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Consumo

La subida del SMI amenaza con un nuevo incremento de la cesta de la compra

El sector servicios es uno de los más afectados por esta subida. Un sector que engloba a comerciantes, hosteleros y distribución

La subida del SMI amenaza con un nuevo incremento de la cesta de la compra

El Salario Mínimo Interprofesional acumula una subida del 35,9% en los últimos cuatro años, al pasar de los 735,9 euros en 14 pagas de 2018 a los actuales 1.000 euros, tras la aprobación del Gobierno. Una subida del SMI que tendrá carácter retroactivo desde enero de este año y que, según los cálculos de CCOO, afectara a 1,8 millones de trabajadores.

De estos, más de un tercio tienen menos de 34 años (el 39,5%), más de la mitad son mujeres (el 55%) y 1,37 millones trabajan en agricultura o el sector servicios. Unos sectores que ven como los costes laborales «aprietan cada vez más sus márgenes ya de por sí muy estrechos», según fuentes empresariales.

Los servicios, afectados por el SMI

El sector de la distribución, que engloba a los supermercados y a las grandes superficies -entre otros-, está directamente afectado por la subida del SMI aprobada por el Gobierno, al margen de la patronal CEOE. A estos sectores la subida les coloca cerca del nivel salarial que tenían como objetivo para pactar en el convenio de 2020, según explican fuentes empresariales a THE OBJECTIVE. Sin embargo, la llegada de la pandemia paralizó la negociación de muchos convenios.

Ahora, esta subida en las categorías más bajas afecta directamente al resto de tablas salariales. Fuentes de la patronal alertan de que esta subida «repercutirá directamente en la negociación de los convenios colectivos».

Según ha podido saber este diario, los representantes de los sectores comentados se pronunciaron en contra de la propuesta del Gobierno en el Comité Ejecutivo de la CEOE. «Es una subida tan alta que acaba siendo una injerencia en la negociación colectiva», explican fuentes empresariales.

Cesta de la compra

Los precios de los alimentos y bebidas se mantuvieron más o menos estables hasta el mes de octubre, con subidas muy inferiores a la del resto de productos. Hasta ese momento, las empresas de distribución hicieron un importante esfuerzo por no repercutir las subidas de costes que estaban sufriendo en los precios. Una contención fruto también de la alta competitividad del sector con multitud de actores.

Sin embargo, desde entonces los precios de estos productos básicos no han dejado de subir. Los precios de alimentos y bebidas fueron en diciembre del año pasado un 5% más caros que en el mismo mes de 2020. Nunca antes desde septiembre de 2008 se habían encarecido tanto los alimentos y bebidas no alcohólicas, según datos del INE.

«Incremento salariales, costes de producción, subida del precio de la energía…todo han ido comiéndose el escaso margen estas empresas», explican fuentes empresariales. Se trata, además, de sectores intensivos en mano de obra de no muy alta cualificación y que funcionan con márgenes pequeños. «Todo va a márgenes, al final el margen es tan estrecho que no hay otra que repercutirlo al precio del producto o del servicio», añaden fuentes del sector.

Evitar la ‘espiral viviosa’

Desde la CEOE, que se ha descolgado de la subida, critican que no era el momento de efectuar esta subida y que puede afectar a la creación de empleo en un momento en el que la economía no está creciendo tanto como el Gobierno estimaba.

Defienden que el salario no se puede regular a través del SMI ya que se regula a través de «la negociación colectiva que está muy bien engrasada que se va adaptando a cada situación sectorial». Si sumas estas subidas a todos los incrementos de costes de producción de materias primas al final a lo que contribuyes es a incrementar esa espiral inflacionista, según alertan fuentes empresariales.

En este sentido se pronunciaba la semana pasada el gobernador del Banco de España. Pablo Hernández de Cos, apuesta por un «pacto de rentas» entre trabajadores y empresarios que implique «la moderación de los salarios» con el fin de que el repunte de la inflación sea «transitorio» y evite una «espiral viciosa» de aumento de márgenes, precios y salarios, que «se retroalimenta» y que generará pérdidas de competitividad y de empleo.

Preocupados por la senda de subida

El sector de la gran distribución, que incluye a empresas como IKEA, Carrefour o El Corte Inglés, defiende que su convenio está por encima del SMI por lo que consideran que no hay problema inmediato. «Otra cosa es que se continúe con esa senda de subida . Si sigue subiendo en los próximos tres años en el nivel que en los anteriores, muchos sectores tendrán problemas», aseguran a este medio fuentes de ANGED, su patronal.

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