La inflación asfixia a los 'riders': «Entre la subida del combustible y la ley, ya no es negocio»
«Ya no es tan atractivo trabajar como repartidor… Cada día ganamos menos por la subida de la gasolina», lamentan algunos de los autónomos con los que Glovo sigue trabajando
'Rider' de Glovo. | EP
La inflación asfixia a los repartidores de comida. Muchos de ellos han visto reducido sus salarios en los últimos meses, primero como consecuencia de la llamada ley rider y ahora con el encarecimiento de los combustibles, cuya subida de precio está siendo soportada por los propios trabajadores, muchos de los cuales continúan siendo autónomos a pesar de la normativa impulsada por el Gobierno.
«Estoy gastando en gasolina 450 euros al mes», explica a THE OBJECTIVE uno de los muchos autónomos que continúan trabajando para Glovo, la empresa líder del sector, que concentra a la mayoría de los repartidores en activo. Al creciente desembolso en combustible se suman otros tantos gastos: cotización a la Seguridad Social, declaración trimestral del IVA, gestoría, mantenimiento del vehículo…
«Ya no es tan atractivo trabajar como rider… Cada día ganamos menos por la subida de la gasolina», comenta el trabajador, porque lo que hace unos años era un interesante negocio para multitud de repartidores, que podían llegar a ganar hasta unos 3.000 euros al mes, se ha convertido en un problema que lleva a muchos a buscar otros trabajos más rentables: «Entre la subida del combustible y la ley rider, esto ya no es negocio».
«Los clientes siguen pagando lo mismo y Glovo está cargando en los repartidores esta inflación», lamenta un ‘rider’ autónomo
Para quienes reparten los pedidos en coche o moto, la alternativa de la bici o el patinete eléctrico no es una opción: «Es más precario, estás más expuesto a sufrir un accidente, sobre todo en días de lluvia…». Por ello, los riders aguardan impacientes una compensación en sus tarifas: «Los clientes siguen pagando lo mismo y Glovo está cargando en los repartidores esta inflación».
Glovo, por el momento, no ha establecido ningún mecanismo para compensar ese encarecimiento. «Estamos evaluando distintas medidas», apuntan a este diario fuentes de la empresa, que prevé anunciar avances en este sentido la próxima semana.
Los repartidores consultados aguardan avances tras meses en los que han visto la paulatina reducción de sus salarios, desde que entró en vigor la ley rider, a la que califican como «la gran farsa que se inventaron los progresistas para disimular una estabilidad laboral que no es tal»: «Nos estabilizó a la baja… Antes había repartidores que siendo autónomos cobraban fácilmente 2.000 o 3.000 euros al mes y ahora tienen un sueldo base de 1.100».
Cerco a los autónomos de Glovo
A pesar de las críticas que ha suscitado la ley rider entre los propios repartidores, el Gobierno y los sindicatos siguen decididos a poner coto al modelo de autónomos que Glovo mantiene contraviniendo la norma que entró en vigor en agosto del año pasado, cuando se prohibió la contratación de trabajadores por cuenta ajena en este tipo de empresas. Tal y como informó THE OBJECTIVE, el cerco se estrecha para el unicornio español, que solo con los procesos abiertos -antes de la aplicación de la nueva ley- se expone a pagar al menos 35 millones de euros en multas y regularizaciones.
Según las cifras aportadas a THE OBJECTIVE por el sindicado UGT, hay al menos 15.000 cuentas de Glovo que siguen trabajando con el modelo de autónomos, tres de cada cuatro de los actuales 20.000 repartidores. Aunque incluso pueden haber más personas en esta situación ya que, según denuncian, se sigue manteniendo el sistema de cuentas alquiladas, otra de las prácticas que la ley rider perseguía erradicar. Alquilar una cuenta, permite que varios autónomos usen un mismo registro para realizar los repartos, lo que les permite una mayor recaudación y acaparar más pedidos.
