La «venta de calor»: una alternativa sostenible a los combustibles fósiles
El rendimiento global de energía solar térmica en 2020 corresponde a un ahorro de 43,8 millones de toneladas de petróleo y 141,3 millones de toneladas de CO2
La venta de calor ya es una realidad en España. La comercialización de la energía solar térmica ha aterrizado en nuestro país de la mano de Newheat, una empresa energética francesa, pionera en este sector, que se encarga de suministrar energía renovable a través de un innovador proceso nunca antes visto en Europa.
Aunque nuestra nación es puntera en energía solar térmica, con 50 centrales a lo largo del territorio que en 2021 generaron 4.700 GWh (según datos de la Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar), el modus operandi de esta compañía constituye un soplo de aire fresco en la dinámica de distribución del sector de la energía renovable.
Newheat, pioneros en la venta de calor
THE OBJECTIVE se ha puesto en contacto con Nicolás Martínez, responsable de Newheat en España, para indagar en las características y los detalles de esta nueva forma de comercio energético. «Lo que diferencia a Newheat de las demás compañías de energía solar térmica es que no vendemos campos solares, sino que nos dedicamos a proveer de calor a grandes consumidores, que pueden ser la industria, las redes de calor y los invernaderos», afirma Martínez.
Para llevar a cabo este procedimiento, el directivo explica que «la infraestructura debe construirse cerca de las instalaciones de los clientes, en un terreno adecuado que suele oscilar entre una y diez hectáreas, en función del volumen de consumo». «En ese terreno colocamos un campo solar térmico compuesto por colectores planos, además de dispositivos de almacenamiento térmico, necesarios para acumular el calor producido durante el día y mantener el suministro de energía por la noche». Este almacenamiento térmico también puede ser interestacional, es decir, que acumula el calor recibido durante el verano para su consumo en el periodo invernal, cuando hay menos tiempo de sol.
Martínez sostiene que la solar térmica «tiene un potencial enorme para generar calor, pero está muy poco desarrollada». Además, apunta que esta energía emplea una tecnología «mucho más sencilla que la fotovoltaica» y que una de sus principales ventajas reside en la utilización de «materiales muy comunes», por lo que se puede desarrollar «en cualquier parte». De hecho, la mayoría de los proveedores de materiales para esta energía se encuentra en Europa, a diferencia de la fotovoltaica, que «depende de las importaciones de Asia, de donde procede el 90% de los paneles solares».
Por otro lado, el responsable de la compañía destaca que la solar térmica, además de ser una energía «cero emisiones», también es «completamente autónoma», ya que «no requiere de combustión, ni es necesaria ninguna materia prima para producir calor».
Según los datos proporcionados por la Agencia Internacional de la Energía, el 49% del total de la energía final que se consume está destinado a la generación de calor. Un 29% se emplea para la movilidad y solo un 22% para la electricidad. De ese 49%, alrededor del 10,2% proviene de energías renovables, pero casi tres cuartos se generan mediante combustibles fósiles.
Energía sostenible e independiente
La energía solar térmica es aquella que aprovecha los rayos del Sol para la generación de calor, que puede destinarse a diferentes procesos como la producción de agua caliente sanitaria (ACS) o de calefacción para su uso doméstico o procesos industriales. Se trata de una forma de energía renovable y sostenible que, según Martínez, «posee un gran potencial para sustituir a los combustibles fósiles» como el gas o el carbón, pero que, lamentablemente y, «a pesar de llevar más de 30 años funcionando, aún no goza del interés y el reconocimiento necesarios para su implantación generalizada a nivel mundial».
Esta clase de energía se solía utilizar en viviendas e instalaciones menores, pero ya se está comenzando a usar en centrales de mayor tamaño. La Asociación de la Industria Solar Térmica (ASIT) señala que ya está presente en más de 10 millones de hogares en Europa y tiene una implantación cada vez mayor en los procesos térmicos industriales, donde se emplea principalmente para la generación de agua caliente, pero también para aportar calor a procesos como la pasteurización, la esterilización, el secado de productos, e incluso para la producción de cerveza.
El procedimiento consiste en el aprovechamiento de la radiación del Sol mediante colectores o paneles solares para convertirla en energía utilizable. De esta forma, se consigue generar calor a través de un método mucho más ecológico y menos dañino para el medio ambiente.
Ventajas de la energía solar térmica
En la actualidad, la lucha contra el cambio climático constituye una de las máximas prioridades en todas las agendas políticas de Europa, y la energía solar térmica ha sido catalogada por la Unión Europea como una de las principales alternativas para avanzar en el proceso de descarbonización, indispensable en el camino hacia la transición ecológica y crucial para reducir la peligrosa dependencia de los combustibles fósiles rusos.
Según datos extraídos del Informe Anual 2022 de la Asociación de la Industria Solar Térmica (ASIT), el rendimiento global de energía solar térmica de todos los sistemas solares térmicos instalados en 2020 corresponde a un ahorro de 43,8 millones de toneladas de petróleo y 141,3 millones de toneladas de CO2. Un sistema solar térmico para calefacción, en lugar de un calentador a base de aceite, ahorra alrededor de dos toneladas de CO2 al año, lo que equivale a más de un año de conducción (14.000 km) con un coche pequeño.
El representante de Newheat destaca, de entre todas las ventajas de esta energía, su «independencia energética total», y su efecto de «estabilización del precio», porque, «con la solar térmica es perfectamente posible prever cuánto se va pagar por la energía, incluso a largo plazo, lo que permite a nuestros clientes estabilizar una parte significativa de su de su coste de producción».
Además, resalta las inmensas posibilidades de explotación que posee España en este sector: «Dinamarca, que dispone de redes de calor capaces de calentar ciudades enteras gracias a la solar térmica, recibe de media 1.000 kWh de radiación solar por metro cuadrado. Madrid recibe 1.700, lo que supone un auténtico filón para el aprovechamiento energético».
Desde ASIT aseguran que la energía solar térmica es más barata que la electrificación, tiene una balanza comercial positiva para Europa, ostenta la mayor capacidad de almacenamiento de energía de todas las fuentes renovables, y proporciona la mejor densidad de energía de todas las tecnologías solares.
Si bien la electrificación del sector del calor es una realidad y seguirá evolucionando, es necesario aprovechar aún
más la complementariedad con el suministro de calor renovable, que aporta numerosas ventajas a la resiliencia, seguridad y competitividad del sector energético.