Repsol mantiene las dudas sobre la salida a Bolsa de su filial de Renovables
La compañía también baraja dar entrada a un socio estratégico a través de la venta de una parte minoritaria del 25%
Repsol sopesa todavía qué hacer con su filial de renovables. La compañía anunció en noviembre de 2020 que se daba un plazo de entre 12 y 18 meses para una posible salida a Bolsa o para dar entrada a un socio estratégico a través de la venta de una participación minoritaria, pero aún no lo tiene decidido.
La petrolera está poniendo todos sus esfuerzos en crecer en el campo de la energía verde y, por ello, aspira a lograr el mayor volumen de recursos posible. Fuentes cercanas a la compañía subrayan a THE OBJECTIVE que las dos opciones no son contrarias y que la sociedad aún tiene margen para cumplir con el plazo que ella misma estableció.
De hecho, planea vender una participación minoritaria del 25% de su filial renovable para posteriormente saltar al parqué mediante una OPV, siguiendo los pasos de Acciona Energía, que cotiza desde julio del curso pasado. Repsol ha encargado a JP Morgan la gestión del proceso y el banco estadounidense ya ha repartido el cuaderno de venta entre potenciales inversores, según fuentes citadas por CincoDías.
Repsol tiene el objetivo de alcanzar una capacidad instalada de renovables de 6 gigavatios (GW) para 2025 y de 20 GW para 2030 y para lograrlo tiene previsto invertir 19.300 millones de euros, tanto en generación eléctrica renovable como en producción de hidrógeno verde hasta 2025. Del total, el 35% —6.500 millones— irá destinado a iniciativas de bajas emisiones.
En el campo del hidrógeno renovable se ha fijado como objetivo hasta el 2030 la instalación de una capacidad de 1,9 GW con un desembolso de 2.549 millones de euros en toda la cadena de valor y utilizando todas las tecnologías disponibles, como la electrólisis, el biometano y la
fotoelectrocatálisis que está desarrollando junto a Enagás.
Alianza con Amancio Ortega
En este contexto, las diferentes opciones para financiar el crecimiento de la energética en el negocio de las renovables también incluyen operaciones como la que cerró en noviembre con Pontegadea, el vehículo inversor de Amancio Ortega. Se trató de la primera operación del fundador de Inditex en el negocio de las renovables tras hacerse con un 49% del parque eólico Delta —situado en la provincia de Zaragoza— por 249 millones de euros.
Repsol transformó su sociedad Repsol Generación Eléctrica en sociedad anónima en marzo del año pasado como paso previo y necesario para una posible futura salida a Bolsa de este negocio. De esta manera, continuaba con los trabajos para ajustar su estructura societaria al plan estratégico que lanzó meses antes y gozar así de una mayor flexibilidad, aunque la incertidumbre regulatoria a la que se enfrentó el sector tras los decretos aprobados por el Gobierno para abaratar la factura de la luz también ha podido frenar sus planes.
La hoja de ruta del grupo a 2025 representa transformar su organización en cuatro áreas de negocio (Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones), apoyadas por áreas corporativas y de servicio más eficientes, con el fin de incrementar la obtención de resultados y el afloramiento de valor.
Competencia
La compañía que dirige Josu Jon Imaz desembarcó con fuerza en el negocio eléctrico y de renovables en 2018 con la compra de activos de Viesgo por unos 733 millones de euros. En ese momento, su cartera de clientes era de unos 750.000 y actualmente alcanza los 1,3 millones.
Ahora le acechan competidores como la italiana Eni, que en julio sorprendió haciéndose con una cartera de proyectos renovables de casi 3 GW. Compró los activos del fondo Azora Capital y la compañía Dahmma. Por su parte, Cepsa también se encuentra bajo la mayor transformación de su historia. Maarten Wetselaar ya ha tomado los mandos de la compañía para desarrollar su nueva estrategia de ‘giro verde’, a través de la cual pretende aumentar su peso en energías renovables y acelerar su descarbonización.
La petrolera española, controlada por el fondo Mubadala (61,5%) y participada por The Carlyle Group (38,5%), analiza diferentes alternativas para sus negocios —a la vez que potencia el crecimiento de los mismos—. En concreto, trabaja en la revisión estratégica de su negocio de Química, considerado como una de las joyas de la corona del grupo.