el posible desperdicio, si al final de la semana, que es la semana de Nochebuena, vemos que hay producto que no se ha vendido porque se ha llevado demasiado pronto a las tiendas y se ha deteriorado, ese coste se incrementará». Puede haber, en cualquier caso, «un coste de varios cientos de millones de euros», denuncia.
No hablamos solo de coste por posible deterioro de producto fresco, contabilizan el coste extra en toda la distribución de potenciar esa logística y ser previsores ante los posibles paros finalmente desconvocados. «Hablamos de turnos del personal, de doblar las rutas del transporte, de sobrecarga, de ocupar almacenes, de servicio a tienda… todo eso cuesta dinero», explican.
Acuerdo alcanzado
Dentro de lo firmado entre patronal y gobierno hay varios puntos. En cuanto al tema de la carga y descarga, y tal como explica Fenadismer (Federación Nacional de Transportes de España) en un comunicado, «se prohibirá que el conductor realice las operaciones de carga y descarga de las mercancías tanto en el origen como en el destino del servicio del transporte, salvo determinadas especialidades que por su idiosincrasia requieren su participación, como es el caso de los transportes de mudanzas, vehículos cisternas, portavehículos, vehículos grúas, paquetería y pequeños repartos locales».
En cuanto a la subida de los precios de los carburantes «se establecerá la obligatoriedad, sin posibilidad de pacto en contrario, de actualizar las tarifas de transporte que los transportistas perciben de sus clientes a las variaciones del precio del gasóleo, lo que se aplicará a todos los contratos continuados de transporte, ya sean escritos como verbales (más del 80% de la contratación en el sector del transporte se realiza de forma verbal)». Desde las empresas del gran consumo reiteran que es importante seguir trabajando desde un modelo de colaboración que permita garantizar la competitividad y productividad del sector, especialmente en el actual contexto de recuperación económica.