El BCE alerta de que la economía de Europa puede entrar en recesión el próximo año
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, advierte de que el organismo proyecta ya un crecimiento negativo en la región en un escenario más adverso
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha admitido hoy que la zona euro pueda entrar en recesión en 2023 debido al contexto de incertidumbre desatado tras la guerra de Ucrania. Aunque nuestro escenario central es de crecimiento positivo de más del 2% en 2022 y 2023 para la región, en uno más adverso contemplamos una caída del Producto Interior Bruto (PIB) para el próximo año, ha advertido. En este caso, de producirse un peor entorno al previsto, Guindos ha señalado en unas jornadas organizadas por la Apie y BBVA que el aumento de la economía sería ligeramente positivo en el presente ejercicio.
Tal y como ha publicado THE OBJECTIVE, el mercado da por asegurado que tanto Europa como EEUU van a encontrarse en recesión en breve. Incluso no descartan que sea a finales de 2022. Ahora, el BCE reconoce que este riesgo existe y que en sus proyecciones ya se recoge esta circunstancia.
Para Guindos, las condiciones han cambiado drásticamente tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que ha llevado a mayores problemas en los suministros de materia primas y a una inflación disparada, que está mermando la renta de los consumidores. De hecho, ha señalado que en mayo la subida de los precios en la zona euro ha dado una sorpresa negativa, al situarse en el 8,1% y que todos los componentes de la cesta se han encarecido. Según ha indicado el vicepresidente del BCE, las estimaciones apuntan a que la inflación se mantendrás todo el verano y que, después, iniciará su tendencia a la baja.
IPC, en el 6% a finales de 2022
El organismo monetario prevé que en su escenario central el IPC de la zona euro se reducirá hasta el 6% y que más a medio plazo se recorte hasta el objetivo del 2%. En función de cómo evolucione este dato, como el de la evolución de la economía, el BCE tomará las medidas adecuadas para mantener la estabilidad financiera, ha manifestado el número dos de la institución comunitaria.
Entre estas actuaciones destaca una subida de los tipos de interés en julio, que será de 25 puntos básicos, y otra, que está aún por definir, en septiembre. El BCE ya ha apuntado a que el incremento del precio del dinero tras el verano podría ser más intensa.
Otra de las decisiones de que ha tenido que adoptar el organismo monetario es prometer un mecanismo especial de compra de deuda pública para evitar una fragmentación del euro. Con ello, ha relajado la tensión en las primas de riesgo de España y de Italia, principalmente.
Guindos no ha querido detallar cómo se instrumentará este programa especial. Es más, ha manifestado que aún el BCE no ha debatido cómo será y cuáles serán las condiciones. Pero, aventuró a que servirá para que la política monetaria funcione y la institución tenga las manos libres para actuar en su intención de reducir la inflación.
En este sentido, ha hecho énfasis en el compromiso de la institución para evitar dicha fragmentación. «Hay que evitar la fragmentación indeseada o no justificada», ha dicho Guindos, quien ha reclamado a la Comisión Europea fijar medidas de política fiscal y que avance en la unión bancaria para mitigar la inestabilidad reinante en la ectualidad.
Ante este escenario de tipos de interés en positivo, con el euribor desbocado y por encima del 1%, Guindos ha exigido a los bancos a que sean prudentes y no se dejen llevar por los mayores ingresos que obtendrán por los créditos a tipos variables. Las entidades en España fracturarán en dos años unos 7.500 millones adicionales por el alza de este indicador.
El vicepresidente del BCE ha pedido a los bancos a que mantengan el ritmo de provisiones porque, probablemente, la morosidad se incrementará. «Los clientes tendrán mayores dificultades» para abonar sus cuotas por la financiación, ha señalado el mandatario, quien ha enfatizado a que esto se producirá en una desaceleración de la economía.