El motor pierde fuelle: 29.200 empleos menos y 23.000 trabajadores en ERTE en 2022
La pandemia y la falta de chips lleva al sector a números inferiores a los de 2020
La industria del motor pierde fuerza en España y continúa inmersa en una oleada de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Cerró el último trimestre del año pasado con 29.200 empleos menos, debido al impacto de la covid-19 y a la falta global de suministro de chips o semiconductores.
Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) reflejan que el empleo en el sector del automóvil cerró 2021 con un total de 547.200 trabajadores, un 5% interanual menos. En concreto, 222.400 correspondieron al epígrafe de fabricación de vehículos, remolques y semirremolques, y 324.800, a la venta y reparación de vehículos y motocicletas.
La pandemia y la falta de chips ha devuelto así al sector a números inferiores a los de 2020, cuando fábricas y concesionarios cerraron temporalmente para frenar la expansión del virus. Las factorías nacionales fabricaron 2,09 millones de vehículos al año pasado, lo que se traduce en una bajada del 7,5% frente al ejercicio precedente y del 25,6% respecto a 2019.
El motor se ha visto obligado así a aplicar ERTE. En un principio, se esperaba que estuvieran vigentes hasta pasado el verano de 2021, pero algunas marcas los han prolongado hasta junio de este año. Según fuentes del sector citadas por Europa Press, este año se verían afectados 23.000 empleados por los expedientes temporales. Seat fue la primera en anunciar un nuevo ERTE que tendrá vigencia hasta junio, con una afección diaria máxima de entre 482 y 1.276 trabajadores.
Seat creó precedente
A la enseña de Martorell (Barcelona) le siguió Renault. Acordó prolongar su ERTE también hasta mediados de curso para unos 8.777 trabajadores de las factorías de Valladolid y Palencia. Stellantis aprobó un ERTE en su planta de Vigo que se aplicará durante 60 días laborales —ampliables en otros 15— a lo largo de todo 2022 y que afectaría a los operarios con contrato indefinido a tiempo completo, unos 3.721.
Por su parte, en la planta de Figueruelas puede afectar hasta sesenta días por trabajador, que podrían llegar a ochenta. Ford Almussafes (Valencia) también ha planteado uno para las factorías de vehículos y departamentos auxiliares de 15 días laborales de parada completa en el primer trimestre, que afectaría a 4.764 personas.
Mercedes-Benz Vitoria también ha comunicado su intención de poner en marcha un ERTE y tuvo que adelantar las vacaciones de verano a sus más de 5.000 empleados por la falta de chips. La planta de Volkswagen Navarra acordó en diciembre con los sindicatos un calendario para 2022 que establece una producción de 304.000 vehículos y una jornada de 215 días.
Bajo este contexto de incertidumbre, en 2021 solo se matricularon 859.477 coches en un mercado acostumbrado a rondar los 1,2 millones de unidades. Supuso un desplome del 32% en comparación con 2019 y que el mercado volviera a bajar del millón de unidades desde 2014 —exceptuando 2020 en plena pandemia—.
Las ayudas de no llegan
Además, este curso el sector se ‘enfrenta’ a la subida del impuesto de matriculación. Según la patronal de los concesionarios, Faconauto, los coches se encarecerán de media entre 800 y 100.000 euros. El automóvil espera que próximamente llegue la convocatoria del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Las bases están publicadas pero siguen sin estar disponibles los 3.000 millones en ayudas y préstamos que recogen.
De este modo, las empresas interesadas tendrán que seguir esperando para poder conocer el detalle de cada una de las convocatorias y las condiciones en las que podrían presentarse. Una situación que no ha sentado bien en el mundo del motor, que en las últimas dos semanas ha alzado la voz públicamente por el retraso en la gestión de este Perte.
El propio CEO de Seat y Cupra —y ahora también presidente de la patronal de fabricantes Anfac—, Wayne Griffiths, advirtió hace un par de semanas en Martorell de la necesidad de acelerar al máximo las convocatorias. Seat es uno de los principales actores de este proyecto con su macroconsorcio Fast Future Forward.Es más, fuentes del sector consultadas por este diario coinciden en que la «lentitud» del Ejecutivo a la hora de poner en marcha medidas de apoyo «está poniendo en riesgo muchos puestos de trabajo». Advierten también de que la temporalidad se ha perdido y de que puede ser «demasiado tarde» cuando se adopten medidas.