Una cuarta parte de los vehículos de Uber en Madrid ya son taxis pese a las críticas del sector
La compañía ha indicado durante la presentación de su nuevo servicio Uber Explore que ya trabajan con 2.000 taxis en la capital española
Uber ha cambiado radicalmente su relación con el taxi después de tres años enfrentados totalmente a las asociaciones del sector, que pidieron insistentemente la limitación de su modelo basado en la colaboración con vehículos de turismo con conductor (VTC). La compañía ha indicado durante la presentación de su nuevo servicio Uber Explore que ya trabajan con 2.000 taxis en Madrid, una cifra que ha pasado desapercibida, pero que supone al menos una cuarta parte de todos los vehículos con los que trabaja el gigante internacional en la capital española.
Según ha confirmado THE OBJECTIVE con fuentes del sector, en estos momentos Uber trabaja con aproximadamente la mitad de las 8.000 VTC que hay autorizadas en la región, lo que supone unos 4.000 vehículos. Debido a que hay muchas licencias recurridas en los tribunales es difícil hacer una estimación exacta, aunque según se indica a este diario el peso actual del taxi estaría como mínimo en la cuarta parte de todos los vehículos que trabajan con Uber y podría llegar a una tercera parte.
La propia Uber reconoció esta semana que trabajan activamente para poder aumentar la cifra de taxis en su plataforma tanto en Madrid como en Barcelona, aunque indicaron que el proceso es lento y que, pese a que hay negociaciones abiertas, los pactos deben cerrarse de manera individual con un sector sumamente atomizado.
Madrid y Barcelona
En cualquier caso, estamos ante una situación radicalmente distinta a los duros años de la ‘guerra del taxi’ que vivieron entre los años 2017 y 2019, cuando multitudinarias manifestaciones y paralizaciones de ciudades como Madrid y Barcelona obligaron a los ayuntamientos y al Ministerio de Movilidad y Agenda Urbana -entonces dirigido por José Luis Ábalos– a modificar la legislación para restringir la proliferación de los VTC.
Diferente incluso a las movilizaciones realizadas la semana pasada y las que están convocadas para el 1 de junio en Madrid. El pasado 18 de mayo unos 900 taxis cortaron la Gran Vía de Barcelona para pedir que el Govern vete los vehículos VTC en la ciudad. «O acaban con el conflicto o vamos a paralizar aeropuertos y estaciones», indicó el portavoz del sindicato Élite Taxi, Tito Álvarez, el histórico «Mesías del taxi» que lideró las protestas de 2018.
Por su parte, el 1 de junio están convocadas en Madrid manifestaciones similares para protestar por la decisión del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid de aprobar hace un mes el proyecto de ley que regulará la actividad de los VTC en la región. El objetivo es que los VTC puedan seguir operando por la capital a partir de octubre tras la finalización de los periodos temporales que preveía el denominado Decreto Ábalos. El 2018 este decreto estableció una moratoria de cuatro años, dando permisos temporales de acción para los VTC, aunque dejó en poder de las autonomías legislar una vez expirado el plazo, que vence este mismo curso.
Colaboración desde 2019
Una moratoria que llega en un momento en el que Uber intenta acercar posturas con el taxi. En el año 2019 Uber y su competidor Cabify decidieron abrir su aplicación a los taxis. En el caso de Uber se estrenó con 50 taxis, una cifra que ha aumentado hasta los 2.000 en solo tres años.
La mayoría de los acuerdos cerrados con el sector se hacen con asociaciones que discrepan con las protestas de quienes piden bloquear y limitar los VTC. «Han entendido que no se puede hacer una guerra y que la colaboración está resultando rentable en la mayoría de los casos«, indican fuentes del sector a este diario. De hecho, Uber ha aprovechado la atomización de las asociaciones de taxis y la división en el seno de las organizaciones que convocan las manifestaciones.
En Madrid queda mucho camino por recorrer ya que hay 15.000 licencias concedidas a los taxis y Uber tiene acuerdos solo con 2.000. Pero también es verdad que el potencial de crecimiento es enorme. En tres años de funcionamiento de estos pactos ya han llegado hasta cubrir entre un cuarto y una tercera parte de su flota en la capital y si cristalizan las conversaciones en marcha no es descabellado pensar que incluso la mitad de los vehículos de Uber en Madrid sean taxis antes de 2025.
Modelo de EEUU e Italia
El modelo en el que inspirarse lo ha explotado la propia Uber. Esta semana firmó un acuerdo con la mayor asociación del taxi de Italia, la Unione dei Radiotaxi d´Italia, que da servicio a más de 12.000 taxistas en 80 ciudades del país transalpino. Un paso más en la estrategia de la compañía estadounidense de trabajar con operadores de taxis establecidos. El objetivo de Uber es tener todos los taxis disponibles en su aplicación para 2025.
Actualmente, Uber opera en ocho ciudades italianas, incluidas Roma y Milán, donde ofrece su servicio Uber Black. Ahora, gracias a este acuerdo con IT Taxi integrará a los taxis en su plataforma a partir de junio, igual que sucede en otros lugares como España, Alemania, Austria, Nueva York o San Francisco. En el caso de Estados Unidos, la mayoría de los vehículos disponibles también son taxis.