La actividad de las fábricas de la eurozona se frena a mínimos de 22 meses, según PMI
La probable entrada en recesión del sector manufacturero de la zona euro contribuirá a moderar las presiones de precios
El crecimiento de la actividad manufacturera de la eurozona se ralentizó en junio como consecuencia del impacto sobre la demanda del deterioro de las perspectivas económicas y de la elevada inflación, según refleja el índice de gerentes de compra (PMI), que se situó en 52,1 puntos, frente a los 54,6 de mayo, lo que supone su peor lectura en 22 meses, indicó S&P Global Market Intelligence.
La evidencia del empeoramiento de las condiciones operativas de los productores de la zona euro se observó en muchos de los subíndices de la última encuesta PMI, incluyendo el dato de producción manufacturera, que cayó hasta 49,3 puntos desde los 51,3 del mes anterior, señalando su mínima de los últimos veinticuatro meses y la primera contracción desde los confinamientos por la covid-19.
Asimismo, durante el mes de junio los nuevos pedidos recibidos en y los pedidos de exportación disminuyeron, mientras que la confianza empresarial cayó hasta su mínima en veinticinco meses.
De su lado, los pedidos pendientes de realización, que se habían acumulado intensamente durante la pandemia, también se redujeron por primera vez en casi dos años, puesto que la reducción de la demanda permitió a las empresas concentrarse en completar los pedidos atrasados.
Asimismo, se observaron más señales tentativas de que las cadenas de suministro se están acercando a la estabilidad debido a que los plazos de entrega de los insumos aumentaron al ritmo más lento en un año y medio, mientras que también se apreció una disminución de las presiones inflacionistas, ya que tanto los costes de los insumos como los precios de venta aumentaron a tasas más lentas.
«La demanda se está debilitando y las empresas lo vinculan a que clientes se muestran cada vez más cautelosos con respecto al gasto a raíz del aumento de los precios y las perspectivas económicas inciertas», explicó Chris Williamson, economista jefe de S&P Global Market Intelligence, para quien la desaceleración cobrará impulso en los próximos meses.
No obstante, para el experto «una ventaja» del reciente debilitamiento de la demanda sería la disminución de algunas restricciones de la cadena de suministro, lo que a su vez ha ayudado a moderar las presiones inflacionistas de los productos industriales.
«Dado que los datos de la encuesta indican una probabilidad cada vez mayor de que el sector manufacturero caiga en una recesión, estas presiones de los precios deberían disminuir aún más en el tercer trimestre», añadió.