El pago con tarjeta se impone tras la pandemia: se incrementa un 29% en el último año
Este mayor uso de los plásticos limita las extracciones de dinero en los cajeros automáticos, que se sitúan un 26% por debajo del estallido de la covid
Pago con una tarjeta en un comercio | Europa Press
El pago con la tarjeta o por el móvil se impone tras el estallido de la pandemia. En el último año impulsó su tendencia alcista y se incrementó un 29%, según los datos del Banco de España recabados por THE OBJECTIVE. Un aumento que, de acuerdo con las estimaciones de los expertos y del sector financiero, seguirá al alza en los próximos ejercicios.
Las cifras reflejan que el volumen de operaciones en los terminales punto de venta (TPV) de los comercios totalizaron 6.100 millones en 2021, frente a las 4.735 millones de 2020. En comparación con el último año normalizado, 2019, el alza es de casi el doble, ya que entonces el crecimiento fue del 16%.
Este mayor uso de las tarjetas para el abono de las compras por parte de los españoles está provocando que las retiradas de efectivo en los cajeros automáticos sean cada vez menos esenciales. Unas máquinas que han sufrido un ajuste relevante por el cierre masivo de sucursales bancarias. Las transacciones de disposición de dinero en metálico, aunque subieron ligeramente por la reactivación de la economía y el fin de las restricciones de movilidad, se situaron un 26% por debajo de 2019. En concreto, sumaron casi 653 millones de extracciones.
A través de las tarjetas, los españoles pagaron 161 millones de euros en sus compras, una cuantía que avanza con respecto al año anterior, cuando la pandemia redujo el volumen de las adquisiciones por los confinamientos y el desplome del turismo. El aumento del dinero abonado con los plásticos ascendió al 21,6%. En 2020 el importe se redujo un 0,5%.
111 millones de euros retirados de los cajeros
Por su parte, el dinero retirado de los cajeros aumentó un 8,7%, hasta los 111 millones, pero esta cantidad es muy inferior a la de 2019, cuando las operaciones de extracciones sirvieron para que los ciudadanos sacaran 125 millones de sus libretas bancarias. Hay que tener en cuenta que durante la pandemia el efectivo se desplomó un 18% debido al temor de que los billetes y las monedas transmitían el coronavirus.
Los bancos, con el fin de adaptarse al nuevo entorno digital y ahorrar costes operativos, están reduciendo el número de cajeros automáticos. La red de estas máquinas se ajustó el año pasado un 3,7%, en consonancia con el recorte de oficinas. En total, hay desplegados 47.639 aparatos de extracción de metálico, que son 1.800 menos que en diciembre de 2020.
Se espera que esta red sufra un nuevo descenso relevante este ejercicio, una vez las entidades ejecuten todos los planes de cierres de sucursales y completen los ERE para más de 19.000 trabajadores. Los cajeros no solo son útiles para sacar dinero, sino que tienen infinidad de funcionalidades. Entre ellas el pago de recibos o la actualización de libretas, dos cuestiones que son básicas.
Eso sí, los bancos no descartan instalar cajeros en municipios donde no hay oficina para dar este tipo de servicios a la población, después de que hayan tenido que sellar un compromiso de atención para la población de mayor edad. Una iniciativa que se unirá a otras decisiones, como la ampliación de los horarios de caja.
Aumento del parque de tarjetas en circulación
El uso de las tarjetas como método de pago está provocando que el parque de plásticos haya vuelto a crecer y se acerque ya a las 90 millones de unidades. El volumen ‘visas’, ‘mastercards’ o ‘american express’ en circulación alcanza 87,99 millones, es decir, un 2% más que doce meses atrás.
Este incremento de los plásticos emitidos no solo obedece al uso de los mismos, sino que viene también influido por las condiciones que imponen los bancos para evitar las comisiones anuales de las cuentas. Unas tarifas que pueden alcanzar los 240 euros. Esta obligatoriedad está llevando a que los clientes, sobre todo de más edad, estén contratando este producto con el fin de no ser penalizados.
Aún así, el volumen de tarjetas en nuestro país no para de aumentar desde 2014, tras haberse superado la crisis financiera. Hace siete años en las carteras de los españoles había un total de 67,66 plásticos, veinte millones menos que en la actualidad. Del conjunto, más de la mitad -49,8 millones- son de débito, mientras que las restantes son de crédito.
