El BCE alerta de que la subida de precios del gas puede restar dos décimas al crecimiento del PIB en 2022
Un ‘shock’ en el suministro de gas afectaría a España en línea con la media de la eurozona
El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de que el incremento sustancial de los precios del gas puede suponer un lastre de al menos dos décimas para el crecimiento de la actividad económica eurozona en 2022, añadiendo que confía en que la escalada tocará techo en el primer trimestre, cuando los precios superarán en un 600% los registrados hace un año.
«Los aumentos significativos en los precios del gas natural pueden frenar la actividad económica», advierte el BCE en un artículo, donde explica el impacto de las subidas de los precios del gas tanto a través del canal de consumo, reduciendo la renta disponible de los hogares, como en el canal de bienes intermedios, ya que el gas es un insumo en los procesos productivos de muchas empresas.
Según las simulaciones del BCE, que excluyen el tipo de cambio y la retroalimentación de las políticas, el aumento actual de los precios del petróleo y el gas podría reducir la producción de la zona del euro en alrededor de un 0,2%, en comparación con los niveles de referencia del PIB, para finales de 2022.
«Si bien el impacto proporcional de los aumentos en los precios del gas suele ser sustancialmente menor que el impacto asociado con el aumento de los precios del petróleo, la extraordinaria magnitud de los aumentos del precio del gas observados en los futuros de energía hace que los precios del gas sean el principal impulsor del impacto adverso en PIB de la zona del euro esta vez», destaca.
En este sentido, el BCE recuerda que el gas natural es la segunda fuente de energía primaria más importante en la zona del euro, después de los productos derivados del petróleo, y advierte de que registra una dependencia de más del 90% de las importaciones de gas del exterior.
Desde una perspectiva económica, la energía derivada del petróleo es la más consumida, lo que refleja principalmente su uso en el sector del transporte, mientras que el gas es la fuente de energía primaria más consumida en el sector industrial, por los servicios, así como por los hogares de la zona euro.
Asimismo, destaca que el gas actúa también como recurso energético marginal clave en la generación de electricidad, dada la flexibilidad de las centrales eléctricas alimentadas con gas y la infraestructura de gas en general para responder a las fluctuaciones en la demanda de electricidad.
De este modo, subraya que la transición hacia las energías renovables, donde el suministro depende de patrones climáticos variables, «ha aumentado esta dependencia».
Impacto de un ‘shock’ en el suministro
En su análisis, el BCE concluye que los vínculos de la cadena de suministro amplifican la reacción de los productores de bienes y proveedores de servicios a los aumentos de precios del gas, ya que más de dos tercios del consumo de energía es atribuible al uso indirecto de esta energía en las primeras etapas de producción.
De este modo, la entidad estima que una interrupción del suministro de gas equivalente a un recorte del 10% de la oferta de gas en el sector empresarial reduciría el valor añadido bruto de la zona del euro en aproximadamente un 0,7%.
«El valor añadido bruto en la zona del euro podría ser un 0,7% inferior en este escenario de racionamiento, siendo las pérdidas especialmente significativas para los países donde la producción depende más del gas y donde la producción de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado de la propia industria de suministro representa una parte considerable del valor añadido», advierte.
En la simulación del BCE, Eslovaquia, Austria y Portugal serían las economías más perjudicadas, con caídas superiores al 1% del valor añadido bruto, mientras que las menos perjudicadas serían Países Bajos y Luxemburgo, con bajadas inferiores al 0,4%. En el caso de España el impacto sería ligeramente superior a la media del 0,7% de la zona euro.