El Ibex da la bienvenida a Feijóo y al nuevo PP como una alternativa real a Pedro Sánchez
Las grandes empresas aceleran los contactos con el nuevo líder del Partido Popular tras su designación como presidente este fin de semana
Las grandes empresas del Ibex 35 han acelerado los contactos en los últimos días para dar la bienvenida al nuevo presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, elegido este fin de semana en el congreso extraordinario de los populares realizado en Sevilla. Según ha confirmado THE OBJECTIVE, la idea de los representantes de las principales compañías es poder llamarle en los próximos días para presentarle sus respetos y también cerrar encuentros formales y presenciales a la mayor brevedad posible.
El objetivo de los empresarios es mantener reuniones privadas -y sin publicidad- antes del verano para transmitir al nuevo presidente del PP la necesidad de que haga una oposición responsable, que apueste por los pactos de Estado y que defienda la estabilidad económica ante las arremetidas del sector populista del Gobierno representado por Unidas Podemos.
En el Ibex 35 existe la convicción de que Feijóo puede ser una alternativa real al Gobierno de Pedro Sánchez y por ello se han interesado en conocer el proyecto del nuevo presidente, en especial sus objetivos en el plano económico y empresarial. La gran empresa no suele significarse con ningún partido político, pero consideran que esta vez -y a diferencia de Pablo Casado- existen motivos para pensar en una alternancia en La Moncloa, por lo que consideran importante establecer contactos con el nuevo equipo del PP.
Sánchez y el Ibex
Unos acercamientos buscados desde las dos partes. Varios periódicos han publicado esta última semana que Feijóo creará una nueva estructura interna con perfiles técnicos para canalizar propuestas de personas ajenas a la política como presidentes o directivos del Ibex 35, dirigentes sindicales o representantes de grandes empresas internacionales.
Estamos, por tanto, ante un cambio de estrategia importante de los grandes empresarios. Desde la irrupción de la pandemia, los principales ejecutivos del selectivo español cerraron filas con el Gobierno de Pedro Sánchez conscientes de la situación de emergencia que vivía el país y de la necesidad de sumar fuerzas para encauzar la recuperación. Más que por convicciones ideológicas y pese a que Sánchez muchas veces impulsó leyes contrarias a la gran empresa, se le apoyó para sacar adelante la crisis.
Sin embargo, las últimas decisiones del Gobierno, el retraso en el reparto de los fondos europeos, su mala gestión en la crisis de la energía y de la inflación y los bandazos de la presentación de su plan económico contra la guerra han terminado de romper el idilio que duró más de dos años. No es que los grandes empresarios ya no confíen en Pedro Sánchez, pero consideran que tener una oposición fuerte podrá repercutir en medidas económicas más centradas con una recuperación sólida en un contexto de crisis mundial.
Labor de la CEOE
La salida de Pablo Casado ha sido fundamental para devolver las miradas de la gran empresa al Partido Popular. El otrora presidente de los populares siempre fue criticado por dejar en manos del Diálogo Social (CEOE, Cepyme y sindicatos) la interlocución de temas tan delicados como el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la reforma laboral, los ERTE y ahora el Pacto de Rentas.
De hecho, en las grandes empresas no están del todo contentas con la labor de la CEOE en estas últimas negociaciones y creen que si Feijóo logra situarse como una alternativa con una oposición moderada, podría erigirse como interlocutor para reducir el impacto de estas normativas en la gran empresa y en la economía en general.
En relación a Pedro Sánchez, la primera gran ruptura pública se vivió esta misma semana. El presidente de Gobierno presentó en sociedad las líneas maestras de su plan económico contra la guerra y la crisis energética sin el apoyo multitudinario de los gigantes corporativos, por primera vez desde su llegada a La Moncloa. Un duro varapalo para el Ejecutivo.
Reunión fallida
El plantón de la gran empresa -buscado por los propios líderes del Ibex 35, según pudo saber este medio– fue un aviso para el Gobierno y un mensaje indicando que, si no hay gestos hacia el tejido productivo, el presidente tendrá que desarrollar su plan económico sin el apoyo incondicional que tuvo el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia dado a conocer hace casi dos años y con una nutrida representación de todos los CEO y presidentes del selectivo español.
En el encuentro del lunes solo acudieron José María Álvarez Pallete, presidente de Telefónica, Florentino Pérez, presidente de ACS y José Bogas, consejero delegado de Endesa. Una convocatoria dirigida al mundo empresarial y que solo se pudo completar con la asistencia de los primeros espadas de las empresas públicas: Antonio Llardén (Enagás), Maurici Lucena (Aena), José Manuel Serrano (Correos), Beatriz Corredor (Red Eléctrica) y Pedro Saura (Paradores).
Una representación muy pobre sin presencia del sector bancario -solo acudió el vicepresidente del Santander, José Manuel Cendoya– y del mundo energético, a los que Sánchez agradeció en su discurso por financiar cinco de los 20 céntimos que se reducirán en el repostaje de todos los españoles durante tres meses. El sector de las infraestructuras tampoco estuvo presente, ni el del turismo y transportes. Tampoco asistió la plana mayor de la CEOE ya que su presidente, Antonio Garamendi, se excusó indicando que estaba de viaje.
Plan de recuperación
Una situación radicalmente distinta a la vivida en septiembre de 2020 cuando se realizó un gran acto público para la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Un momento de plena comunión entre Sánchez y la gran empresa que mayoritariamente le apoyó con la asistencia de todos sus grandes líderes.
En el acto celebrado en la Casa América de Madrid se presentaron la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, el consejero delegado de Inditex, Pablo Isla, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, el presidente de BBVA, Carlos Torres, el presidente de la Fundación Bancaria la Caixa, Isidre Fainé, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez-Galán, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, el presidente de Repsol, Antonio Brufau y el presidente de ACS, Florentino Pérez.
De esta lista, son pocos los que siguen creyendo en el programa y las decisiones económicas de Sánchez. Incluso su núcleo duro de apoyos empresariales se ha reducido. La mejor sintonía desde que está en Moncloa la ha tenido con Ana Botín, José María Álvarez-Pallete, José Manuel Entrecanales (Acciona) y Pablo Isla. Sin embargo, este último ha abandonado Inditex esta misma semana y no parece que su sucesora, Marta Ortega, tenga la misma interlocución con Moncloa.
Ruptura con las energéticas
En el caso del Santander, Ana Botín pidió el pasado viernes encarecidamente que se acelerará la adjudicación de fondos europeos, en un claro mensaje al Gobierno que probablemente no se hubiese producido hace dos años
En cualquier caso, la mayor ruptura se ha producido con las empresas energéticas y en particular con Iberdrola. El alza de la energía y las medidas que ha tomado el Gobierno para contenerla ha hecho saltar por los aires la correcta relación que existía entre Sánchez-Galán y el presidente. Desde verano del año pasado el enfrentamiento es total y los contactos se circunscriben a lo estrictamente necesario.
La última gran reunión que ha sostenido Sánchez con grandes empresas se produjo hace dos semanas en un encuentro al que fueron invitados Galán, Bogas, Francisco Reynés (Naturgy), Jon Jozu Imaz (Repsol) y Entrecanales. Como era de esperar las sensaciones no fueron buenas y la conclusión de las compañías fue que el Gobierno busca utilizar a las energéticas como la única vía para solucionar el problema.