España sufre el mayor IPC y el menor poder adquisitivo de los grandes países del euro
Los ciudadanos españoles afrontan la peor factura de la cesta de la compra con mayor anemia económica que sus socios europeos comparables
España tiene la mayor inflación y el menor poder adquisitivo de las grandes potencias del euro. Según el último informe Gfk Purchasing Power Europe 2021, el poder adquisitivo por persona es en España de 14.709 euros, frente a los 17.242 de Italia, los 20.662 de Francia y los 23.637 de Alemania. Es decir, los ciudadanos disponen del menor poder de compra de los residentes entre las cuatro grandes economías de Europa. Ello convive con un impacto mayor en los precios españoles del alza energética y de materias primas que aqueja a la economía mundial.
El informe de Gfk define poder adquisitivo como aquella renta que queda después de quitarle a los ingresos los impuestos, las donaciones y contribuciones y añadirle las subvenciones y ayudas estatales recibidas. En este parámetro, España está -cita el informe- un 2% por debajo de la media europea en poder de compra, con una diferencia de 346 euros per capita con el promedio de nuestros socios.
Empobrecimiento de los hogares
Con lo cual, los ciudadanos españoles afrontan la peor factura de la cesta de la compra con mayor anemia económica que sus socios europeos comparables. Si en febrero ya sorprendió la inflación con una tasa del 7,6%, por encima de las otras tres grandes del euro, este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE) lanzaba el dato avanzado de marzo, con unos precios subiendo al 9,8%, al borde de los dos dígitos de avance que adelantó THE OBJECTIVE a partir de las previsiones de los más reconocidos expertos económicos del país.
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Por ello, el economista Miguel Ángel Bernal, del despacho patrimonial Bernal & Sanz Bujanda, alerta del empobrecimiento al que se enfrentan los españoles. No solo eso, también destaca que el dato de inflación de marzo «desviste completamente al Gobierno en cuanto a ese papel mojado denominado Presupuestos Generales del Estado y al ineficaz, tardío y despilfarrador programa presentado».
La estanflación, más cerca
Añade Bernal que la posibilidad de estanflación -crecimiento casi nulo e inflación disparada- está más presente que nunca, cuando aún no se han recuperado los niveles económicos prepandemia. «España no es el país que más rápido se va a recuperar, como se decía, y se va a quedar atrás», apostilla.
En el mismo sentido se pronuncia el economista y profesor de Deusto Business School Mario Cantalapiedra. Si el PIB no se dispara este trimestre, como parece, el escenario de estanflación es cada vez más probable y el Gobierno habrá de gestionar la fuerte subida de precios y aprender de cómo se hizo en los años 70. Con la inflación (9,8%) más alta desde 1985, explica el experto, la preocupación ahora mismo son las empresas, que pueden desaparecer ante la falta de ventas y el alza de costes. Por eso el profesor de Deusto alienta al Gobierno a gestionar mejor el gasto público para apuntalar la economía.
La subyacente desmonta que la culpa sea de la guerra
En lo que están de acuerdo los economistas consultados es en que no se puede achacar la culpa del alza de precios a la guerra en Ucrania, como hace el Gabinete económico de Pedro Sánchez, aunque esta haya agravado la subida. La tasa subyacente -la que mide el IPC sin los componentes más volátiles, como energía y alimentos- ya se sitúa en el 3,4%, lo cual demuestra que los precios ya suben de forma estructural y no como consecuencia de las cinco semanas de la invasión rusa de Ucrania.
De hecho, el núcleo de la inflación, la tasa subyacente, no marcaba ese nivel desde septiembre de 2008, en plena debacle económica marcada por la crisis financiera que dio lugar a la conocida como la Gran Recesión.
Destrucción de empresas
Por ello, el profesor Juan Ramón Rallo insiste en que la subyacente refleja que el origen del sobrecoste de los productos de consumo no procede de la guerra y transmite su preocupación de cómo pueda afectar la evolución al alza a las negociaciones salariales en un contexto de menor crecimiento.
En este sentido el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, destaca el desacierto de las medidas del Gobierno, su tardanza e ineficacia, algo que «la economía española no se puede permitir». Critica el intervencionismo de las medidas del decreto del plan para la guerra y aventura, como adelantó THE OBJECTIVE, que caerán muchas empresas.
Ya antes del conflicto bélico, tal y como adelantó este diario, los gestores administrativos calculaban que este año caerán 300.000 empresas, más que el año pasado, una previsión que sin duda ha empeorado ante el encarecimiento del despido disfrazado de una supuesta prohibición y el alza de los costes de la cadena de producción.
Funcas calcula 16.700 millones de impacto
Desde Funcas se calcula que la subida de precios borra 16.700 millones del bolsillo de los hogares. La cuantificación del daño del alza de precios coincide justo con la cifra de estímulo lanzada en el Consejo de Ministros de este martes por parte del Gobierno. Es decir, se convierte en un juego de suma cero.
La economista sénior de la Fundación de las Cajas de Ahorros, María Jesús Fernández, indica -en declaraciones para este diario- que el efecto del alza de precios a escala global en España se comunica más rápido que en otros países y que en el peor escenario podría rebasarse la media del 6,8% en 2022 que en principio prevé su servicio de estudios. Además, Fernández destaca la dificultad de establecer previsiones en estos momentos y fía la recuperación a la reanimación del turismo, la llegada de los fondos europeos y la liberación de la bolsa de ahorro de los hogares.