El Banco de España busca una empresa para detectar la publicidad financiera engañosa
Contratará a una firma consultora para frenar el aumento en 2021 del 14,5% en los casos de anuncios irregulares lanzados por las entidades
El Banco de España busca una empresa consultora que le ayude a detectar la publicidad engañosa de las entidades financieras. El supervisor está en pleno proceso de adjudicación de una compañía privada que le permita rastrear todo tipo de anuncios del sector después de que los casos se hayan disparado.
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos tiene previsto que la firma en cuestión comience sus trabajos a principios de febrero, una vez haya concluido el procedimiento de licitación abierta puesto en marcha hace unas semanas.
En principio, el contrato tiene un valor estimado de 400.000 euros y su duración se extiende por un plazo de dos años, pudiéndose prorrogar por periodos de un año a partir del vencimiento del mismo. Eso sí, el presupuesto base sin impuestos de partida de la licitación es muy inferior, ya que baja hasta los 160.000 euros.
El Banco de España pretende, con esta ayuda, controlar la actividad publicitaria de los bancos que está bajo su mandato. Las entidades, pese a su deseo de mejorar la tan denostada reputación, siguen siendo poco claros y precisos en sus mensajes. Tal y como publicó este periódico, en 2021 los casos de publicidad engañosa del sector aumentaron un 14,5%. El organismo supervisor, que lleva a cabo una labor de control doble, obligó el ejercicio pasado al cese de 57 anuncios emitidos por las entidades de nuestro país y a rectificar otros 77.
Doble labor de control del Banco de España
Estos números, al ser crecientes, han llevado al Banco de España a iniciar la búsqueda de apoyo externo para atajar la tendencia. Por un lado, la institución que lidera Hernández de Cos tiene establecida una serie de criterios de claridad, suficiencia y objetividad como carácter preventivo para que no haya un engaño por parte del sector. Y por otro, tiene potestad para requerir el cese o la rectificación de los anuncios y campañas en los que se aprecia incumplimiento de la normativa, dentro del ámbito corrector.
La empresa que contrate el Banco de España tendrá la función de buscar y captar los defectos y las irregularidades que cometan las entidades en su publicidad, en cualquiera de los medios que se utilicen. Según el servicio licitado, los ámbitos de actuación serán, al menos, la prensa, las revistas, la radio, la televisión, internet y dos redes sociales.
Una vez captados los anuncios, la firma que se adjudique esta tarea tendrá que ponerlo en conocimiento del Banco de España en el formato requerido para su adecuada visualización, complementando una transcripción en texto de los mensajes lanzados en los mismos.
Uno de los requisitos que reclama el Banco de España es que la empresa en cuestión tenga capacidad para capturar piezas publicitarias en las páginas web de las entidades supervisadas y previamente seleccionadas. Estas, según la institución financiera, rondarán la treintena.
Para llevar a cabo las tareas encomendadas, la consultora tendrá que planificar sus trabajos y elaborar un proyecto de actuación. Deberá, asimismo, constituir un equipo para plasmar dicho plan, en el que se podrán incluir nuevos filtros y parámetros para la selección de los anuncios a captar, según las necesidades que vayan surgiendo.
El Banco de España llevó a cabo el año pasado las principales actuaciones de control de la publicidad en la venta de créditos al consumo, productos por internet o canales a distancia y transparencia en hipotecas, entre otras. Tras su supervisión y exigencias a las entidades, el organismo se vio obligado a imponer cinco expedientes sancionadores.
Para la institución que gobierna Hernández de Cos, la reputación es uno de las asignaturas pendientes para los bancos. Desde la pasada crisis financiera, las entidades han sufrido un deterioro de su imagen debido al rescate de buena parte de las cajas de ahorros y a determinados escándalos. Entre ellos destacan las cláusulas suelo hipotecarias, las participaciones preferentes o la salida a bolsa de Bankia. Los últimos casos puestos en cuestión, que están aumentando los litigios, son las tarjetas revolving, entre otros productos.
En la actualidad, los bancos se están enfrentando además a una oleada de críticas por parte del Gobierno y a una petición para que arrime el hombro a través del impuesto especial en tramitación por 3.000 millones y las ayudas para los titulares de hipotecas variables ante la escalada del euríbor.