Esade cifra en 690 millones el ahorro de los hogares con tarifa regulada por el tope al gas
«La generación de energía eléctrica a través del uso más intensivo de los ciclos combinados ha restado eficiencia a la medida»
Esade calcula que el precio medio de la electricidad para los consumidores del mercado regulado habría sido entre un 19% y un 30% más caro entre junio y septiembre de no existir el tope al gas. Así, estima que un hogar medio que consume ocho kilovatios hora (kWh) al día se habrá ahorrado desde el 15 de junio unos 69 euros. En España hay unos diez millones de hogares acogidos a la tarifa regulada (PVPC), lo que hace un ahorro total desde la implementación del mecanismo de 690 millones de euros.
En concreto, desde la escuela de negocios sitúan el ahorro medio en torno a los 113,9 euros el megavatio hora (MWh), lo que supone un ahorro acumulado de 8.881,1 euros/MWh desde el inicio de la medida. A esto hay que añadir el ahorro indirecto que se producirá en los casi 20 millones de hogares del mercado libre a medida que estos renueven sus contratos.
«La disminución de precios tras la entrada en vigor del mecanismo permitirá a las comercializadoras actualizar sus ofertas en base a unos precios de mercado más bajos de los previstos en ausencia de este. Así, las familias con tarifa libre también se verán beneficiadas de la política, aunque este ahorro sea más difícil de cuantificar. Teniendo en cuenta que el gasto de los hogares en electricidad superó los 15.000 millones en 2021 y que, con la actual subida de precios se puede triplicar en este 2022, el ahorro es aún más significativo», añaden.
No obstante, aprecian que la generación de energía eléctrica a través del uso más intensivo de los ciclos combinados ha restado eficiencia a la medida. «El exceso de producción a través de la quema del gas se ha trasladado a la factura final como un mayor recargo por compensación a las centrales de ciclo combinado. Efectivamente, estos pagos podemos verlo como un ahorro potencial perdido y que se podría sumar a los ya estimados», apuntan los analistas de EsadeEcPol, el think tank de la institución.
Puede afectar a la transición energética
Además, defienden que este mayor uso de los ciclos sugiere que el tope al gas podría afectar, «al menos parcialmente y siempre a medio y largo plazo», al incentivo original del sistema marginalista a la transición hacia fuentes no contaminantes. «El gas se vuelve más atractivo, por lo que un uso más frecuente del mismo resulta relativamente inevitable, especialmente para aquellas fuentes que son más fácilmente reemplazables (como la cogeneración) o que no se encuentran en un buen momento por factores coyunturales (como la hidroeléctrica por la sequía)», explican.
En concreto, la ‘excepción ibérica‘, que ahora reclaman países como Francia, fija una senda para el gas natural para generación de electricidad de un precio de 40 euros/MWh en los seis meses iniciales de aplicación, mientras que el precio irá subiendo de 5 en 5 euros hasta llegar a los 70. Así, cada hora que se genera electricidad con gas, si su coste real es superior a estos 40 euros/MWh, se remunera a las productoras por esa diferencia.
De este modo, cuanto más caro sea el gas y más cantidad se emplee para producir, más elevada será la compensación. Lo que viene defendiendo el Ejecutivo es que es más barato compensar esa parte de la generación que utiliza el gas como materia prima que soportar el 100% de la producción con ciclos combinados sin el tope.
Según la normativa, el coste de la compensación se reparte entre todos los usuarios del mercado eléctrico, menos en las Islas Canarias, Ceuta y Melilla y en los contratos con un precio fijo que sean anteriores al 26 de abril de este año, pues al tener cliente y empresa una tarifa pactada no se estarían beneficiando de la medida. Dicho de otro modo, si el cliente tiene una tarifa regulada o un contrato con precio fijo que se renovó con posterioridad al 26 de abril, la eléctrica en cuestión tiene que contribuir con esa compensación y lo traslada al cliente en el recibo eléctrico.
En las facturas del mercado regulado, este cargo va incorporado dentro del precio de la energía, mientras que, en las facturas de mercado libre, afectadas, este coste se muestra en una línea a parte. En ambos casos el importe por cada kWh consumido es el mismo. Hay que tener en cuenta que el coste del tope al gas es variable y depende del día, por lo que no se puede calcular cuál será el precio final de la factura o tarifa total incluyendo este importe.
Para medir el impacto real de la medida también se debe incluir el precio de la propia materia prima. El gas está disparado por la invasión rusa y esto también hace la compensación para la producción del gas aumente y, por tanto, se refleje en las facturas de la luz de los consumidores.