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Prisa ultima el cierre de su segunda refinanciación con la banca en un año

En esta nueva operación podría extenderse el plazo del pago de la deuda y se mejorarían las condiciones de los plazos de amortización de la deuda.

Prisa ultima el cierre de su segunda refinanciación con la banca en un año

Sede del grupo Prisa en Madrid, en una imagen de archivo. | EUROPA PRESS

El grupo Prisa ultima el cierre de una nueva refinanciación de su deuda bancaria. El pacto ya se ha alcanzado y el acuerdo con los acreedores es total, por lo que a falta de cerrar los últimos flecos administrativos la operación se anunciara previsiblemente esta semana o la próxima, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes conocedoras del proceso.

Estamos hablando de la segunda refinanciación de la deuda del grupo en un año ya que la anterior se cerró formalmente en diciembre de 2020. En esta nueva operación podría extenderse el plazo del pago de la deuda, se mejorarán las condiciones de los covenant (plazos de amortización de la deuda) y se actualizarían los ratios financieros a la actual situación financiera de la compañía, aunque es probable que aumenten los tipos de interés comprometidos.

Es probable que Prisa también se comprometa a una amortización en los próximos meses que pueda reducir de manera importante los actuales 855 millones que se deben a la banca acreedora. Un montante que vendría probablemente de una nueva ampliación de capital en la que se está trabajando y que podría significar una inyección de al menos 80 millones de euros, un 10% del actual montante adeudado.

Una operación que -como ha contado este diario- serviría para que Vivendi desembarque en el capital y pueda cumplir su objetivo de subir desde su actual 10% hasta el 29%. De hecho, esta ampliación sería íntegramente suscrita por el grupo galo, los que además serviría para diluir a los accionistas que actualmente no pertenecen al núcleo de decisión junto con Amber Capital (19%) y Telefónica (9,4%).

Renegociación de 2020

En diciembre de 2020 Prisa acordó con la banca extender el vencimiento de la deuda hasta marzo de 2025, con un coste inicial del 5,5%. Contemplaba la amortización de 400 millones de deuda que se abonó con el dinero de la venta de Santillana España por 465 millones de euros. Con ello se redujo el montante total a los 855 millones y se consiguieron 275 millones para hacer frente a sus necesidades de liquidez.

Entre los acuerdos no se incluyeron pagos inmediatos, aunque según estas condiciones en 2023 deberán abonar 147 millones de euros en créditos (línea superior senior), mientras que en 2025 tendrá que pagar un total de 753 millones. No son necesidades de liquidez inmediata, pero el mal año 2021 para el sector y las malas perspectivas para 2022 han obligado a negociar con la banca nuevas condiciones ante la imposibilidad del cumplir los ratios financieros comprometidos con sus acreedores.

En esta línea, la entrada de Pimco en la ecuación ha sido clave. El fondo estadounidense compró a finales de octubre en el mercado secundario un 20% de la deuda de Prisa en poder de HSBC y Caixabank, lo que le convirtió de facto en el primer acreedor de la compañía. En esta condición, Pimco ha sido el factor determinante en la renegociación con el objetivo de asegurarse el pago de estos montantes en el mediano plazo.

Separación societaria

Una renegociación que se ha gestado en base a un cambio de estrategia frente a la separación de los medios y Santillana y el negocio que todavía les queda en Latinoamérica. Cuando se cerró la refinanciación de 2020 se estableció como prioridad «el marco para una futura separación efectiva de los negocios de Educación y Media». Sin embargo, un año después el propio presidente del grupo, Joseph Oughourlian, ha advertido que la realidad de los mercados obliga a paralizar este proyecto y buscar otras alternativas.

En el medio de estas dos declaraciones se encuentran una serie de acontecimientos que han empeorado la situación financiera de la compañía. El primero fue la frustrada venta de Santillana Latinoamérica con dos pretendientes que se bajaron de la operación cuando estaba prácticamente hecha, por el deterioro de sus respectivos negocios. Un varapalo para Prisa que esperaba sacar tajada de su negocio en América para apuntalar sus finanzas en España.

Por otro lado, los bancos se opusieron a la separación de la deuda de Prisa en estos dos nuevas sociedades. El proyecto de escisión pasaba por repartir de manera equitativa la deuda total entre las nuevas sociedades, pero la banca no encontró ningún aliciente para facilitar este proceso.

En este contexto, la situación económica se ha deteriorado. En los nueve primeros meses del año 2021, los ingresos han caído a 486 millones de euros, un 2% menos que en el mismo periodo del año 2020, cuando la pandemia hundió al sector. A falta de conocer los detalles del cierre de año la facturación está muy lejos de los casi 1.500 millones registrados en 2014, hace solo siete años.

Caída bursátil

Y todo ello en medio de un hundimiento bursátil que no da síntomas de mejoría. La acción ha perdido un 37% de su valor en un año hasta los 58 céntimos. Un desplome que sería peor si no hubiese producido el interés de Vivendi a finales de octubre, que logró impulsar la acción desde sus mínimos históricos de 47 céntimos.

Precisamente el interés de Vivendi en Prisa es el gran salvavidas que espera la compañía. Ya sea como ampliación de capital o comprando acciones a otros socios, se espera que impulse los negocios de medios de la compañía con una importante inyección financiera. Para ello es vital que reciba la autorización de Moncloa para subir hasta el 29% del capital, un plácet estaría cercano como ya ha informado este diario.

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