La inversión extranjera se hunde un 15% tras el hachazo de Sánchez a la banca y las eléctricas
El capital foráneo que llegó a España entre julio y septiembre de este año se situó en los 3.432 millones de euros, el peor dato desde 2017
La inversión extranjera en España ha experimentado un importante retroceso durante el tercer trimestre. Los datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a los que ha tenido acceso THE OBJETIVE reflejan que el flujo de inversión neta ha retrocedido un 15,6% entre julio y septiembre al situarse en los 3.432 millones de euros, 636 millones menos que lo registrado en igual periodo del año pasado. Esta cifra contrasta además con el gran crecimiento que se registró durante los primeros seis meses, cuando se acumularon 10.666 millones, tres veces más que en el primer semestre de 2021.
Esta caída de la inversión extranjera en España coincide con un anuncio del presidente Pedro Sánchez, que el 12 de julio –y en pleno debate del estado de la nación– adelantó la creación de un recargo temporal a las grandes empresas del sector energético y bancario que gravase sus «beneficios extraordinarios», generados por la subida de los precios de la electricidad y de los tipos de interés. El objetivo original era recaudar 7.000 millones en dos años. El hachazo fiscal se aprobó finalmente el 25 de noviembre y afectará a los beneficios que se hayan generado ya este año 2022.
Una medida que desde patronales y grandes corporaciones se calificó como un ataque al sector empresarial y como una muy mala señal para los inversores extranjeros que se estaban planteando desembarcar en nuestro país. En este sentido, el tercer trimestre del año estuvo salpicado por los debates de bancos y eléctricas de recurrir el nuevo impuesto, y se cerró con un nuevo anuncio del presidente Sánchez –a mediados de septiembre– de aprobar un gravamen a las grandes fortunas y a su patrimonio.
El peor dato desde 2017
Directivos y asesores de fondos de inversión consultados por este periódico coinciden en la correlación entre la caída de la inversión extranjera el mismo trimestre en el que el Gobierno anunció estos nuevos impuestos a empresas y fortunas. Estas fuentes coinciden en señalar que no solo se ha enviado un mensaje contrario al inversor internacional, sino que además se ha consolidado una inseguridad jurídica peligrosa que puede frenar proyectos que pensaban en España como uno de sus destinos en el futuro.
Es así como los 3.432 millones de euros de inversión extranjera neta registrados entre julio y septiembre de este año no solo representan una caída del 15,6% respecto de los datos de 2021, sino que además se convirtieron en el peor tercer trimestre desde los 2.714 millones de 2017 y el segundo con los registros más bajos desde 2015. La inversión extranjera en el último trimestre fue incluso inferior a la registrada en 2020, el año en el que la pandemia de covid prácticamente paralizó la economía durante buena parte de ese año.
En el caso de la guerra de Ucrania, es difícil utilizarla como justificación de esta caída, ya que en los primeros seis meses del año la inversión se ha disparado en niveles récord de la última década. En los seis primeros meses del año, el flujo de inversión extranjera fue de 10.666 millones, triplicando los datos del año anterior. El impacto de la invasión rusa se ha dejado sentir durante todo el año en el aumento del coste de la energía y de los alimentos, pero no en la inversión. Una situación que -según los datos- se frenó en julio, coincidiendo con el hachazo a la banca y a las eléctricas.
Escudo antiopas
De esta manera, el acumulado anual se mantiene en los 14.346 millones, una cifra que todavía supera en un 86% lo registrado en los primeros nueve meses del año pasado. Sin embargo, los asesores de inversores preguntados por este diario advierten que los malos datos del pasado trimestre pueden suponer un punto de inflexión para la buena marcha de estos indicadores, en especial tras las últimas decisiones tomadas por el Gobierno y el continuo acoso que siguen sufriendo las grandes empresas, a las que regularmente se les pone en el punto de mira a medida que empeora la situación económica.
Este diario ya publicó hace dos semanas la preocupación de estos inversores por la inminente prórroga del escudo antiopas para empresas europeas por los próximos 2023 y 2024. Se trata de la tercera prórroga de la norma que, sobre el papel, busca proteger a empresas estratégicas del asalto de compañías extranjeras que puedan adquirirlas a precio de saldo debido a su delicada situación bursátil.
Entre marzo y abril de 2020, se decretó que todas las empresas de fuera de España (incluyendo las de la UE) que quisieran comprar más del 10% de una compañía estratégica española cotizada -y en las no cotizadas en las que la inversión superara los 500 millones- debían tener la autorización del Consejo de Ministros. Una situación que los inversores ven como un freno a la llegada de capital extranjero ya que deja en manos políticas una operación que debería regirse en base a estrictos criterios técnicos y de mercado.
Inversión extranjera bruta
En enero de este año, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, ya advirtió que prolongar el escudo antiopas no era una buena noticia para la inversión extranjera. Se refería a la prórroga de un año ejecutada en noviembre de 2021. Sin embargo, lejos de considerar la opinión del regulador de los mercados españoles, el Gobierno ha optado por prolongar hasta finales de 2024 este instrumento de control del flujo de capitales, pese al riesgo de frenar la entrada de capital exterior en los próximos dos años.
En relación a las cifras de inversión extranjera bruta, durante el tercer trimestre de este año se registraron 6.406 millones de euros, lo que supone un leve crecimiento del 2,9% respecto del año anterior. En términos contables, la inversión bruta es igual a la inversión neta más la pérdida de capital por depreciación. Esto supone que la inversión neta es un indicador más fiable -e internacionalmente reconocido- para tomar el pulso de los flujos de capital que llegan a un país ya que incluye las inversiones reales en cada país.
En cuanto a las cifras de inversión extranjera bruta en el acumulado del año, esta ha tenido un crecimiento algo más moderado. Entre enero y septiembre ha llegado a los 22.457 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 54,8% respecto del mismo periodo del año pasado. El dato es el más alto de la década después de los 40.713 millones registrados en 2018 y se produce pese a la ralentización de la inversión en el tercer trimestre del año.