La guerra de Ucrania dispara en España las ventas de equipos de protección nuclear
La oleada de compras de este tipo de trajes por parte de particulares ha alertado a las empresas, que temen que sus proveedores se queden sin suministros
El miedo a un ataque nuclear desatado por el conflicto entre Rusia y Ucrania ha disparado las ventas de los equipos de protección contra este tipo de químicos, que incluso se han agotado en algunos establecimientos en los últimos días.
«La locura empezó hace dos semanas, cuando bombardearon cerca de una central nuclear de Ucrania, en los medios se dijo algo de posibles fugas nucleares y la gente se volvió un poco loca con el tema», cuenta a THE OBJECTIVE Alberto Peñaranda, de la empresa murciana Global Protección. Desde entonces, «empezaron a entrarnos consultas sueltas, pero a día de hoy no para de sonar el teléfono», añade.
«El interés ha crecido bastante, las estadísticas que tenemos de las búsquedas por internet, lo que primero aparece es el tema de trajes químicos, han subido bastante de posición», señalan a este periódico desde la empresa Axaton, que también vende este tipo de material.
150 euros por un kit básico de protección
«Todos los pedidos en la tienda online son de lo mismo, de la misma tipología, lo que más nos demandan son máscaras, trajes químicos, guantes con protección radiactiva, botas», explica Peñaranda.
El precio de estos equipos varía según la calidad de los materiales o la funcionalidad que se les quiera dar, pero desde Global Protección señalan que un kit básico, que sirva para cubrir el cuerpo entero y evitar las partículas radiactivas, puede rondar los 150 euros.
«Por ejemplo, máscaras las tenemos desde los 61 euros hasta los 250. La diferencia depende del material, pero para lo que necesitamos para el caso de que pasara algo aquí en España valdría con la de 61 euros y nosotros se lo decimos así a los clientes», afirma Peñaranda.
A pesar de su esfuerzo por transmitir «un mensaje de calma», hay familias que deciden hacer acopio de material por si fuera necesario y en Global Protección han llegado a recibir pedidos de 1.600 euros solo de máscaras para una familia al completo.
Milanuncios se llena de productos «NBQ»
No solo las empresas que venden estos equipos de protección están viendo un auge de su negocio, sino que los particulares que tienen alguno de estos productos están aprovechando el momento para tratar de venderlos. La prueba está en el portal de compra-venta de artículos de segunda mano Milanuncios, donde en los últimos días podemos encontrar una gran cantidad de anuncios de este tipo.
Máscaras, guantes y trajes de distintos ejércitos protagonizan estos anuncios de precios muy variados.
Sin embargo, Peñaranda advierte de que «hay competidores que lo están vendiendo productos que se llaman NBQ, son productos de emergencia militar, de uso muy profesional y que no se pueden vender a particulares».
Advierte de que los productos NBQ se fabrican bajo demanda y para profesionales militares y suelen tener un alto coste, lo que hace dudar de la veracidad de muchos de los anuncios de productos con esta denominación en plataformas de venta online.
«Los productos que nosotros vendemos se pueden vender a particulares porque son de uso profesional pero siguen siendo EPI, no NBQ, te protegerían de las partículas radiactivas, pero no es para una emergencia militar», aclara.
Miedo al desabastecimiento
La oleada de compras de equipos de protección nuclear por parte de particulares ha alertado a las empresas, que temen que sus proveedores se queden sin suministros. Por esto, explica Peñaranda, también han ampliado sus pedidos: «Ellos no tienen miedo pero sí lo necesitan, si no tienen ese material una persona no puede entrar en una planta química, y si no puede entrar y producir, la planta se para».
También desde Axaton señalan a THE OBJECTIVE que han notado un incremento en el número de peticiones por parte de empresas.
Peñaranda afirma que, aunque por el momento tienen garantizado el suministro a sus clientes habituales hasta final de año, están «intentando dosificar un poco el producto para que a nuestras empresas no les falte, porque no sabemos hasta dónde puede llegar esto».
Insiste, eso sí, en que todas estas compras no son necesarias: «Queremos mandar un mensaje de tranquilidad, no queremos que se genere una psicosis y no queremos ayudar a ello».