Repsol hace caja para avanzar en energías renovables y 'luchar' con las grandes eléctricas
Se ha fijado una meta de 20 GW ‘verdes’ para finales de década
Repsol tiene una misión clara: alcanzar una potencia instalada de energías renovables de 20 gigavatios (GW) para el final de década. Y para ello sabe que necesita ganar músculo financiero. La petrolera que preside Antonio Brufau ingresará 905 millones de euros por el 25% de su filial ‘verde’ y también se encuentra en negociaciones para la venta de otra participación minoritaria de su negocio de exploración y producción de petróleo y gas (upstream).
La clave está en que las petroleras van por detrás de las grandes eléctricas en lo que a energías renovables se refiere y necesitan invertir miles de millones de euros en nuevas tecnologías para alcanzar la descarbonización. Pero no solo necesitan sumar megavatios solares o eólicos, sino también apostar por el almacenamiento y la producción de combustibles fósiles renovables.
En este sentido, la incorporación de Crédit Agricole Assurances y EIP a la filial de renovables de Repsol lleva aparejado un compromiso de inversión en línea con el plan estratégico de la multienergética española, que pasa por alcanzar los 6 GW en 2025 y los 20 GW para 2030. También planea la entrada en nuevos mercados y la incorporación de tecnologías complementarias, como puede ser la eólica marina flotante.
Actualmente, cuenta con una cartera de más de 1,6 GW de capacidad renovable instalada y está presente en España, Estados Unidos y Chile, participando también en el proyecto eólico marino WindFloat, en Portugal. Por hacer la comparativa con una de las grandes eléctricas del país, Endesa tiene el compromiso para 2030 de multiplicar por tres su parque renovable, hasta alcanzar los 24 GW de capacidad instalada. Para ello ya tiene una cartera de proyectos de cerca de 80 GW (63% plantas solares; 19% proyectos de almacenamiento; y 12% parques eólicos).
19.300 millones de inversión
En total, invertirá 19.300 millones de euros en generación eléctrica renovable y producción de hidrógeno verde durante el periodo 2021-2025. Según ha detallado la propia energética, hasta 6.500 millones de euros irán al desarrollo de proyectos bajos en carbono, frente a los 5.500 previstos inicialmente. De este modo, la inversión destinada a iniciativas bajas en emisiones se situará en el 35% hasta 2025, cifra que aumentará al 45% en 2030.
Asimismo, la compañía tiene el objetivo de producir dos millones de toneladas de combustibles bajos en carbono en 2030. En el primer trimestre de 2023 está prevista la puesta en marcha de la planta de biocombustibles avanzados de Cartagena, que evitará la emisión a la atmósfera de 900.000 toneladas de CO2 al año.
La petrolera retomó la operación de venta a principios de este año, transformando su filial ‘verde’ en sociedad anónima con el fin de dotarla de una mayor visibilidad para atraer compradores. Repsol anunció en noviembre de 2020 que se daba un plazo de entre 12 y 18 meses para una posible salida a bolsa o dar entrada a un socio estratégico a través de la venta de una participación minoritaria.
Repsol constituyó su filial de renovables en septiembre de 2019 y en menos de tres años ha alcanzado un valor de 4.383 millones de euros, incluyendo deuda y minoritarios. La compañía española seguirá controlando este negocio, por lo que la sociedad Repsol Renovables y sus filiales continuarán consolidando en las cuentas del grupo. No obstante, desembarcó en el negocio eléctrico y de renovables en 2018 con la compra de activos de Viesgo por unos 733 millones de euros. En ese momento, su cartera de clientes era de unos 750.000 y ahora alcanza los 1,3 millones.
Entre las últimas operaciones de Repsol, también destaca la venta a Pontegadea, el vehículo inversor de Amancio Ortega, de una participación del 49% del parque eólico Delta por importe de 245 millones de euros. Ahora, está centrada en sacar más tajada de de su negocio de exploración y producción.
La propia Repsol ha reconocido que, en el contexto de «la gestión dinámica y permanente» de su cartera de negocios, viene analizando «diversas oportunidades y propuestas» relacionadas con esta área, aunque aún no ha tomado «ninguna decisión al respecto». El grupo dirigido por Josu Jon Imaz respondía así a la información adelantada por Reuters sobre la existencia de conversaciones preliminares para la posible venta de un 25% de su filial de crudo y gas al fondo estadounidense EIG Global Energy Partners.
Según los analistas, este negocio está valorado entre 14.000 y 18.000 millones de euros incluyendo deuda. En 2021, esta división, impulsada por la elevada cotización del petróleo, registró unas ganancias netas ajustadas de 1.687 millones de euros. Además, en el pasado año vendió todos sus activos productivos en Malasia y Vietnam, así como su participación en la joint venture Arog en Rusia, y redujo de 25 a 15 el número de países en los que tiene presencia esta área, dentro de su estrategia de concentrar la actividad en regiones en las que la compañía tiene ventajas competitivas.
Repsol se encuentra en un momento de ‘dulce’ en mitad de la gran crisis energética y de subida de precios. Goldman Sachs le otorga un gran potencial de crecimiento al considerar que su alta «alta exposición» al gas natural de Estados Unidos le servirá de impulso en el segundo trimestre, al tiempo que subraya que se verá impulsada por los «fuertes márgenes» de refino para destilar diésel. En este sentido, le da un precio objetivo de 19 euros por acción, lo que supone una revalorización del 33%, y recomienda comprar títulos.
En lo que va de año, acumula una revalorización de más del 52% en Bolsa, lo que le ha llevado a ‘coquetear’ ya con la cota de los 16 euros, un nivel que no consolida a cierre de una sesión desde octubre de 2018. El año pasado se anotó un beneficio récord de 2.499 millones de euros y en el primer trimestre del ejercicio actual lo ha duplicado hasta 1.392 millones gracias al precio del petróleo, en máximos desde 2008.
La energética que dirige Josu Jon Imaz entró en la lista de grandes petroleras europeas que elabora Goldman Sachas en enero de 2020. Los analistas de la entidad la comparan con BP, Total, Eni y Royal Dutch Shell.