Empresas y ética: el papel clave que juegan las compañías para mejorar la democracia
José Luis Blanco, director del Instituto de la Empresa Familiar, defiende que «la persecución de los intereses privados es compatible con el interés general»
El Círculo de Bellas Artes de Madrid ha acogido este jueves el acto ‘Mejores empresas, mejor democracia’ dentro del marco de actos organizados por el think tank Ethosfera, en el que se ha analizado la publicación del primer informe ‘Cinco debates desde la ética para el futuro de España’.
Este primer informe recoge las opiniones de hasta 38 españoles provenientes de distintos ámbitos laborales como la empresa, el alto funcionariado del Estado y la sociedad civil y analiza una serie de temáticas críticas que amenazan el porvenir de la democracia liberal, el sistema de gobierno y los valores del humanismo clásico en el que se sustentan.
El acto ha sido inaugurado por el presidente del Círculo de Bellas Artes, Miguel Hernández León, que ha destacado «la honra que significa para el Círculo albergar estos eventos para promulgar valores que ayudan a la sociedad». Asimismo, el evento ha contado con la participación de Andrés Sendagorta, recién nombrado presidente del Instituto de la Empresa Familiar, que ha recalcado durante su conferencia el compromiso ético de las empresas con la democracia liberal.
«Vivimos en un mundo con un notable grado de incertidumbre. Vamos a tener que enfrentar estos desafíos de bloques internacionales polarizados, movidos por ideologías e intereses contrapuestos. Por ello, cada vez son más las exigencias a las que deben contribuir las empresas», ha afirmado Sendagorta.
Los cofundadores de Ethosfera, Elena Herrero-Beaumont, directora del think tank, y Diego S. Garrocho, presidente del consejo del organismo, han ejercido de anfitriones y han sido los encargados de presentar el informe.
Dicho informe se distribuye en cinco ejes fundamentales: las amenazas a la democracia liberal y su impacto en la empresa, la progresiva politización de la empresa en la era del capitalismo de stakeholders, la gestión ética de los Fondos Next Generation, medioambiente y empresa; y tres modelos de reflexión para la decisión moral.
Garrocho ha sido el encargado de iniciar la presentación del evento, en la que ha querido destacar que «el beneficio público debe construirse siempre desde la virtud privada, de aquellos que pueden construir una comunidad política verdaderamente virtuosa».
Por su parte, Elena Herrero-Beaumont, directora del think tank, ha querido resaltar que «las empresas, en general, y tecnológicas en particular deberían actuar con una conciencia cívica. El factor político comienza a jugar un papel clave en las empresas y ese rol supone una propia amenaza para las empresas, porque se ven obligadas a tomar determinadas posiciones políticas». Además, ha señalado la desigualdad, dentro de las empresas, y el derrumbe de la meritocracia, que antaño era el principal tractor de las clases medias, como dos de los problemas más graves que padecen las compañías en relación con la sociedad.
Posteriormente ha comenzado un una mesa de diálogo moderada por la periodista y escritora, Marta Peirano, sobre el liderazgo ético de los dirigentes españoles, que ha contado con la presencia de Silvina Bacigalupo, catedrática de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid; Alberto S. Navalpotro, CEO de Inbonis y Acumen Fellow; José Luis Blanco, director general del Instituto de la Empresa Familiar; y Juan María Sáinz, consejero delegado de Informa.
Bacigalupo ha sido la encargada de comenzar con el diálogo al contestar a Peirano a la pregunta de «¿Es la ética empresarial un oxímoron?». «Creo que no, porque estamos hablando de dos cuestiones. Cuando conversamos sobre la ética empresarial estamos hablando de unos valores éticos que trasladamos a la ética empresarial, que a su vez, queda plasmada en una normativa que contiene todos esos valores, que están detrás de toda norma», ha asegurado, destacando, además, que para una persona que no comparte los valores de su empresa, es difícil que tenga acomodo dentro de la misma.
El CEO de Inbonis y Acumen Fellow, Alberto Navalpotro, ha subrayado la necesidad de toda compañía de contar con una ética propia porque si no «es imposible ganar dinero. Lo que no es ético es cortoplacista». A su juicio, las empresas, sobretodo las familiares, nacen con el propósito de alcanzar unos objetivos a largo plazo que pueda perdurar en el tiempo. «Hay empresas que no son éticas porque tienen incentivos cortoplacistas, quiero creer que una empresa es ética. Es importante estar de acuerdo con los valores que comunicas y conocer bien qué valores tienes: una empresa es un ser vivo, es un ejercicio de confianza en el equipo, de alimentarse unos a otros mutuamente».
Navalpotro ha querido resaltar el desconocimiento general que hay en la sociedad sobre las empresas o puestos de trabajo, como el funcionariado, que conducen hacia la crítica rápida que resulta ser distinta de la realidad. Por ello, opina que las empresas, en concreto, deben realizar el ejercicio de la transparencia como un fin en sí mismo y no como una herramienta. «La transparencia es un enorme poder y un gran estimulante de incentivos. El ser transparente en tu propia empresa es importante: no es solo dar información, sino mostrar la vulnerabilidad, la realidad de las cosas».
Blanco: «La persecución de los intereses privados es compatible con el interés general»
José Luis Blanco, director general del Instituto de la Empresa Familiar, ha apuntado que las actividades que realizan las empresas van en consonancia con las demandas de la sociedad, por lo que éstas están enfocadas a satisfacer a la misma sociedad. «La persecución de los intereses privados es compatible con el interés general. En el proceso de formación de toma de decisiones en el ámbito de un consejo de administración lo que subyace es una cultura organizativa que tiene una determinada finalidad».
«Haces algo que tenga una diferenciación, que además pueda transmitir unos valores que sean aceptados por la sociedad. Además quieres convertir ese algo en un proyecto empresarial, que viene a cubrir unas necesidades de la sociedad, que esté dentro de unos parámetros de rentabilidad», ha apuntado Blanco, que ha querido remarcar esta idea señalando que «el principal incentivo en la gestión empresarial es conectar con la demanda de lo que pide la sociedad».
Por su parte, Juan María Sáinz ha señalado la importancia de las compañías en la sociedad, ya que «las empresas son la institución más importante tras la familia». En el plano de la ética, se le ha inquirido acerca de qué es mejor para una empresa, si un líder excesivamente ético o por el contrario un líder que carezca de principios. «Es mejor tener un líder con demasiados principios. Sin escrúpulos puede ser muy peligroso».
La ministra de Ciencia e innovación, presente en el evento
El acto ha sido clausurado por la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que ha mantenido un diálogo con la consejera económica de la Comisión Europea en España, Paz Guzmán, sobre los riesgos que la innovación puede plantear a la democracia liberal y cómo poder continuar custodiando los valores europeos.
Concretamente, la ministra ha sido inquirida por el auge de los populismo en estos tiempos en el que crecen las amenazas para la democracia liberal y en relación, también, a la cartera que ella dirige, que es la de Ciencia. «La ciencia y los populismos son casi antagónicos. La ciencia busca soluciones a los problemas complejos que afectan a la sociedad y los populismos los simplifican. Además, la ciencia necesita sus tiempos a largo plazo y los populismos son muy cortoplacistas, por lo que a menudo atropellan a la ciencia».
Haciendo referencia al papel que ha jugado la ciencia en la lucha contra la covid-19, Morant ha puesto como ejemplo cómo el negacionismo de la propia enfermedad provenía en muchas ocasiones de los políticos populistas. «Está muy demostrado que el negacionismo de la ciencia tiene una relación con los populismos. Los dirigentes populistas alimentan el negacionismo y todo lo que va en contra de la ciencia puede ocasionar daños en las vidas de las personas», ha señalado.
En continuación con la misma línea, Diana Morant ha resaltado la importancia de que la ciudadanía tenga acceso a los conocimientos científicos, ya que, a su juicio, la gente tendría un mayor control de la información que afecta decisivamente a sus vidas. «Hay que acercar la ciencia a la ciudadanía para que el ciudadano se pueda empoderar como un ser autónomo y huir del negacionismo».