Navantia prohíbe a sus empleados recibir regalos superiores a 40 euros por Navidad
La empresa envía una carta a sus proveedores en la que les recuerda su «tolerancia cero ante el fraude»
Navantia ha remitido una carta a todos sus proveedores nacionales y extranjeros, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, en la que les prohíbe realizar invitaciones o regalos a trabajadores o directivos de la empresa pública que superen los 40 euros «de forma unitaria», horquilla que se eleva a «no más de 200 euros con carácter anual» a los «empleados de Navantia o a terceros relacionados con estos».
La carta lleva la firma digital del jefe de Compras de Navantia, José Luis Oliva Fernández, y se remitió el pasado 10 de noviembre, a un mes de las fiestas de Navidad, en las que se suelen intercambiar obsequios entre compañías. En la misiva, la compañía presidida por Ricardo Domínguez recuerda la existencia de un código de conducta empresarial de obligado cumplimiento.
«Navantia promueve, incentiva y espera que sus proveedores compartan su absoluto compromiso con los principios y valores de la ética empresarial, lo cual conlleva una tolerancia cero ante el fraude, y que persigan y denuncien comportamientos contrarios a los principios o valores de dicho código», les recuerda.
En este sentido, insiste a las empresas con las que hace negocios en que «nunca deberán ofrecer y/o aceptar la sugerencia de incorporación a su compañía de una persona recomendada por algún empleado de Navantia», así como «ofrecer, prometer, realizar, directa o indirectamente, cualquier tipo de pago, gratificación o donación en dinero en efectivo o equivalente a ello a empleados de Navantia o terceros relacionados con estos».
Navantia veta regalos cuando se negocia un contrato
Además de impedir los regalos superiores a los 40 euros, la empresa pública veta igualmente la posibilidad de «ofrecer, prometer, realizar invitaciones o regalos a empleados de Navantia o a terceros relacionados con estos, sea cual sea su valor si son contrarios a la ley, resulten embarazosos para Navantia o se produzcan durante la negociación de un contrato o proceso de oferta competitiva» (sic).
Asimismo, emplaza a sus suministradores a «comunicar las vulneraciones o incumplimientos» que detecten del citado código de conducta o la legislación vigente si la dádiva entra de lleno en un caso de corrupción. Para ello, ha puesto a disposición de estos un «canal de comunicación» -que consta en un email, un teléfono y una dirección postal- «a través del cual podrán presentar sus denuncias o informar sobre situaciones irregulares sin miedo a represalias».
El incumplimiento de estas obligaciones por parte del proveedor acarreará «consecuencias negativas» en la relación contractual con la compañía, pudiéndose llegar a una sanción y, en los casos más graves, a una «desevaluación» como proveedor. Un paso que implicaría la inhabilitación para trabajar con la constructora pública, «sin perjuicio de las acciones judiciales que corresponda» y de las que la empresa española se reserva su derecho.
Navantia modificó su código de conducta empresarial en 2018 en relación con los obsequios y la hospitalidad cuando estaba Susana de Sarriá a su frente. En aquella ocasión, estableció para sus empleados que no pudieran hacer ni recibir regalos o invitaciones «cuyo valor económico exceda de lo que pueda ser considerado razonable y moderado, atendidas las circunstancias del asunto y del país del que se trate».
La firma española pidió entonces a sus empresas colaboradoras que no hicieran «regalos a o invitaciones a los empleados de Navantia» y destinasen el importe de dichas atenciones «a atender necesidades de interés social». Ahora aparecen unas cifras concretas para obsequios -40 euros de tope por unidad- y un máximo de 200 euros por varios a lo largo de un año.