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Economía

Las pensiones privadas en España son 700 euros menores que en la UE por trabas fiscales

Un estudio atribuye la caída del volumen en planes de pensiones individuales al empeoramiento del marco tributario para el ahorro previsional

Las pensiones privadas en España son 700 euros menores que en la UE por trabas fiscales

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. | Europa Press.

Las pensiones privadas derivadas de aportaciones a planes de pensiones individuales son en España 702 euros más bajas que en la media de la Unión Europea (UE) debido a los límites a las aportaciones y las trabas fiscales a su deducibilidad, según un estudio del Instituto de Estudios Económicos (IEE).

En caso de que un trabajador realice en España la máxima aportación a planes de pensiones individuales que permiten los límites legales y la correlativa deducción fiscal durante 35 años acabará percibiendo una renta mensual neta privada para complementar su jubilación pública de 464 euros durante dos décadas, frente a los 1.166 que obtiene un partícipe medio europeo.

Es decir, el complemento a la pensión recibido a su retiro por un aportante a plan de pensiones individual en España es un 60% inferior al del partícipe promedio de la UE. Estos resultados hacen que España se sitúe en la posición 21 de los 27 países de la UE, como uno de los siete entornos legales y tributarios más adversos para el ahorro en planes de pensiones individuales.

Límites al ahorro

De hecho, bajo esa hipótesis de aportación máxima permitida por las normas tributarias españolas, la acumulación de capital previsional para la jubilación llegará a 110.500 euros frente a los 238.800 de la media europea. Por todo ello, el informe del IEE elaborado por su servicio de estudios, con la colaboración de los investigadores Bernardo Soto Siles, Aurora Mateos Capel, y Nicolás Vicente Regidor- concluye que la capacidad de acumulación de ahorro permitida por el marco fiscal español para estos vehículos «es inferior a la mitad del promedio europeo y hasta un 83% inferior a los países con mejores prácticas».

De hecho, el estudio Por Una Mejora de los Incentivos Fiscales a los Planes de Pensiones -presentado este lunes en Madrid por el presidente del Instituto, Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo-constata que, lejos de avanzar en el aliento al recurso a este tipo de vehículos, «el tratamiento fiscal de los planes de pensiones individuales ha empeorado significativamente en los últimos años, después de que las sucesivas reformas hayan ido recortando el límite de aportaciones desde los 10.000 euros anuales vigentes en 2014 hasta los 1.500 euros anuales en la actualidad».

Caída de las aportaciones a planes de pensiones

Ello hace que se evidencie una caída del volumen total de aportaciones a planes de pensiones individuales desde los 6.200 millones de euros en 2006 hasta los 2.594 millones del pasado 2021, cuando desde el Gobierno se impulsó la caída del límite a 2.000 euros anuales, precedente al tope de 1.500 vigente este año.

La comparativa del IEE se basa en condiciones homogéneas: se asume un mismo comportamiento financiero (4% de rentabilidad) para todos los instrumentos y países, por lo que cualquier diferencia en las variables analizadas y resultados obtenidos «tiene lugar exclusivamente por el diferente tratamiento fiscal y regulatorio de los planes de pensiones individuales en los distintos países».

Además, desde el Instituto se critica que el impulso a los planes de empleo -los que promueven las empresas para sus trabajadores- por parte de la cartera de Seguridad Social, que encabeza el ministro José Luis Escrivá, se realice en detrimento del incentivo a los planes individuales. El estudio explica que aquellos países que establecen marcos fiscales favorables -tanto en términos de límites de aportaciones, como de tratamiento fiscal a lo largo de la vida del instrumento- para los planes de pensiones de empleo, lo hacen también para los individuales.

Diferimiento y no merma fiscal

Además de recordarse que el incentivo fiscal a los planes individuales no supone una merma en la tributación sino un diferimiento fiscal que acaba siendo neutral al rescate del capital. «En España, a diferencia de otros países de nuestro entorno, no opera ninguna exención parcial o ningún tipo reducido en el momento de la percepción de las prestaciones, por lo que estamos ante un sistema que proporciona un mero diferimiento fiscal», zanjan los expertos del IEE.

Esa neutralidad fiscal por diferimiento que hace que al final de la vida del vehículo las deducciones se compensen con la tributación última también se da en países como Finlandia, Países Bajos, Polonia y Malta. Sin embargo, reza el estudio «hay 18 países que configuran un verdadero incentivo fiscal para los planes de pensiones, más allá del diferimiento fiscal o de evitar la doble imposición, lo que supone un impacto positivo sobre el rendimiento de dichos planes y una mayor percepción de derechos en la fase de prestaciones».

Enfoques «erróneos»

Además, De Mesa e Izquierdo sostienen que para complementar la pensión pública (primer pilar) no hay por qué establecer una disyuntiva entre planes de empleo (segundo pilar) y planes individuales (tercer pilar), sino sentar las bases para favorecer el ahorro previsional mediante el mayor número de instrumentos posible.

En este sentido consideran los expertos del informe que el enfoque «erróneo» del marco español supone un perjuicio para los ahorradores de nuestro país. Máxime cuando, detecta el informe, la aportación empresarial a un plan de empleo sólo está libre de cotizaciones a la Seguridad Social hasta los 1.400 euros anuales, lo que dificulta o impide que un trabajador totalice los 10.000 euros que podría sumar entre los límites legales que permiten a la compañía aportar 4.250 euros anuales al plan de empresa -teniendo que extracotizar por encima de 1.400 euros-, los 4.250 que puede aportar el empleado al plan de empresa y los 1.500 que puede añadir en aportación a un plan individual.

Por todo ello, el IEE reclama al Gobierno de Pedro Sánchez que aborde medidas para mejorar el marco regulatorio y tributario de los planes de pensiones, tanto individuales como de empleo, en orden a que se establezcan verdaderos incentivos fiscales. Las líneas sobre las que incide en Instituto son trabajar en un aumento de los límites a la aportaciones que generar reducción en la bases imponible -también en el caso de aportaciones a favor del cónyuge-, la mejora de la tributación de las prestaciones -para que computen como rendimientos irregulares-, y la elevación de la reducción en cotizaciones para las aportaciones realizadas por la empresa a los planes de empleo de sus trabajadores.

También promueve el Instituto que se modifique la tributación posterior de las prestaciones recibidas tras aportar a planes de pensiones individuales, de modo que sólo se aplique el tipo marginal del IRPF a la parte recuperada de las aportaciones realizadas y que los rendimientos tributen en la base del ahorro.

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