El 72% de los directivos augura un mal primer trimestre de 2023 por la caída de la demanda
Según seis de cada diez directivos y expertos, consultados por PwC, la inflación remitirá en los próximos meses, hasta el 4% en junio del próximo ejercicio
El 71,8% de los directivos, expertos y empresarios consultados en la nueva edición del Consenso Económico y Empresarial trimestral de PwC, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE auguran que en el primer trimestre de 2023 la actividad económica irá a peor. La ralentización de la actividad económica vendrá dada, principalmente, por la caída de la demanda de las familia, tanto de consumo, como -especialmente de la compra de vivienda.
El consenso trimestral de la consultora y auditora considera que la economía española va a desacelerar en 2023 , hasta el 1,1%, aunque apunta a una mejoría de la inflación, que podrían situarse en el 4% en junio próximo. Son las conclusiones del sondeo a directivos, expertos y empresarios de la última edición trimestral del informe de PwC, que la compañía elaborada desde 1999 a partir de la opinión de un panel de 450 integrantes, en esta ocasión bajo el epígrafe El Reto de la Inflación.
Con todo, se confirma que España no recuperará en 2023 el PIB previo a la pandemia y los panelistas califican como regular el momento coyuntural de la economía española. Sus posiciones se vuelven más pesimistas cuando se les pregunta por el primer trimestre de año próximo. Y sus estimaciones se rebajan respecto a la edición anterior del estudio ligeramente para 2022 -del 4% al 3,9%- y sensiblemente para 2023 -de 3% al 1,1%- incluso situándose para el segundo ejercicio evaluado por debajo de las previsiones del Banco de España (1,4%), del Fondo Monetario Internacional (1,2%) y del Gabinete Económico del Gobierno (2,1%), encabezado por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
Menor consumo y debilidad de las empresas
En cuanto a la desaceleración prevista para el primer trimestre de 2023, el 59,3% asegura que la situación económica de las familias es «regular» y el 70,3% prevé que vaya a peor entre enero y marzo del año próximo. De hecho, el 74,6% espera que en el conjunto de los próximos seis meses el consumo disminuya; y el 85,6%, que suceda lo mismo con la compra de vivienda, por la subida de los tipos de interés y el encarecimiento de las hipotecas.
En cuanto a las empresas, su situación financiera es calificada como regular por el 70,1% de los expertos y directivos encuestados, que -además- esperan que se vaya deteriorando en el corto plazo. De cara a los próximos seis meses, el 67,8% prevé una disminución de la inversión productiva de las empresas, y el 75,%, de la creación de empleo.
No obstante, su mejor situación relativa en comparación con la de las familias se sustenta en la evolución de las exportaciones_ el 47,5% afirmaste seguirán estables, al menos hasta mediados de 2023, algo que favorece la depreciación del euro frente al dólar.
La subida de precios remitirá
La buena noticia del informe de PwC e que las tensiones inflacionistas empiezan a remitir. El IPC aflojó, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), del 8,9% de septiembre a l 7,3% de octubre, y los resultados de la encuesta son congruentes con esa tendencia a la baja.
En la última edición del Consenso Económico y Empresarial de PwC, cae del 63,4% al 58,4% el porcentaje de panelistas que consideran que sus empresas o las de su sector de actividad irán aumentando los precios en los próximos meses. Principalmente, p9or el incremento de otros costes, más allá de los salariales.
Y aumentan en cinco puntos, hasta el 40,6%, los que piensan que los mantendrán estables como consecuencia del estancamiento de la demanda previsto por los panelistas. Todo ello tiene su buena lectura: que se traduce en una mejora de la previsión de inflación para 2022, respecto al consenso anterior, del 6,6% al 5,5%, y unas estimaciones que sitúan el crecimiento de los precios en junio de 2023 en el 4%.
Piden que la UE actúe frente a la inflación
En el caso de la eurozona, el 64,4% de los panelistas considera que estamos en un contexto inflacionista inédito desde los años 70, que trasciende la labor del Banco Central Europeo (BCE), y piden que se aceleren las medidas de contención en la seno de la Unión Europea (UE).
Además, el 52,9% advierte de que el BCE tendrá que ajustar las subidas de los tipos de interés a la evolución de la coyuntura económica y sólo el 25,2% cree que debería acelerar el endurecimiento de la política monetaria, ante la negativa evolución de la inflación subyacente y por los mayores efectos de segunda ronda, de los que ha venido avisando este periódico, y que ya se están produciendo.
A corto plazo, el 49,1% de los panelistas espera que los precios de la zona euro sigan en niveles elevados -en torno al 6%- al considerar que la resolución de la crisis energética llevará años, aunque un 37,1% no descarta que la recesión económica pueda dar lugar a una desaceleración mayor.
Sobre cómo combatir el alza de precios, el 85,7% apuesta por una combinación de reformas estructurales y políticas de oferta que impulsen la innovación y la productividades el 64,7% aboga por impulsar el diálogo con empresas para averiguar a través de qué medidas se puede contribuir a reducir su exposición al repunte generalizado de los costes de producción.
Respecto al impacto y la duración indeterminada de la guerra en Ucrania, solo un 11% cree que, una vez finalizada la guerra, la inflación retomará la senda previa a la pandemia.
Crítica a los Presupuestos
Y en el caso concreto de España, el 71% de los expertos, directivos y empresarios cree que es demasiado pronto para saber si el aumento de la inflación en nuestro país adquirirá un mayor carácter estructural. Eso sí, los factores que más les preocupan son los precios de la energía y el alza de costes salariales.
Por último, consideran que los Presupuestos Generales del Estado para 2023 son inflacionistas debido al repunte de la presión fiscal y las cotizaciones sociales, que añaden nuevos costes a las empresas. Un 73,3% de los panelistas echan de menos que las Cuentas Públicas no vayan acompañadas de un plan de consolidación fiscal.