España dobla las exportaciones de gas por tubo y alcanza su mayor nivel en cuatro años
El país aspira a ser protagonista en la crisis energética y propone llevar al máximo los envíos de gas hacia el resto de Europa a través de sus infraestructuras
España dobla las exportaciones de gas vía gasoducto entre enero y julio en comparación con el mismo periodo del año pasado. En concreto, ha enviado 24.974 gigavatios hora (GWh), es decir, un 100% más interanual, según los datos de salidas por conexiones internacionales del último Boletín Estadístico de Enagás.
Esta es la cifra más alta en dicho periodo desde 2018, año que más se le asemeja con 20.075 GWh exportados hasta julio. Los números de 2019 y 2020 fueron mucho más bajos, de 3.564 y 6.101 GWh, respectivamente. La mayor parte del gas que sale de España va a Francia a través de la interconexión VIP Pirineos.
Habitualmente utilizado para importar gas natural del país vecino, desde que se produjo la invasión de Rusia a Ucrania se ha producido un cambio de tendencia, haciendo de España un exportador hacia Europa. Ya en abril se alcanzó una cifra exportadora de España a Francia de 5.618 GWh y en mayo se incrementó un 10% con respecto al mes anterior, hasta la cifra récord de 6.185 GWh.
En concreto, España cuenta con dos conexiones de gas con Francia a través del País Vasco y Navarra, que permiten entregar unos 8.000 millones de metros cúbicos anuales, aproximadamente el 2% de la demanda europea el año pasado. Además, en Badajoz se encuentra, desde 1996, uno de los puntos de conexión entre las redes de transporte de gas natural española y portuguesa. El otro se sitúa en Tuy (Pontevedra) y comenzó a operar en 1998.
España quiere ser protagonista
España aspira a ser protagonista en la crisis energética y como respuesta al plan de racionamiento de gas de la Comisión Europea, propuso llevar al máximo los envíos de gas hacia el resto de Europa a través de sus infraestructuras. Sin duda, uno de los países mejores posicionados para cumplir con la obligación que impone Bruselas de tener las reservas de gas al 80% de su capacidad en otoño, pero para convertirse en un importante suministrador para el resto de países del Viejo Continente tiene que incrementar sus interconexiones.
El país cuenta con casi un 30% de la capacidad de regasificación de Europa y un 44% del potencial de almacenamiento comunitario de gas natural licuado (GNL), y tras la invasión de Rusia a Ucrania estudia cómo enviar más gas fuera de sus fronteras.
En este sentido se plantea aumentar la capacidad de los gasoductos con Francia. Ya en los últimos días viene cobrando fuerza la idea de resucitar el Midcat tras que Alemania haya planteado que llegue más gas a Europa vía la península ibérica. Lo que pide el canciller alemán, Olaf Scholz, es que se ponga en marcha un gasoducto que nazca en el país luso y llegue hacia el norte y centro del continente a través de España y Francia.
Sin embargo, lo que tiene más sentido es que se terminen de construir los 226 kilómetros de tuberías que le faltan al Midcat, que van desde la localidad catalana de Hostalric hasta la francesa Barbaira. España pide que sea la Unión Europea (UE) quien sufrague los gastos, tras la histórica oposición de Francia.
Según la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que «la interconexión por los Pirineos catalanes podría estar operativa en ochos meses en la frontera sur», lo que obligaría a que Francia hiciera lo mismo en su parte del territorio para conectar el suministro de gas con el resto del continente. El Midcat podría sumar 7.000 bcm al año a la capacidad de interconexión. Otras de las posibilidades que se plantea España para apoyar a Europa es la de mandar barcos cargados con GNL a Livorno (Italia) desde Barcelona.
El país importa gas vía Argelia a través del Medgaz, que conecta ambos países desde Béni-Saf hasta Almería, pasando bajo el Mar Mediterráneo. Actualmente, es el único tubo que envía gas directamente a España desde el norte de África después de que Argelia cerrara el gasoducto Magreb-Europa tras romper relaciones diplomáticas con Marruecos.
España y Francia también han intercambiado papeles en los últimos meses en lo que a importación y exportación de electricidad se refiere. Las tornas han cambiado debido a que el país galo tiene medio parque nuclear parado y ese déficit de generación de electricidad lo cubre con compras a España. En este sentido, también se beneficia de una electricidad más barata por la aplicación de la ‘excepción ibérica’.