Las nuevas comercializadoras energéticas caen un 45% tras la intervención del mercado
Además, el número de empresas que han desaparecido en el año 2022 ha sido de 34, frente a las 21 del pasado año
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
El número de nuevas comercializadoras se ha reducido un 45% con respecto al año anterior. Así se desprende de los datos que facilita la Comisión Nacional de Mercados de la Competencia (CNMC). El número de nuevas empresas en el año 2022 ha sido de 38 frente a las 69 del 2021. Una sensible diferencia que se da tras la el impulso de intervenir el mercado por parte de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, debido a los altos precios del gas.
Pero este no es el único dato negativo de este año. Estos últimos meses, desde enero de 2022, han desaparecido hasta 34 comercializadoras independientes de energía. Un número muy superior al del año pasado, que fue de 21. De esta forma, en plena ebullición por los beneficios extraordinarios de las grandes energéticas, hay otro contexto más pesimista en la pequeña y mediana empresa, con la menor creación de empresas y el mayor cierre de estas. Una situación que empuja a presagiar un cierto frenazo en la actividad económica del sector.
El pasado 1 de diciembre una delegación de ACIE (la Asociación de Comercializadores Independientes de la Energía), encabezada por su presidente, Asier Gorostiza, se reunió con la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, para hacerle llegar de forma directa la situación límite en la que se encuentran muchas de las comercializadoras independientes. Por otro lado, reclamó la necesidad de acometer modificaciones urgentes en la legislación en vigor, que eviten que la competencia en los mercados eléctrico y gasista haya desaparecido cuando finalmente termine la crisis energética actual.
Las comercializadoras piden la necesidad de que se convoquen ya las subastas de energía eléctrica inframarginal (la producida por las tecnologías más baratas) previstas en el Real Decreto-Ley 17/2021, que contribuirían, según argumentan, a paliar la grave situación. También, critican el escenario actual de las comercializadoras de gas natural tras la última intervención sobre la tarifa de último recurso (TUR), que establece un precio final a los consumidores por debajo de aquel al que las compañías compran el gas en el mercado mayorista. «Simple y llanamente expulsa del mercado a todas las empresas que no son dichas comercializadoras de último recurso», sentencian.
Una de las características de las nuevas comercializadoras de electricidad y gas es que no se han establecido alrededor de las dos grandes ciudades del país (Madrid y Barcelona), sino que se encuentran esparcidos por distintos puntos del territorio. Es el caso de la compañía Ahora Luz, que tiene su sede en Las Palmas (Canarias), Acenhol Energía (que se encuentra Navarra), Comercast Energías (situada en Castellón), Gaba (en Lugo) o Compañía del Sol de Electricidad (en Sevilla). Una realidad que no impide que sí haya otras en Madrid y Barcelona, como Sun Power Spain, Wekiwi, Vodafone Energía, Sermat Futura, Hoy Energía, Clearview Energy, Zug Power, Share Your Energy o Paratienergía.
Entre las comercializadoras que han dejado de existir durante este año cabe resaltar a Aura Energía, Vóltico Energía, Iberoeléctrica, Insignia Energía, Green Power Supply, Solar Europe Andalucía, Premium Nueva Energía o Fusiona comercializadora.
Lejos de esta frágil situación, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha redoblado su mira precisamente sobre las comercializadoras a la hora de ejecutar su nuevo plan de ahorro. Así, la ministra busca que estas sean más transparentes con el consumidor en la factura eléctrica. «Se establecerá la obligación para las todas comercializadoras de energía eléctrica y de gas natural de incluir en sus facturas para pequeños clientes información adicional que dote de herramientas a los consumidores para actuar sobre su consumo (por ejemplo, incluyendo información sobre el consumo medio de los consumidores que compartan el mismo código postal».
Además, Ribera, después de la introducción del mecanismo ibérico (el tope al precio del gas), ha visto la necesidad de «homogeneizar» la información contenida en las facturas eléctricas de los consumidores finales. «Las comercializadoras de energía eléctrica de mercado libre han optado por emplear diferentes denominaciones en relación con el nuevo mecanismo de ajuste. Esta diversidad de términos no facilita la comprensión del consumidor final de energía eléctrica, generando en algunos casos confusión en torno a su origen y naturaleza, e incluso pudiendo llegar a trasladar una imagen poco fidedigna de los beneficios que se derivan del propio instrumento regulatorio», sentencia.
