El 80% de los clientes de la antigua Bankia pagan más comisiones con Caixabank
Solo 1,5 millones de usuarios de la extinta nacionalizada se benefician del programa de tarifas cero del nuevo grupo
Una de consecuencias de la fusión de Caixabank con Bankia ha afectado de lleno al bolsillo de los clientes de esta última. La integración tecnológica de la operativa se produjo el pasado noviembre y desde entonces el 80% de los 7,6 millones de usuarios que se incorporaron al grupo catalán pagan más comisiones por sus servicios.
Este hecho ha podido incentivar la pérdida de 300.000 clientes desde marzo del año pasado, cuando se formalizó oficialmente la operación. Hasta septiembre se había dejado 200.000, tal y como publicó THE OBJECTIVE.
El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, ha sido el responsable de ofrecer algunos datos sobre las política de precios. En la presentación de resultados del banco, indicó este viernes que 1,5 millones de clientes de Caixabank se benefician del programa sin comisiones actual. Es decir, que los otros 6,1 millones tienen que pagar una tarifa por tener una cuenta o una tarjeta.
El primer ejecutivo de Caixabank defendió la política, ya que 13,4 millones de usuarios de los 18,7 millones que tiene en la actualidad el grupo en España disfruta de estos servicios de manera gratuita. Además, hay que destacar que con una mayor vinculación, los que pagan pueden llegar a librase del coste.
240 euros al año sin vinculación
En concreto, Caixabank exige 240 euros al año (60 euros cada trimestre) si el cliente no tienen domiciliada la nómina o unos ingresos superiores a los 600 euros al mes o 6.000 euros anuales; una pensión o prestación por desempleo superior a 300 euros al mes; o un saldo superior a 20.000 euros en fondos de inversión, seguros de ahorro o planes de pensiones individuales. Además, para contar con la exención del pago, tener tres recibos domiciliados o realizar con tarjeta tres compras.
Hasta la integración, los clientes de Bankia que no tenían vinculación abonaban 168 euros al año por los servicios básicos, por lo que han visto incrementada la cuantía un 43%. Además, los requisitos con Caixabank son más exigentes para evitar la penalización.
Coste de las tarjetas
El nuevo grupo reclama 36 euros al año por el mantenimiento de una tarjeta para los clientes que no estén frente a los 28 euros de antes, pero a partir de junio aquellos que quiera librarse de la tarifa deberán contratar un nuevo plástico de Caixabank.
Las condiciones de vinculación, aún así, no son de aplicación ni para los jóvenes menores de 26 años con un perfil digital, es decir, que operen a través de la banca móvil o por internet, y para el colectivo de clientes que cumplan criterios de vulnerabilidad. De esta manera, no tienen que abonar la comisión correspondiente.
Caixabank eleva la perdida de clientes a 300.000
Todas las integraciones generan complicaciones, ya que causan cierta incomodidad de adaptación a la nueva clientela. Por tanto, provocan una insatisfacción. Esto, unido a la subida de las comisiones, han facilitado que Caixabank haya perdido 300.000 clientes desde que se cerró de manera oficial la integración en marzo.
El grupo nació con 19,1 millones de clientes, siendo el banco con mayor penetración en todo el sistema. A finales de diciembre, la cifra reportada de usuarios en España era de 18,8 millones. Pese a estos números el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, considera que «no han constatado perdida de clientes».
Los directivos del banco prefieren mirar para adelante y esperan que a partir de ahora puedan materializarse toda la fuerza comercial con la que cuenta, una vez realizado el trabajo de la fusión. Algo que se une el hecho de que cuente con la mayor red de sucursales del país, con 4.500 oficinas tras el ajuste de empleados y de sucursales.
«Sacaremos chispas a la fusión»
Entre otros segmentos, por ejemplo, Caixabank prevé que la producción hipotecaria pueda elevarla un 50% en 2022, frente a la concesión de 2021. El pasado año, de forma activa y prefijada, el banco decidió pisar el freno en los créditos para vivienda para poner el foco en otros nichos, como los préstamos al consumo.
«Sacaremos chispas a las oportunidades que se deriven de la fusión», ha prometido Goirigolzarri, dando a entender que en los próximos meses y años es cuando se materializará el crecimiento de la actividad, los ingresos y los clientes. En mayo, la entidad presentará el plan estratégico, que servirá de base para adoptar las medidas concretas para conseguir los objetivos que establezca.