Moncloa fuerza la dimisión del presidente de RTVE
El directivo presentará su renuncia en la reunión del Consejo de Administración de este martes tras perder el apoyo de los representante de PSOE y Podemos
Moncloa ha forzado la dimisión del presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, después de varias semanas de presiones, como ya adelantó THE OBJECTIVE el pasado sábado. El directivo ha presentado su renuncia este lunes que ratificará en la reunión del Consejo de Administración de este martes, tras perder el apoyo de los representantes de PSOE y Podemos.
Las fuentes consultadas por este diario indican que en el último año la relación entre Tornero, el equipo de Sánchez y los asesores del presidente se ha vuelto insostenible. Del mismo modo, en las últimas semanas el directivo ha perdido el apoyo de los miembros del Consejo de Administración de la cadena pública, muchos de los cuales -como los representantes de Podemos Roberto Lakidain y José Manuel Martín Medem- le critican abiertamente acusándolo de colocar a tertulianos de derechas en los programas de la cadena.
Moncloa logró que Pérez Tornero siguiera el camino de Leopoldo González-Echenique, que en 2014 renunció a la presidencia de RTVE por discrepancias con labor entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría; y de Alberto Oliart que en junio de 2011 renunció ante las presiones de los dos principales grupos políticos.
Ahora que Pérez Tornero renuncia, RTVE quedará en una situación de interinidad que se prevé suplir con José Pablo López, actual director de contenidos. López es actualmente el responsable de toda el área de programas, pero el Gobierno quiere que también asuma responsabilidad en los informativos. El directivo tiene una estrecha relación con José Miguel Contreras desde que fuese el director financiero de La Sexta, cadena fundada por el ex dueño de Globomedia y de la que fue consejero delegado.
Se sabe que el nombramiento parlamentario de un nuevo presidente de RTVE no será rápido, en especial considerando los problemas de los principales partidos para ponerse de acuerdo en renovar los órganos del Poder Judicial. Es por ello que Moncloa quiere que López sea su hombre fuerte, independientemente de quien sustituya a Pérez Tornero en el futuro.
Desde el Gobierno, PSOE y Podemos se critica a Tornero por partida triple. En primer lugar, se acusa a Pérez Tornero de ser demasiado blando con el Partido Popular, de no recoger fielmente las opiniones y anuncios del Gobierno y de no ser lo suficientemente claro para poner en valor la figura del presidente de Gobierno.
En segundo término, se le culpa de no asumir los consejos de Moncloa y de los asesores del presidente, Miguel Barroso y José Miguel Contreras, que ejercen de correa transmisora de las peticiones monclovitas. Y en tercer lugar, se critican las bajas audiencias. Este diario ya contó la semana pasada que para el Gobierno carecía de sentido intentar controlar una televisión que tenía cada vez menos peso, como quedó demostrado en la mínima audiencia de la última entrevista de Pedro Sánchez en la cadena pública.
Los datos de agosto dejan a La 1 con un share del 8,9%, en línea con sus peores resultados históricos y muy lejos del 13,1% de share que registraron ese mismo mes Antena 3 y Telecinco. En los informativos la diferencia es similar con un millón de espectadores de media para la pública, por debajo de los 1,9 millones de Antena 3 y de los 1,4 millones de Telecinco. El agravante es que ya perdieron el tercer lugar en los informativos de sobremesa de lunes a viernes a manos de La Sexta.
La carta de renuncia de Tornero
En una carta remitida a los medios de comunicación, Pérez Tornero ha afirmado que, dentro del máximo órgano de administración de RTVE, -y pese a los «esfuerzos ímprobos» realizados por algunos de sus componentes- ,«ya no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente; y, en muchas ocasiones, ni tan solo el clima propicio al diálogo que necesitamos para culminar el proyecto».
«Lo cual dificulta mucho la gobernabilidad de la empresa, e impide llevar a cabo la transformación con la que todos nos habíamos comprometido», asegura en la carta.