La reaparición de la viruela ovina en España pone en riesgo la exportación de corderos
Los ganaderos están preocupados por la aparición de nuevos brotes de esta enfermedad, que ponen en riesgo los negocios con los países árabes
Los ganaderos del sector del cordero están preocupados por la reaparición en España de la viruela ovina y caprina, una enfermedad que llevaba erradicada en el país desde el año 1968. Desde la detección del primer foco, los principales países a los que se exporta este producto han mostrado dudas a la hora de aceptarlo y las empresas temen las consecuencias de que se expanda, puesto que el virus, que no se contagia a los seres humanos, puede suponer grandes pérdidas económicas para el sector.
El 19 de septiembre, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación comunicó la notificación por parte de la Junta de Andalucía de un foco de esta enfermedad en una explotación de ovejas en el municipio de Benamaurel, en Granada. En el momento de escribir este artículo, el Ministerio ya contaba nueve focos repartidos entre Granada y Cuenca. Una cifra que los expertos confían en que no aumente más gracias al diagnóstico temprano que se ha hecho. «Estaba todo el mundo alerta, sobre todo el Ministerio con sus programas de control de este tipo de enfermedades, y tengo la esperanza de que se ha hecho un diagnóstico temprano y parece que no se ha diseminado más», dice a este periódico Delia Lacasta, profesora de Patología Animal en la Universidad de Zaragoza y miembro del servicio de especialistas que detectó el primer caso.
Esta reaparición de la enfermedad ha llevado a varios países árabes, principal mercado al que España exporta corderos, a dudar a la hora de aceptar cargamentos con estos animales, lo que ha supuesto que muchos ganaderos tengan en la explotación corderos que tendrían que haber sido vendidos hace días o semanas.
Al detectarse el primer brote, el Ministerio de Agricultura envió una consulta a Libia, Líbano, Arabia Saudí y Jordania, los principales países fuera de la Unión Europea a los que España exporta ovinos, y no recibió respuesta de los dos últimos, que son los que más mercado acaparan.
«Había corderos preparados y cosas que se podían hacer y se ha retrasado un poco por miedo. Esos corderos están ahora en las granjas haciendo kilos, y hacer kilos hoy a como está el pienso es una ruina», explica a THE OBJECTIVE Pepe Hernández, de la empresa murciana Bovisa, que se dedica a la exportación de ganado.
Esto supone una pérdida económica también en otro sentido, y es que cuando un cordero engorda, ya no sirve para determinados mercados, entre ellos el nacional y el europeo, por lo que su precio baja. «Un cordero cuando pasa los 30 kilos el destino que tiene es la exportación, no tiene otro», apunta Hernández.
«Es una faena porque de momento los tienen que tener en la explotación hasta que encuentren nuevo destino de venta», añade en declaraciones a este periódico Arturo Hernán Gómez, técnico responsable de Ganadería de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja).
«A nivel económico podría ser desastroso si no somos capaces de controlarlo», admite Lacasta, que insiste en que «hay que atajar muy rápido el brote» para que no afecte a la exportación. Eso sí, se muestra optimista porque aunque «el virus es muy contagioso, según la literatura», pero reconoce que, sin conocer aún los datos oficiales, los casos de los que tiene constancia tienen un número reducido de contagios en el rebaño.
Los países árabes, principal mercado del cordero español
Según los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Jordania fue el país que más ovinos españoles adquirió en el primer semestre de 2022, siendo el destino de un 43% de las exportaciones españolas.
A día de hoy, según afirma Pepe Hernández, no tienen información sobre si Jordania ha tomado una decisión acerca de los corderos españoles. Por detrás de este país se sitúa Arabia Saudí, que también ha mantenido en vilo a los ganaderos durante dos semanas hasta que finalmente ha aceptado el envío de, al menos, un barco.
Tras estos dos países, y por delante de Líbano y Libia, se encuentran varios países europeos, pero la Unión Europea no preocupa por el momento a los ganaderos, puesto que el reglamento que regula esta situación es común para toda la zona y contempla la regionalización, es decir, solo impide la exportación desde la zona afectada y no desde todo el país.
Además, es un mercado minoritario para los ganaderos, explica Hernández: «El problema es que en Europa está entrando ahora mismo mucho cordero inglés, mucho más barato que nosotros, y hemos perdido mucha competitividad. El principal mercado sigue siendo el árabe».
«El protocolo es el mismo en toda Europa, hay bastantes normativas que lo regulan. Los países árabes son el principal destino de nuestras exportaciones, países como Turquía, los de la zona del Golfo Pérsico, entonces si esos cierran las fronteras sí que va a haber un problema para colocar todos los corderos», añade el técnico de Asaja.
Más de 17.000 animales sacrificados
La viruela ovina y caprina es una enfermedad para la que no hay vacuna, pues en Europa apenas ha habido casos en las últimas décadas y en España estaba erradicada desde hacía más de 50 años. Por eso, su propagación cuando hay un caso es rápida y la normativa establece que una vez detectado un foco, se debe sacrificar a todos los animales de la explotación.
En total, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, más de 17.000 animales de nueve explotaciones repartidas en Granada y Cuenca se han visto afectados por esta medida. Unos sacrificios que suponen una gran pérdida para los ganaderos, que no recuperan el dinero invertido en la cría puesto que los seguros, por lo general, no cubren las consecuencias de esta enfermedad.
«La política de erradicación de la viruela ovina y caprina en la UE está basada en la matanza sanitaria de los animales afectados y de aquellos que se hallen en contacto, o relacionados epidemiológicamente», según explica el ‘Manual práctico de operaciones en la lucha contra la viruela ovina y caprina’ del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Además, señala unas medidas de control una vez detectado un foco para evitar la expansión de la enfermedad, como el control de movimiento de los animales, la inspección de las explotaciones de la zona, la limpieza y desinfección de los transportes, así como de las explotaciones afectadas y el refuerzo de la vigilancia de la fauna silvestre, entre otras.
«Las medidas yo creo que están bien estipuladas y lo que hay que hacer es controlar bien el movimiento», apunta Delia Lacasta, que insiste en que «es fundamental que los veterinarios de a pie, los que están trabajando en las ganaderías, conozcan estas enfermedades que nos puedan entrar para que se haga un diagnóstico temprano y ahí está la clave, porque si lo pillas a tiempo, con las medidas estipuladas se controla«.
Preguntado por el miedo a la expansión de la enfermedad, el encargado de las exportaciones de Bovisa dice que si los focos no se frenan, puede afectar a la temporada, pero confía en que «lo tienen muy bien controlado».
Por su parte, el técnico de Asaja reconoce que aunque «teniendo los focos bien aislados, no debería expandirse», siempre hay factores difíciles de controlar. Además, tomar medidas extremas, como sacrificar a todos los animales de un radio de kilómetros y no solo de la explotación afectada, supondría un grave perjuicio para los ganaderos, por lo que considera que las medidas son adecuadas.